APRO/Blanca González Rosas
Con nuevos modelos de negocio artístico que se expanden entre las ciudades de México y Toluca, el mercado local del arte manifiesta un dinamismo que se basa en el empoderamiento de su diversidad.
Diseñado por mediadores que se han dedicado, desde el año pasado, a explorar nuevas posibilidades en el entorno del confinamiento social y económico provocado por el covid-19, el mercado mexicano del arte contemporáneo presenta alternativas que destacan por haber sido diseñadas con base en el conocimiento de las necesidades y posibilidades de los agentes involucrados.
Y esta semana, del martes 27 de abril al domingo 2 de mayo, la coincidencia entre la realización de la Semana del Arte Zsonamaco 2021, el Movimiento Clavo en la Ciudad de México, y de Arte 2660 en Toluca, permite ubicar proyectos e intereses vinculados con la reactivación local de la economía del arte.
Zsonamaco
Lo primero que destaca es la autodenominación de la semana. Conocida todavía en 2020 como la Semana del Arte en México, su título agrupaba los distintos eventos que se organizaban en paralelo a Zsonamaco como la feria madre o principal. Además de las numerosas exposiciones en museos y galerías, en la semana destacaban especialmente el Salón Acme y la Feria de Arte Material.
Diseñadas con un ambiente escenográfico altamente experiencial, ambas propuestas, aun cuando se iniciaron como una alternativa a la gran feria, evidenciaron en 2020 su vinculación con la escena hegemónica al integrar algunas de las galerías más potentes de la feria, entre ellas la OMR en ambos eventos y la Kurimanzuto en la Material.
Afortunada por haberse podido realizar en 2020 del 2 al 9 de febrero, Zsonamaco sustituyó este año su feria presencial por un evento característico de las semanas de arte: recorridos por galerías y otros espacios que se organizan con base en su ubicación urbana.
Con una propuesta que, como señaló el director artístico de la feria Juan Canela (España, 1980) en la conferencia de prensa del pasado martes 20, pretende “ayudar a la reactivación del contexto artístico del mercado del arte y del fomento de la cultura”, la Semana del Arte Zsonamaco 2021 integrará aproximadamente a 69 galerías que en su mayoría operan desde la ciudad capital.
Dividido en cinco circuitos que corresponden a las zonas galerísticas típicas en la CDMX, el evento se realizará en las colonias Polanco, Condesa, Roma, Juárez y San Miguel Chapultepec.
Sin sorpresas en las participaciones, la mayoría de las galerías son las que desde hace años asisten permanentemente a la feria. Aunque interesados también en “poner en valor el rol de las galerías y la importancia de sus espacios en la ciudad y en el ecosistema artístico”, así como de reforzar la idea de colaboración, los organizadores de Zsonamaco sin embargo no lograron que la mayoría de las galerías establecidas en la CDMX funcionaran como anfitrionas: aproximadamente sólo 14 de ellas (20%) son las que compartirán sus espacios.
Diseñada con un modelo de negocio en el que la feria ofrece los servicios de subir a la plataforma global https://www.artsy.net/ una imagen de las piezas en venta a partir del lunes 26, y de organizar visitas especiales para profesionales y coleccionistas, este modelo de Zsonamaco tuvo un costo por participación de aproximadamente mil 100 dólares. Y los gastos de producción de las exposiciones, incluyendo las rentas de lugares no compartidos, son responsabilidad de los participantes.
Sobre las intervenciones artísticas que se presentarán en zonas urbanas bajo el título de Zsonamaco Patio y en mupis –soportes– publicitarios ubicados en las estaciones de la línea 7 del Metrobús, no se ha dado información previa.
Además de artes visuales, la feria integra proyectos de diseño –especialmente interesante el prometido de diseño emergente que se presentará en la Casa Ortega– y comercio de antigüedades.
Debido a las exigencias sanitarias que impone la pandemia, todas las visitas deberán realizarse por cita a través de https://zsonamaco.com/.
Clavo
Organizado para presentarse en el contexto de la Semana del Arte Zsonamaco, del viernes 30 de abril al domingo 2 de mayo, Clavo sobresale por su concepto, gestión y contenido.
Interesados en diseñar un modelo de negocio que beneficie a promotores que no cuentan con la fortaleza económica para participar en una feria de alto costo que, además, no les garantiza recuperar la inversión, los artistas y gestores Diego Beyró y Amado Cabrales diseñaron una propuesta que no pretende ser una feria, sino un movimiento artístico.
