Superado ya el proceso electoral de este año, con los resultados conocidos y los balances alcanzados, podemos ya irnos dando una idea de hacia dónde enfilará el país en los próximos tiempos. En días pasados el consultor Antonio Solá, en entrevista radiofónica señaló respecto a los resultados arrojados el 6 de junio y refiriéndose a las dos grandes coaliciones que se enfrentaron en esos comicios qué, por un lado, “el ganador se había quedado con sabor amargo de su triunfo y el perdedor con una sensación dulce de su derrota.” Y todo parece que así fue.
La alianza “Juntos haremos historia”, integrada por Morena junto con el Partido Verde y el PT, que se alzó con la mayoría en la Cámara de diputados, 11 gubernatura disputadas y una mayoría de Congresos locales, y que, lejos de la euforia, anda pululando y rumiando su “inesperado” triunfo, por insuficiente, aunque trata de mostrarse alegre y satisfecha. No es así. Tenía la consigna de entregar resultados contundentes al presidente López y su 4T. No sólo no logró conservar la mayoría en la Cámara Baja, sino que además perdió 9 alcaldías en la Ciudad de México, su corazón político electoral; además, perdió más de 14 millones de votos, particularmente los que representaban a la ciudadanía de las clases medias del país.
La realidad de los resultados electorales (qué, por cierto, muchos de ellos aún están en proceso de litigio ante los tribunales electorales) detonó la ira presidencial y desató una serie de viscerales señalamientos contra la clase media mexicana, tan “vulnerable” a las campañas de desprestigio encabezadas por los medios de comunicación “al servicio” de los conservadores, sobre todo la referida al accidente de la Línea 12, que fue como un torpedo contra la línea de flotación de la 4T en la CdMx. Además, quedó claro que la intención lopezobradorista de contar con la mayoría necesaria para promover los cambios constitucionales por sí misma, quedaba fuera de alcance a partir de la siguiente legislatura. Ante la falta de votos, el ingenio de López no se dejó amilanar y apuntó sus armas (UIF y SAT) a los muy posibles candidatos para alcanzar las mayorías necesarias en la Cámara de Diputados: 70 diputados del PRI. Antes, ya había apretado a Manuel Velasco del PVEM para asegurar su “lealtad” a la 4T con el aviso de un posible inicio de investigación al desvío de 500 mdp en su gobierno en Chiapas. López no escatima el uso de su poder presidencial, recordemos que el prioriza su “justicia” sobre la legalidad, incluso constitucional.
Por su parte, la coalición “Va por México”, logró romper la inercia que auguraba la ratificación de la mayoría calificada del bloque en el poder, encabezado por el partido oficial Morena. El resultado combinado alcanzado por la fracción opositora obliga al oficialismo a negociar en ambas Cámaras. Ahora deberá aceptar el presidente López, la revisión de las comas en las iniciativas que presente ante el Poder Legislativo. Considerar los puntos de vista e intereses de una parte mayoritaria del país será una experiencia nueva para el régimen. Un triunfo para la oposición política en el país. En efecto, también en ese resultado, se registraron 11 derrotas en la elección de las gubernaturas, pero, fueron derrotas sumamente peleadas, competidas, al interior de cada Estado, las fuerzas políticas harán su trabajo y obligarán en muchos casos locales, a hacer política interna. Eso es importante y necesario para la vida del país.
Es necesario estar atentos y dar seguimiento a las discusiones legales en lo electoral en al menos un par de casos de las elecciones a los gobiernos estatales, Sinaloa y San Luis Potosí, debido a los señalamientos de la intervención del narco o de organizaciones del crimen organizado. Habrá que esperar a las resoluciones en ambos casos relevantes. Asimismo, hay un sinnúmero de denuncias ante las autoridades electorales en otro tanto de casos distritales, locales y federales, así como municipales, por el mismo tenor.
La configuración del nuevo mapa político es llamativa por estas denuncias y su relación con la fuerza política ganadora (Morena). Es muy importante estar atentos, no debemos dejar al garete que no sólo los mexicanos estaremos preocupados por esa circunstancia. Con toda seguridad, estará el país sujeto al escrutinio de nuestros socios comerciales del norte, preocupados por la vulnerabilidad de su larga frontera con nosotros.
Como consecuencia y reacción a esta nueva situación política, el presidente López ha lanzado ya a la opinión pública al menos su intención de impulsar algunas iniciativas de reforma constitucional que, desde su perspectiva y en concordancia con su proyecto de nación, deben ser aprobadas a la brevedad, aún ante el equilibrio político de reciente definición, a saber: una reforma al INE, que contemple una reducción o franca eliminación de los diputados de representación proporcional, así como un esquema de control de las autoridades electorales; una nueva iniciativa en materia energética que garantice el “monopolio” de las grandes empresas del Estado, PEMEX y CFE; y, la integración plena de la Guardia Nacional a la SEDENA, para evitar su “contaminación” como sucedió con la Policía Federal Preventiva. Habría que considerar entre estos afanes presidenciales, la aprobación de la ampliación del mandato en el Poder Judicial de la Federación (Ley Zaldívar).
La intención está clara, la renuencia de López a aceptar la pérdida de aquella legitimidad del ahora lejano 1º de julio del 2018, pondrá en la mesa una renovada confrontación al interior del país. Buscará, la 4T a través de sus mastines (UIF, SAT y FGR) doblegar a las instancias que representan a la resistencia institucional ciudadana, desde ya, en el Congreso de la Unión, con las fuerzas opositoras o aliadas, no importa sí son diputados federales o senadores, ¿tienen familia no? ¿empresas o negocios personales? Castigará a esas clases medias su “traición”; seguirá el “austericidio” de cara al referéndum del 2022 y las vacunas seguirán siendo factor electoral. Este apenas un bosquejo de las batallas que vienen para los mexicanos.