En su perorata de mascullada displicencia hacia las clases medias del país –que no votaron por Morena–, el presidente López Obrador, bajo un simulado soslayo a La Católica, y armando un disfrazado pase del desdén, pronunció su discreto y menospreciativo dicho: “y van a la iglesia”. Con ello plasmaba sus pinceladas mañaneras para bosquejar ese conjunto de población tan aspiracionista como individualista y egoísta que al votar, repudia su proyecto de supuesta vanguardia transformadora.
Bien, sabemos que personalmente su alineación religiosa se da con organizaciones evangélicas protestantes a las que encomendó la difusión y enseñanza de su Cartilla Moral, para recuperación de los valores morales perdidos o distorsionados a lo largo y ancho del suelo patrio. Este poco estético por desfigurado pase del desdén lleva dedicatoria a los mexicanos que, según el Censo de Población y Vivienda 2020, se declararon católicos (5 y más años) y sumaron 90,224,559 personas; asumiendo que los de religión distinta a la católica profesaron ser 16,118,762 personas; y sin religión 9,156,555 personas. Segmentos todos de población respetables, bajo dignidad y derechos de su libertad de conciencia y profesión religiosa o no.
El dato resulta relevante dado que de la votación total emitida y válida Morena obtuvo del 34.9 a 35.8%, un tercio aproximadamente del total. Lo que da una idea muy aproximada de los que probablemente “no vayan a misa”, y que conforman una minoría relativa frente aquellos a los que todavía les merece respeto La Católica, alrededor de 70 millones de sedicentes católicos, que probablemente vayan a misa. Describir así a esas clases medias irresolutas hacia su pretendido movimiento de transformación, resulta en un elemento reforzador de su extremista polarización maniquea. Bajo los resultados, tanto la CDMX como el Estado de México se le partieron en dos territorios –el occidente “conservador” y el oriente “progresista”–. Partición salomónica que le indigna porque se le descuadran sus armoniosos polígonos de distribución militante morenista, y con ello sus sueños de gloria y transformación histórica nacional.
Su exabrupto de descalificación política ha sido más sonoro y de peor aliento que el eructo de un beduino satisfecho después de ingerir siete o más deliciosos bocados de carnes, carnero, peces, jocoque, quesos, dátiles y especias preciosas en signo de agradecimiento a su anfitrión. No sé cuántas notas mañaneras ha dedicado a esta azarosa cuestión, para él. Tal parece que ya encontró un bloque de nuevos adversarios, para regodearse y engordar el caldo de su narrativa tempranera. Somos las clases medias de México el ejército disidente y, por tanto, divergente que se refugian de los juegos del hambre.
En efecto, él quisiera ver por el contrario, un ejército espartano de exiguos salarios, disciplina férrea, lealtad absoluta, sin alcanzar siquiera la justa medianía juarista, de patrimonios familiares menos que modestos, formados como soldaditos de plomo detrás de las líneas de ingreso por debajo de la pobreza alimentaria y otras pobrezas sociales y culturales, dispuestos a exhalar su último aliento para grandeza de la República, y por ende, gloria de su autárquica persona y movimiento político. ¡Ajá!
De cómo se distribuye la población de México según el Ingreso, da cuenta el Inegi con base en el ingreso corriente total promedio trimestral; y para comenzar veamos su comportamiento general: – El poder adquisitivo del ingreso laboral real per cápita tuvo una disminución de 4.8% entre el primer trimestre 2020 y el primer trimestre 2021, al pasar de $1,919.84 a $1,827.39. Es decir, que el año de pandemia nos hizo en general, un poco más pobres. Y la sociedad mexicana, se estructura así: (Iniciaré en orden descendente desde el decil de mayores ingresos, y siguiendo su número consecutivo: Decil X, $166,750; IX, 78, 591; VIII, 58,885; VII, 47,264; VI, 38,957; V, 32,318; IV, 26,696; III, 21,428; II, 16,100; Decil I, 9,113. Tabla de referencia de la que –sin estridencias– sumando nuestro ingreso total por familia, podemos encontrar nuestra ubicación por ingreso, y confirmar si efectivamente estamos entre esas “clases medias”, o hemos entrado ya en un proceso de precarización económica. Sabiendo su honesta situación familiar, ¿se siente usted muy egoísta y aspiracionista? Sobre todo si no votó por Morena.
Por ejemplo, su gasto corriente promedio trimestral, por rubros alcanza para: -en Educación y esparcimiento destina usted $3,859 pesos. En cuidados personales, 2,365 pesos. En artículos y servicios para la casa 1,874 pesos. En vestido y calzado, 1,431 pesos. O en alimentos, bebidas y tabaco, 11,252 pesos. En transporte y comunicaciones, 6,369 pesos. Y en vivienda y combustibles, 3,032 pesos. Este tren de gasto, ¿qué tan aspiracionista le parece? En Aguascalientes, el comportamiento de la población por deciles de Ingreso, al inicio de la Administración de López Obrador, en orden ascendente por pesos, era este: Decil I, 12,902; II, 21,645; III, 28,059; IV, 34,001; V, 41,215; VI, 48,847; VII, 57,987; VIII, 70,360; IX, 92,628; X, 185,797. ¿Qué tan de clase media se encuentra usted?
