APRO
El sargento Xavier Courmelon, una de las personas que vio con vida a Diana de Gales (1961-1997) tras el fatídico accidente en el túnel de l’Alma en París, Francia, el 31 de agosto de 1997, reveló que las últimas palabras de la princesa fueron: “Dios mío, ¿qué pasó?”.
El jefe de bomberos contó a Daily Mail que, después del accidente, la madre de los príncipes William y Harry todavía se estaba moviendo y hablando.
El equipo de Gourmelon sacó a Dodi Al Fayed (1955-1997) del automóvil Mercedes S 280 para intentar resucitarlo. “Una vez que salió me quedé con la pasajera, quien habló en inglés y pronunció esas palabras. “Entendí lo que me dijo, así que traté de calmarla y la tomé de la mano”, declaró a la policía, pero no a la prensa.
“Luego otros se hicieron cargo. Todo esto sucedió en dos o tres minutos”, dijo.
En el accidente fallecieron de manera instantánea el conductor Henri Paul y Dodi Al Fayed, pero Diana, de 36 años, parecía físicamente bien, con un hombro lesionado, recordó Gourmelon, quien aseguró que no sabía que estaba tratando de salvarle la vida a la “Princesa del Pueblo”, quien el próximo 1 de julio cumpliría años.
El bombero Philippe Boyer le puso un collarín cervical y una máscara respiratoria, y cubrió a Diana con una manta isotérmica metálica. Respiraba normal, su pulso era bueno y fuerte.
Según Gourmelon, reconoció a Diana de Gales después de subirla a una ambulancia para trasladarla al hospital Pitié-Salpêtrière, además de que un colega le dijo quién era, pero en el momento no lo supo, indicó al diario.
El médico Frederic Mailliez, quien circuló por la escena del accidente, vio que dos víctimas habían fallecido y otras dos, incluido el guardaespaldas de Diana, estaban vivas, pero gravemente heridas.
Diana estaba “en el suelo en la parte trasera” del Mercedes. “No tenía ninguna herida grave en la cara. No estaba sangrando, pero estaba casi inconsciente y tenía dificultad para respirar. Se veía bien durante los primeros minutos”, afirmó.
“Entonces comencé a hablarle en inglés, diciéndole que yo era médico y que la ambulancia estaba en camino y que todo iba a estar bien. Así que dejé la escena sin saber a quién estaba tratando”, aseveró.
A las 12:15 de la madrugada, la salud de la princesa Diana empeoró. Sufrió un segundo paro cardiaco y necesitaba ser intervenida quirúrgicamente. Se le realizó un masaje cardiaco externo y la operaron. Su corazón no podía funcionar porque le faltaba sangre, explicó su equipo de salud en ese entonces.
La noticia de su muerte impactó al capellán de guardia del hospital, el padre Yves-Marie Clochard-Bossuet, quien colgó el teléfono creyendo que era una broma, hasta que vio que la cubrieron con una sábana tras declararla muerta, contó a Daily Mail.
“Estaba completamente intacta, sin marcas, ni manchas, ni maquillaje. Completamente natural. Y ella era una mujer realmente hermosa y parecía como si… casi pudieras hablar con ella”, señaló.
La investigación oficial reveló que el accidente fue causado por el exceso de velocidad y el estado de embriaguez del conductor Henri Paul.
La carta
El príncipe Carlos fue interrogado por John Stevens, un Lord que fue jefe de la Policía de Scotland Yard y que, a 20 años de la muerte de Lady Di, ha decidido contar que trató al príncipe de Gales como sospechoso de fraguar la muerte de su esposa, a raíz de una nota que la princesa le entregó a su mayordomo Paul Burrell, 10 meses antes de su fallecimiento, informó Infobae.
“Mi esposo está planeando un accidente con mi automóvil. Un problema con los frenos y una herida seria en la cabeza le despejarían el camino para que se pueda casar con Tiggy (la niñera de sus hijos). Camilla (Parker Bowles, la actual esposa de Carlos) no es más que una trampa. Todos somos utilizados por este hombre en cada sentido de la palabra”, redactó en 1995. La nota se hizo pública en 2003.