Rezago escolar… y lo que nos espera/ Punto crítico - LJA Aguascalientes
21/11/2024

Sin duda alguna la pandemia ha traído para todos los seres humanos del planeta un cambio de vida radical. Desde la forma como nos relacionamos: las estructuras familiares algunas fortalecidas, otras destruidas. Por supuesto el tema económico que hoy es sin duda un problema que se encuentra en la mesa de las preocupaciones de todas las familias especialmente de las que vivimos en un país como el nuestro, tercermundista; el colapso de los servicios de salud, funerarias rebasadas, crematorios improvisados, en fin.

Hemos visto durante los últimos meses situaciones de caos e incertidumbre que nos mantiene al filo de un futuro que aunque nos está costando, en lo sucesivo tendremos que acostumbrarnos.

El tema al que hoy me quiero centrar es el de la educación, del que no podemos estar orgullosos dados los resultados que en evaluaciones a nivel nacional y de organismos internacionales hemos tenido en los últimos años y ante la latente posibilidad de que estemos lejos de conocer lo drámatico que pudiera resultar por la pandemia tras estos meses de confinamiento.

Según los resultados más recientes de la prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes de la OCDE), en nuestro país sólo 1% de los estudiantes mostró en 2019 un nivel de desempeño que los ubica en los rangos de competencia más elevados en al menos una de las áreas de conocimiento y 35% no tuvo un nivel mínimo de competencia adecuado en las tres áreas de conocimiento.

El nivel socioeconómico de los jóvenes que aplicaron el examen tiene una fuerte correlación con su rendimiento en lectura, matemáticas y ciencias. Los estudiantes de mejor nivel de ingreso superaron a los de menor nivel en cerca de 81 puntos en la prueba. Este resultado, sin embargo, es similar al que presenta el promedio de países de la OCDE, donde la diferencia es de 89 puntos.

El género también representa un punto de diferenciación. Las mujeres superaron en 12 puntos en promedio a los hombres en el componente de matemáticas, cuando el promedio de la OCDE es de apenas de 5 puntos de diferencia también a favor de las mujeres. En ciencias, las mujeres aventajan en 9 puntos, cuando el promedio de la OCDE es de apenas 2 puntos de diferencia.

Los datos agregados contra el promedio de los países de la OCDE muestran deficiencias significativas en el desempeño de los estudiantes de México. En lectura, el promedio de la OCDE se encuentra en 487 puntos, mientras que el de México se encuentra en 420, lo que lo ubica en cerca del tercio inferior de desempeño. En matemáticas, la diferencia es aún mayor. La OCDE muestra 489 puntos mientras que en México el resultado es de 409 puntos. En ciencias, el promedio de la OCDE es de 489 y en México de 419.

Mientras que en los países de la OCDE el promedio del porcentaje de alumnos con bajo nivel de competencia en lectura es de 23%, en México es casi la mitad, 45%.

Para que se entienda la magnitud que nos separa de otras economías, como ya se comentó, en México sólo 1% de los estudiantes obtuvo un nivel de competencia superior en matemáticas, mientras que economías asiáticas, como China o Singapur, tienen niveles cercanos o superiores a 40 por ciento.


En la comparación con los resultados de las pruebas realizadas desde el 2000 a la fecha, el panorama es desalentador en lectura y ciencias, en donde apenas si se han dado variaciones menores en el nivel de desempeño de los alumnos. En el caso de matemáticas, si bien se dio un crecimiento favorable hasta el 2009, posteriormente se presenta una tendencia decreciente y con perspectiva negativa.

El problema para México no sólo son los malos resultados, sino la poca claridad de las medidas de política pública y desde la sociedad, que permitan frenar el deterioro y empezar a corregir en la dirección correcta, a ello habrá que sumarle la educación desde casa.

Los resultados presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) confirman los escenarios más pesimistas de los expertos en educación, que temían una alta deserción escolar tras el cierre de los colegios como medida de contingencia debido a la pandemia. Además de los millones de estudiantes que se quedaron fuera de clases en el actual ciclo, la encuesta muestra que 1,8 millones no concluyeron el ciclo escolar anterior (2019-2020), y que 58.9% de ellos argumentó alguna razón asociada al covid-19, mientras que 8.9% aseguró que dejaron las clases por falta de dinero o recursos. De ese número de estudiantes, 1.5 millones corresponden a escuelas públicas y 243.000 a privadas.

La encuesta del Inegi muestra que el 26.6% de los estudiantes dijo también que uno de los motivos asociados a la covid-19 para no inscribirse en el ciclo escolar es que “las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje”, mientras que el 25.3% señaló que alguno de sus padres o tutores se quedaron sin trabajo y el 21.9% carece de computadora, otros dispositivos o conexión de internet. Las cifras muestran que más de 16 millones de hogares en México no tienen conexión, lo que indica la brecha digital que impide a millones de estudiantes acceder a contenido educativo en línea.

Así de dramática es la situación, habrá que esperar el diagnóstico tan anunciado por el Gobierno Federal para replantear acciones que reencaminen el proceso de enseñanza aprendizaje, esto no será a corto plazo, y tampoco hay muy buenas expectativas dado al poco avance en años de camino recorrido.


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