Entre los retos que enfrenta el municipio de Aguascalientes, la movilidad urbana es quizás uno a los que menor atención suele ponerse, a pesar de incidir directamente en la calidad de vida de las personas, pues es el medio que permite a las personas llegar a destinos como oficinas, escuelas o tiendas para satisfacer sus necesidades o realizar sus actividades cotidianas. En ese sentido, la movilidad se realiza en distintos modos de transporte como el automóvil, el autobús, la bicicleta o a pie, mismos que requieren infraestructura adecuada para facilitar desplazamientos seguros y eficientes. En ello se encuentra uno de los principales asuntos pendientes del municipio de Aguascalientes: la construcción de infraestructura para la movilidad en los últimos años, tanto por el gobierno estatal como municipal, se ha enfocado casi exclusivamente a favorecer la movilidad vehicular por encima de cualquier otro modo de transporte.
En ese contexto, la construcción de pasos a desnivel, por ejemplo, ha hecho que peatones y ciclistas deban recorrer distancias cada vez más largas para atravesar una avenida y que lo hagan en condiciones inseguras, pues los automovilistas tienden a manejar cada vez más rápido en las nuevas autopistas urbanas como Segundo Anillo. Asimismo, la reducción de las banquetas en la ciudad ha afectado la calidad de la movilidad peatonal, mientras los puentes peatonales –o mejor dicho, antipeatonales– fuerzan a quienes caminan a utilizar rampas interminables o un elevador sólo para cruzar una calle. Más aún, ante la ausencia de una red de ciclovías de calidad en la ciudad, los ciclistas se ven obligados a circular por los carriles vehiculares en condiciones de estrés e inseguridad y se exponen diariamente a accidentes graves –en Aguascalientes, sólo en 2018, murieron 284 personas en hechos de tránsito, de las cuales el 55% eran peatones, ciclistas o motociclistas (STCONAPRA 2018). Por ello, mejorar la movilidad urbana para todos debe ser una prioridad de la próxima administración municipal.
Habrá quien diga, desde luego, que Aguascalientes no es una ciudad para peatones o ciclistas, lo que sería ignorar, primero, que las ciudades evolucionan por las decisiones deliberadas de sus gobiernos, por ejemplo, al concentrar la inversión en infraestructura para un solo modo de transporte; y segundo, que muchas ciudades con una población mucho mayor a la de Aguascalientes están mejorando notablemente la calidad de modos de transporte sostenibles como la bicicleta o la caminata para desacelerar, así sea gradualmente, el uso del automóvil. Además, asegurar que Aguascalientes es una ciudad sólo para automóviles olvidaría que, según los datos disponibles más recientes, mientras en el estado el 33% de los viajes diarios se realiza en automóvil, el 31% se hace en transporte público, 22% a pie y 4% en bicicleta, es decir, más de la mitad de los viajes diarios se realizan en modos distintos al automóvil.
Entonces, ¿qué puede hacer la próxima administración municipal para mejorar la movilidad urbana de manera más eficiente, sostenible, equitativa e integral?
Primero, puede implementar un programa para rediseñar intersecciones viales peligrosas, pues con frecuencia los hechos de tránsito suceden en intersecciones mal diseñadas si se considera el flujo tanto de automóviles como de autobuses, peatones y ciclistas. Por ello, muchas ciudades –y Aguascalientes puede ser una de ellas– están ejecutando programas rápidos y con presupuestos moderados para rediseñar la geometría y diseño de esas intersecciones, lo cual, como muestra la evidencia, puede reducir la ocurrencia y severidad de los accidentes de manera rápida y medible.
Segundo, en lugar de construir puentes peatonales que con los años suelen abandonarse, no por la falta de cultura vial sino por ser sumamente ineficientes para los peatones, la próxima administración puede construir cruces peatonales seguros a nivel de calle en sitios con números importantes de peatones que requieran cruzar calles o avenidas de manera rápida y segura. Los cruces seguros incluyen el rediseño geométrico de una sección vial para acortar las distancias caminables, la introducción de elementos de seguridad como islas, camellones o banquetas más amplias, y la instalación de semáforos peatonales y señalización adecuada.
Tercero, puede destinar un mayor presupuesto a la construcción de ciclovías de calidad –no sólo pintura en el pavimento sin dimensiones o elementos de seguridad adecuados–que cumplan estándares internacionales de infraestructura ciclista. Las ciclovías de calidad están segregadas de los carriles vehiculares tanto por sus dimensiones como por elementos físicos de seguridad; cuentan con pavimentos apropiados para reducir la vibración de las bicicletas; y cuentan con señalización adecuada. Igualmente, se encuentran conectadas entre sí, a manera de red, para facilitar desplazamientos continuos y seguros a cualquier destino.
En conclusión, la movilidad es un gran reto para el municipio de Aguascalientes, pues la infraestructura vehicular que se ha construido en los últimos años ha afectado la calidad de la movilidad de quienes no utilizan un automóvil. Por ello, el municipio puede realizar acciones concretas para revertir, o cuando menos aminorar, algunas de las externalidades negativas que resultan del uso indiscriminado del automóvil como el tráfico, los accidentes viales y la contaminación. ¿Qué hará la próxima administración municipal en este sentido?
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