- El fundador del Cártel de Sinaloa está apostando al triunfo de Morena en las elecciones a gobernador de este año, asegura la periodista Anabel Hernández, autora del libro Los Señores del Narco. “El Mayo Zambada quiere que lo dejen operar”, plantea.
EMEEQUIS/Óscar Balderas
Durante décadas, el hombre más poderoso en Sinaloa fue alguien nacido en Badiraguato, tierra fértil donde la marihuana y el opio crecen libres y silvestres. Para hablar de él por su nombre hay que usar siempre sus dos apellidos: Guzmán Loera, Joaquín, el capo que fundó el cártel de las drogas más famoso del mundo.
Ahora, con el Chapo encerrado de por vida en Estados Unidos, otro oriundo de Badiraguato –un pueblo que ha sido llamado “la capital internacional del narcotráfico”– podría entrar al club de los hombres más poderosos en Sinaloa. Y a él también se le nombra con sus dos apellidos, Rocha Moya, Rubén, el candidato de Morena para gobernar esa entidad.
Pero el vínculo entre el morenista y el capo va más allá de haber nacido en el mismo municipio con solo siete años de diferencia.
Para Anabel Hernández, periodista multigalardonada por sus investigaciones sobre el crimen organizado en México, hay una conexión más profunda que debería preocupar a los electores: el socio del Chapo, el poderoso Ismael “el Mayo” Zambada, ya dio su “bendición” a Rocha Moya para que sea el próximo mandatario de Sinaloa.
“De acuerdo a la información a la que yo he tenido acceso, que he podido corroborar con distintas fuentes, algunas del propio Gobierno Federal –me refiero al gobierno de Andrés Manuel López Obrador– y algunas otras fuentes por parte del Departamento de Justicia del gobierno de Estados Unidos, me informan que es así: que habría el ‘visto bueno’ del Mayo Zambada a la candidatura de Rocha Moya”, cuenta la autora del libro Los Señores del Narco, durante la entrevista con EMEEQUIS.
Un voto que puede voltear una elección
“El Mayo Zambada –asegura Anabel Hernández– es “el Gran Elector” del estado. Un capo que, gracias a que se encuentra en lo alto del organigrama del Cártel de Sinaloa y a su leyenda de inalcanzable para la justicia, tiene el poder suficiente para “voltear” una elección en favor de sus intereses.
“Yo he investigado al Cártel de Sinaloa durante los últimos 15 años y he podido establecer comunicación directa con personas que han trabajado para esta organización. La aproximación más cercana que he tenido es con Vicente Zambada Niebla, a través de su abogado, Fernando Gaxiola.
“Eso me permitió realmente acercarme mucho más a qué es lo que sucede dentro de la organización criminal, cómo se toman las decisiones y cómo el factor político de quiénes son los gobernantes en Sinaloa incide directamente en el cártel y cómo el cártel toma decisiones importantes al respecto”, dijo Anabel Hernández, ganadora del Premio Nacional de Periodismo.
Al Mayo Zambada, de 73 años, le convendría el triunfo de Morena este 6 de junio en Sinaloa porque así tendría un aliado en el Palacio de Gobierno que le ayudaría a operar sus negocios “legales” con los que blanquea dinero proveniente del narcotráfico, además de mantener a salvo a sus parejas e hijos que viven en la entidad.
“¿Qué pide el Mayo a cambio? Pide paz, que lo dejen operar. ¿Por qué es importante Sinaloa para él? ¿Sólo porque es la base, la matriz de su organización criminal? Porque ahí están asentados sus negocios ‘legales’ de leche, de hortalizas, de ganado. Él necesita estabilidad y la posibilidad de influir.
“¿Por qué el Mayo Zambada particularmente podría ver con buenos ojos a este hombre? Porque cuando uno ve con quién ha trabajado Rocha Moya, pues uno puede entender ¡ah, no es tan ajeno a grupos que el Mayo Zambada ya les ha dado su bendición, como son los exgobernadores Jesús Aguilar Padilla y Mario López Valdez. Entonces estamos hablando de que (el morenista) no es un ente extraño a la organización criminal”, asegura la reportera que el año pasado ganó el premio Freedom of Speech Award del medio alemán Deutsche Welle.
