Esta semana mi querido amigo Américo Colón, el gurú de la educación y una de las mentes más brillantes que he conocido, me hizo llegar un documento que me llevó a la reflexión sobre el camino que la sociedad está tomando a partir de esta sacudida mundial, derivada del alto casi total al que nos vimos obligados a hacer, es un documento que lleva por título “Lo que se viene y ya está pasando 2021” un análisis de más de 50 expertos que se publicó en The Economist y que quiero compartir con usted estimado lector.
El primer punto que aborda el texto es sobre la educación off y online y dice que la educación nunca regresará igual. “El LXD (Learning Experience Design) se volverá fundamental para colegios, universidades, diplomados, posgrados y la educación continua”. Pero ¿qué es el LDX?, según Yolanda Barquera es “la ciencia y el arte de crear experiencias centradas en el usuario y enfocadas en objetivos y utiliza los principios de UXD (User Experience Design) lo cual mejora los resultados de la capacitación, la retención y la aplicación del contenido por parte del participante”. Es un método de aprendizaje novedoso adaptado a la realidad que pretende generar experiencias de aprendizaje eficaces, atractivas para la persona que se está capacitando, tomando en cuenta sus necesidades y antecedentes. La idea es aplicar este modelo a la educación formal con el fin de potencializar las capacidades de los educandos a través de experiencias de aprendizaje significativo, lo que sin duda permitirá desarrollar paradigmas puntuales y precisos en la transmisión y reflexión del conocimiento. Aunado a la educación 4.0 esto promete ser una verdadera revolución del conocimiento.
Otro punto que marca el documento publicado en The Economist invita a la reflexión sobre los avances en la telemedicina y apunta a que los sistemas médicos migraron a lo digital con tecnología a distancia “los diagnósticos periódicos básicos serán realizados por dispositivos loT (internet de las cosas) como relojes inteligentes y otros dispositivos”. Cada vez es más común poder observar el uso de esta tecnología en la cotidianeidad y su aplicación en el cuidado de la salud, sin duda no sólo en las naciones más desarrolladas donde el avance tecnológico es exponencial, también en nuestro entorno se ha detonado el uso de la tecnología (a nuestro alcance) en beneficio de nuestro bienestar.
Es innegable que caminamos al ritmo que marca la industria 4.0 y el internet de las cosas, donde la tecnología está al servicio de la sociedad y hace más fácil la convivencia con el entorno, nos está haciendo más conscientes de la realidad que se vive y trata de romper (desde mi perspectiva) con el esquema de sociedades aisladas, donde el conocimiento no estaba al alcance de un click como ahora lo esta.
Otro punto que señala el texto que se está analizando dice que “menores gastos, mayores ahorros, la economía personal se contrae y las personas ahorran más” y yo agregaría que la consecuencia es multifactorial, sin duda no estamos inmersos en la cultura del derroche total y cuesta trabajo ahorrar por la situación económica por la que atraviesa nuestro país, pero la tendencia es clara, la economía se contrae las finanzas personales se blindan, el documento dice que los productos electrónicos son los más adquiridos y valorados; ahora es prioridad e indispensable contar con un equipo de cómputo robusto, una conexión a internet estable, dispositivos inteligentes que se conecten entre sí (el internet de las cosas) que permitan optimizar tiempos y coadyuven a las labores cotidianas para así dejar espacio al desarrollo del trabajo intelectual que a su vez se traduce en ingresos y ahorro.
Ligado completamente a este punto del ahorro y el hábito de compra, el texto señala al comercio electrónico como otro de los tópicos que está cambiando la forma de transitar por esta llamada nueva realidad; como es sabido y sin duda derivado de esta pandemia, los comercios con establecimientos físicos que quieran sobrevivir y permanecer dentro del mercado tendrán que migrar paulatinamente al ciberespacio, donde el flujo de transacciones cada vez es mayor, la prospectiva apunta a que el comercio de bienes y servicios se hará cien por ciento en línea, y que aquellos osados que mantengan abierto un establecimiento físico no virtual tendrán que hacer uso de mucha creatividad y conocimiento en su segmento de mercado para ofrecer experiencias únicas, que de verdad provoquen en el consumidor la necesidad de acudir de manera presencial a la tienda o local.
El tema del cambio climático también es señalado como uno de los puntos principales en esta evolución 4.0, y habla de la economía circular, la cual se identifica como el método de aprovechamiento de recursos donde impera la reducción del uso de materiales que no se biodegradan; es apostar por la reutilización de los elementos que por sus características no pueden regresar al medio ambiente, la economía circular promueve el uso de materiales biodegradables; un artículo del sitio Sustentabilidad para todos apunta que “la economía circular aboga por utilizar la mayor parte de materiales biodegradables posibles en la fabricación de bienes de consumo -nutrientes biológicos- para que éstos puedan volver a la naturaleza sin causar daños medioambientales al agotar su vida útil”.
Sin duda mucho que reflexionar y aprender de este texto de The Economist, tal vez el reto es aplicar estos temas con el fin de hacernos conscientes de nuestro entorno, sacarle el mayor provecho a la realidad y estar más alineados a las demandas globales que nos orillan a experimentar una vida más sana.
El próximo jueves lo invito a continuar con la reflexión de más temas que nos ofrece el texto.
@ericazocar