La pandemia de COVID-19 ha afectado de forma importante al estado de Aguascalientes, así como al resto del territorio nacional. De acuerdo a datos del Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes, se han detectado 21 834 casos confirmados, de los cuales lamentablemente han perdido la vida 2 738 personas.
Como consecuencia, la tasa de letalidad es del 12.5%; en otras palabras, 12 de cada 100 individuos que enferman de COVID-19 fallecen en este estado. Los indicadores actuales de riesgo colocan a esta entidad en color amarillo del semáforo, que equivale a un nivel medio.
Si bien la tendencia actual marca que poco a poco las cifras de contagios, hospitalizaciones y fallecimientos diarios van disminuyendo, un rebrote de esta enfermedad no está descartado. Esto quiere decir que si la sociedad e instituciones gubernamentales de Aguascalientes no toman cuidados preventivos, la situación epidémica podría empeorar, lo que nos llevaría de regreso al color naranja del semáforo federal.
Nuevamente, esta escalada en los contagios ocurriría si no se toman acciones de prevención, como lavado de manos, distanciamiento social, vigilancia de síntomas, uso de cubrebocas y demás. La velocidad en el incremento de contagios está relacionada con la dinámica de transmisión del virus, por lo que a mayor movilidad hay mayor riesgo.
Por esta razón y, para evitar más daños a la salud y la economía de la gente de este estado, es necesario no bajar la guardia y seguir cuidándonos. La pandemia aún no termina, aunque las cifras van a la baja, así que hay que seguir con la inercia positiva de prevención para impedir un repunte de contagios.