Rocha Moya se quiere coordinar con el narco
El candidato de Morena fue coordinador de Asesores (2005-2010) del ahora exgobernador Jesús Aguilar Padilla, a quien Anabel Hernández ubica como un político muy cercano al Mayo Zambada.
No sólo Jesús Aguilar Padilla se habría vuelto gobernador gracias al apoyo decidido del fundador del Cártel de Sinaloa, según la periodista. También habrían recibido la “bendición” del Mayo Zambada otros mandatarios estatales, así como el expresidente municipal de Culiacán, Jesús Vizcarra, quienes vieron florecer sus carreras tras el dedazo del capo.
En cambio, Sinaloa se fue marchitando en la violencia. Más de 3 mil 500 personas desaparecidas por la guerra de los cárteles, crecientes feminicidios, masacres y extensas regiones de la entidad que no son controladas por las autoridades, sino por el Cártel de Sinaloa, que se ha vuelto el real Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial en lugares como Badiraguato, la tierra de Rubén Rocha Moya.
Es tanta la cercanía del morenista con la narcocultura de su lugar de nacimiento que en 2014, Rubén Rocha Moya publicó un libro de su autoría, El disimulo, así nació el narco, sobre la vida cotidiana del crimen organizado en Sinaloa.
Y en una entrevista con el periodista Carlos Loret de Mola, Rubén Rocha Moya aseguró que, de ganar la elección, él buscaría “coordinarse” con el crimen organizado.
“¿Hay que coordinarse con el narco?”, se le preguntó al morenista. “Pues… hay que buscar una forma de hacerlo”, respondió. Y cuando se le cuestionó si se sentaría a dialogar con El Mayo Zambada, en lugar de perseguirlo, Rubén Rocha Moya dijo que no se negaría. “Habría que verlo, habría que verlo”, repitió.
El presidente pone el (mal) ejemplo
Desde que arrancó el sexenio, la conducta del presidente Andrés Manuel López Obrador –y líder moral de Morena– hacia Joaquín Guzmán Loera, sus familiares y socios, ha sido duramente criticada por sus adversarios.
Desde la liberación del hijo del Chapo, Ovidio Guzmán, tras el fallido operativo de 2019 denominado como “Culiacanazo” hasta el efusivo saludo de mano, en plena pandemia, a la mamá del capo en una visita presidencial a Badiraguato, pasando por el rechazo de López Obrador de hablar del capo sinaloense usando su apodo y su supuesta intervención para que mejoren sus condiciones de vida en la prisión.
Ahora, esa conducta parece haberla copiado su compañero de partido Rubén Rocha Moya, quien hasta ahora lidera las encuestas, pero que ha ido perdiendo ventaja frente al candidato de la alianza opositora del PRI, PAN y PRD, Mario Zamora, quien ha sido un duro crítico de la liberación de Ovidio Guzmán en aquella tarde de 17 de octubre de hace dos años.
Anabel Hernández asegura que “este fenómeno, por desgracia, no sólo corresponde a Sinaloa. Son fenómenos que hemos visto a lo largo de mucho tiempo en México. Por ejemplo, la Familia Michoacana en Michoacán, cuando era propietaria de la plaza, incidía en los candidatos. Ellos nominaban a quiénes debían ser los candidatos a presidentes municipales, por ejemplo, en las partes más importante del estado, sobre todo donde había narcolaboratorios de droga sintética.
“Este sistema se ha metido en las entrañas del partido (Morena) que había prometido eliminar ese pacto criminal. Estamos en una situación desesperada, creo yo, porque las elecciones son una trampa para los ciudadanos. Es un espejismo”, añade Anabel Hernández.
Mientras todos los partidos obedezcan al mismo “Gran Elector”, asegura la periodista, Sinaloa se mantendrá sumida en la violencia, bajo la bota de un capo que maneja la entidad a su antojo. Un criminal que no dudará en pavimentarle con plomo el camino a la gubernatura a su candidato favorito, el que le garantice impunidad.
“El Mayo tiene la fama de ser un negociador. Cuando está en crisis su negocio, no inmediatamente saca la pistola y te dispara en la cabeza, pero una vez que él toma la decisión de matar a alguien no hay nada ni nadie que lo pueda detener. No importa si es su amigo, compadre o principal socio. No le importa nada… ahí está su gran poder”.
@oscarbalmen