- Problemas para garantizar derechos en niñez y adolescencia tendrá efecto dominó
- Defunciones en niñas y jóvenes en este periodo fueron en aumento
Xóchitl Libertad Mejía Valderrama, directora de la Clínica de Atención Integral a Mujeres Nayaritas y activista por los derechos humanos de las juventudes, consideró importante valorar en su justa dimensión el impacto de la pandemia en México, las garantías de los derechos de la infancia y la violencia feminicida
Apuntó que los problemas para garantizar los derechos a la infancia y la adolescencia en México, tendrán un efecto dominó muy difícil de dimensionar; sin embargo Redim (Red por los Derechos de la Infancia en México) ha mencionado que esta situación afecta en tal gravedad, que el enfoque posterior inmediato de las pandemia debe de abordarse justamente como una sindemia, es decir, la suma de dos o más epidemias o brotes de enfermedades concurrentes o secuenciales en una población, con interacciones biológicas, que exacerban el pronóstico y carga de la enfermedad.
“De esta forma observamos que las defunciones en niñas y jóvenes en este periodo se clasificaron justamente como violencia familiar es de continuo aumento; es muy importante mencionar que existe una idea equivocada de que el virus no afecta a la niñez o a la adolescencia, lo que provocó que el gobierno fuera omiso en la atención a este sector de la población y cuya protección comenzó a disminuir en cuanto a las acciones que ya estaban implementadas. Incluso presupuestalmente cabe destacar que en el balance anual hubo una disminución, por lo que se les hizo un llamado de atención a los estados para ampliar los esfuerzos de prevención, justamente en este efecto”, explicó la activista.
Aseveró que este periodo de confinamiento obligado por la emergencia sanitaria ha sido sumamente devastador por el aumento de la violencia contra la niñez, ya que al estar en esta situación de poca la movilidad, son justamente las infancias quienes se ven severamente afectadas y lejos de otras oportunidades o de otros escenarios donde era posible advertir marcas o retrocesos en su desarrollo conductual-cognitivo, como es la escuela; justamente en esta situación de confinamiento esto se ha hecho más complicado.
Destacó que las defunciones femeninas en menores de 18 años que se identificaron en el periodo del 2011 al 2017, el porcentaje de las muertes de niñas de cero a cuatro años a causa de agresiones por violencia familiar es el más alto registrado, con la excepción de 2016 cuando se registraron un 12% de los casos, porcentaje que fue rápidamente superado en el grupo de cinco a nueve años que ascendió al 13%.
“De esta forma podemos entender que de enero a octubre del 2020 se contabilizaron 10 mil 198 niñas que niños entre 10 y 17 años como víctimas de lesiones; a esto hay que sumar 1 mil 971 de homicidio, 1 mil 496 de corrupción de menores; 221 de trata de personas; 168 de extorsión, 168 de rapto y 68 de secuestro, lo cual refleja un severo aumento en el mismo periodo de los dos años anteriores.