Lo que el Oxímetro digital es para medir la saturación de oxígeno en sangre, es aquello que el ingreso y el empleo están siendo para medir nuestra posición de clase económica real. Para ello recurrimos a los datos duros y confiables, por ejemplo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social. Informe de Pobreza y Evaluación 2020. Aguascalientes. Cuyos hallazgos más relevantes se describen así.
Tocante al ingreso laboral per cápita real en Aguascalientes y en el país, en el periodo del 2005 al 2019, el ingreso laboral real per cápita aumentó 4.2%. En 2005 este ingreso equivalía a $1,715.01 mientras que en el tercer trimestre de 2019 fue de $1,787.19, deflactando con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) a pesos del primer trimestre de 2010. La nota es que Aguascalientes se acerca, pero aún no alcanza el promedio nacional en ingreso laboral, dado que en este mismo periodo el ingreso laboral per cápita real nacional aumentó 0.7%, al pasar de $1,782.56 en el primer trimestre de 2005 a $1,794.87 en el tercer trimestre de 2019.
En el periodo 2008-2018, el porcentaje de población con ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos en Aguascalientes se redujo en 8.9 puntos porcentuales. En términos absolutos, se traduce en una disminución de aproximadamente 34,800 personas que tuvieron un ingreso insuficiente para comprar la canasta alimentaria y no alimentaria, al pasar de 524,300 en 2008 a 489,600 en 2018. Lo que representó que en ese mismo año, el estado tuviera un resultado de 12.3 puntos porcentuales, menor que el porcentaje nacional, y por ello ocupó el lugar 24 de entre las 32 entidades federativas por sus niveles de población con ingreso inferior a la canasta alimentaria y no alimentaria.
En la zona urbana, el valor mensual por persona de la línea de pobreza por ingresos de agosto de 2008 a agosto de 2018 pasó de $1,923.97 a $3,001.17 y en la zona rural fue de $1,203.51 a $1,941.01. Esto significa un incremento del costo de las necesidades de las personas.
En el periodo 2008-2018, el porcentaje de población con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos en Aguascalientes se redujo en 5.2 puntos porcentuales. En términos absolutos, se traduce en una disminución de aproximadamente 43,800 personas que tuvieron un ingreso insuficiente para comprar la canasta alimentaria, al pasar de 162.500 en 2008 a 118.800 en 2018, un real avance. Resultados que reflejan el efecto del bienio de 2016 a 2018, en que el porcentaje disminuyó 0.7 puntos porcentuales, lo cual significó que alrededor de 6,500 personas más tuvieron un ingreso suficiente para comprar la canasta alimentaria.
Si nos comparamos a nivel internacional, con el resto de América Latina, veremos que al cierre de 2018, el 27.67 por ciento de la población en México era pobre, dado que tuvo un ingreso menor a 5.5 dólares al día; el dato fue 11.79 puntos menor a lo reportado en 2012, señala el documento La crisis de la desigualdad. (Fuente: La Jornada, Miér. BID: México, primer lugar en desigualdad salarial de AL. 16 de junio de 2021. https://bit.ly/3xs3OhC). Entre 2012 y 2018, periodo que comprendió el gobierno anterior, no cedió la desigualdad en México. Hubo una reducción en la pobreza, pero la distribución del ingreso no tuvo variación en esos seis años, exhibe un reporte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). México se considera el sexto país más desigual de América Latina –detrás de Brasil, Colombia, Honduras, Panamá y Paraguay– y las políticas para combatir la desigualdad prácticamente no han movido el índice de Gini –medida para la distribución del ingreso– en los últimos 12 años. En el sexenio pasado de plano se estancó, estableció el reporte.
El punch line de este documento, parafraseando el Índice Gini, concluye: El 10 por ciento más rico de la población capta 22 veces más de la renta nacional que el 10 por ciento más pobre. Y el uno por ciento de los más ricos se lleva 21 por ciento de los ingresos de toda la economía, el doble de la media del mundo industrializado. Dicho en cristiano somos más desiguales entre los desiguales… Advirtiendo que en pleno despliegue de la pandemia del covid-19, la espada de Damocles ya se cernía sobre nuestras cabezas: Un mes después de iniciados los confinamientos, cerca de 65 por ciento de los hogares en el quintil inferior de la distribución de ingresos había sufrido al menos una pérdida de empleo entre los miembros de la familia. Mientras en el quintil superior la cuota fue de 22 por ciento, acotó.
Asumiendo una estructuración económica tal, el pescozón que Andrés Manuel López Obrador propina a las clases medias por ser tan individualistas y aspiracionistas, y que además “vayan a la iglesia” –como criterio de diferenciación de ética militante– es de notar ante lo cual que el episcopado nacional guarde un prudente silencio y no responda a su torera displicencia. ¿No le parece que más se autoderrota moralmente, debido a que efectivamente está barriendo de arriba abajo, contingentes enteros de las “clases medias” a las más empobrecidas del país? Y que sus arrebatos discursivos se hacen más delirantes, al informar que todavía la otra mitad del país no reconoce la bondad y grandeza de su insano delirio de empobrecimiento universal de la población mexicana, ¡en aras de conquistar la indecible gloria del parnaso presidencial excelso (a quienes hoy mismo defenestra), y eximio cual históricamente no hubiese existido! Ave Caesar, morituri te salutant!