Frente a la propaganda política intento mantener la cabeza fría, no importa cuántas veces me digan que el voto es emocional y que casi siempre se toma la decisión de último momento, frente a la boleta y ausente de todo lo que han prometido los candidatos y partidos durante la campaña.
Con el pretexto de que en la propaganda se apela a las emociones antes que a la racionalidad, la propaganda electoral se niega a ser una vía para las ideas y las propuestas, optan por vender a los candidatos y candidatas como productos, a los partidos como figuras familiares y protectoras.
Los lemas de campaña informan que el candidato Nos quiere, Desea dejar huella, Lo hará sin excusas o cualquier otra tontería que no está ligada a un propósito, que no refiere a lo que va a hacer de lograr el cargo por el que se postula.
Los partidos se pintan como instituciones que son nuestra esperanza, hacen lo que hacen en nuestro nombre, son fuertes y tienen coraje… pero de la forma de gobernar y sus programas para hacerlo, ni una palabra.
Con esta idea de ser el hombre de hojalata del Mago de Oz ante la propaganda puedo soportar, sin reírme, que una aspirante pida perdón en nombre de todos los políticos que nos han fallado, o no le grito con enfado a la pantalla cuando un político sentenciado por peculado pide que se vuelva a votar por él.
Con lo único que no ha podido este hueco en mi pecho es con la propaganda del Partido Encuentro Solidario, el discurso de odio con que se presenta y dice que defiende a la vida y a la familia, el valor con que caracteriza sus fobias, dan asco.
A finales de marzo, el Instituto Nacional Electoral suspendió dos de los spots del Partido Encuentro Solidario, uno en que se manifestaba en contra del aborto, el segundo en el que se oponen a que personas del mismo sexo puedan adoptar.
Sobre la necesidad de legalizar el aborto porque es una cuestión de seguridad y el Estado está obligado a brindar la mejor atención posible a los ciudadanos, eso es todo lo que tengo que decir, no me interesa el debate de moralidades.
Sobre la adopción homoparental, todavía hace unos días vi que lo seguían transmitiendo en la pauta de los tiempos oficiales para los partidos políticos, a pesar de la medida cautelar del INE. Sobre esa instrucción, los retrógradas de ese partido ni siquiera asumen que es por el discurso de odio e informan a su militancia que se retiró por la falta de un requisito (el permiso de los padres de un menor para aparecer en el spot) y no por su contenido, como para difundir la idea de que el INE, en nombre de la libertad de expresión, permite que se difundan mentiras.
Alguna vez tuve la oportunidad de acompañar a Tania Magallanes a una entrevista que realizó en el DIF Estatal, en una de las instalaciones atestiguamos las inmejorables condiciones en que son cuidados muchos de esos niños en espera de una familia, pero el PES cierra los ojos ante esa realidad y en defensa de una concepción religiosa de la familia, contraria a lo que dicen nuestras leyes, niega la adopción homoparental.
Los dirigentes y candidatos del PES no dudan en difundir la idea de que dos personas del mismo sexo no son una familia, defienden su derecho a odiar que porque esa ideología “representa a millones de mexicanos”.
A esos millones de mexicanos que le niegan a los niños sin hogar la oportunidad de ser adoptados por dos personas del mismo sexo, mi asco y repulsión, ojalá un día el valor con que dicen defender su discurso de odio, lo tomen para mirar a uno de esos niños para decirles que en nombre de Dios, les van a negar la oportunidad de encontrar un hogar, formar parte de una familia.
Coda. La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reconoce y protege todas las formas y manifestaciones de familia. Punto.
@aldan