Concebido como un “lugar para que los espacios de arte alternativos, las editoriales, los proyectos curatoriales y las galerías modifiquen y se apropien de los formatos de ferias y semanas de arte”, Clavo se define como una “oportunidad de subsistir”, ya que, “cuando las oportunidades no vienen a nosotros, lo mejor es crearlas”.
A diferencia de la feria Zsonamaco que durante todo 2020 estuvo ausente de la escena artística, Diego Beyró, después de cerrar el local que albergaba su galería Casa Equis por la crisis económica que provocó la pandemia, activó no sólo exposiciones en línea, sino que adaptó el formato de la segunda edición de la Feria Fain (Feria de Arte Independiente) que fundó en 2019.
Efectuada en el fin de semana del 27 al 29 de noviembre 2020, esta feria se basó en la visita a 11 estudios de artistas que viven en la Ciudad de México y que aceptaron ser anfitriones de otros creadores participantes en el evento. Con una ruta que también se restringió a las colonias Condesa, Roma y Centro, Fain mantuvo su modelo de negocio: sin una cuota previa, los artistas colaboraban con 40% de sus ventas, si es que las tenían.
Concebido como un movimiento de colaboración entre creadores y constructores del ecosistema artístico, Clavo le apuesta a la diversidad creativa que existe en la CDMX y zona metropolitana, “permitiendo que los espacios generen un ingreso sin el riesgo de inversión que representa participar en los modelos ya conocidos”. Por lo mismo, el costo de participación es de mil pesos y la aportación de las ventas es de 10% para los organizadores.
Audaces y un tanto insolentes, Diego Beyró y Amado Cabrales presentan esta primera edición de Clavo en un espacio que destacó en el escenario ferial a nivel nacional y global en diciembre del año pasado: La Casa Versalles. Un lugar en el que las galerías que participaron en la prestigiada feria Art Basel-Miami Beach exhibieron sus ofertas de manera presencial y virtual. Un acto que, simbólicamente, evidencia su capacidad de apropiarse de los formatos de feria de arte, como señalan en su manifiesto.
En cuanto a su contenido, Clavo destaca por la calidad artística y profesional de sus participantes. Integrado por 31 proyectos de distintas trayectorias y estéticas, además de La Quiñonera que es el más veterano, se encuentran la joven Galería Plomo, el espléndido Estudio Marte y la interesante Galería Unión. Fundada por Mario Paredes en 2019, este espacio tiene como objetivo exhibir propuestas relacionadas con narrativas que provengan de la periferia urbana. Situada desde noviembre del año pasado en el barrio de La Lagunilla, Unión presenta obras que, a pesar de incidir en problemáticas locales, como la economía informal, la desprotección del espacio público y la precarización de grupos subalternos, sorprenden por las sutilezas de las poéticas visuales.
Emplazado en la espectacular Casa Versalles, Clavo cuenta con un patrocinio indirecto de los propietarios del recinto –recibirán un porcentaje en caso de ventas–, mientras que el ingreso, sin citas previas, tendrá un costo de 150 pesos..
Arte 2660
Con este título, referido a la altitud que tiene la Ciudad de Toluca, Arte 2660 destaca por diversas razones: es un proyecto de artistas para artistas, incluye alianzas con la iniciativa privada y tiene como objetivo promover el mercado del arte como una acción eficaz para el beneficio de los creadores.
Concebido y gestionado por los artistas Ana Mena y Antonio Mañón, Arte 2660 fusiona el concepto de feria y festival en un evento de larga duración que, del 15 de abril al 14 de mayo, incluye exposiciones gratuitas, ventas, recorridos urbanos, talleres y formación de públicos y consumidores a través de charlas y coloquios.
En su organización, lo primero que sorprende es la inclusión de la diversidad creativa. Conscientes de las diferencias estéticas que existen en todo ecosistema artístico, Mena y Mañón, aun cuando cuidaron la selección de los participantes con criterios de calidad técnica y visual, diversificaron los segmentos artísticos ubicándolos en distintas sedes.
Distribuido presencialmente en 15 espacios del centro de la capital del Estado de México, Toluca, en su mayoría propiedad privada –entre ellos el Centro Cultural Toluca, la Plaza Acrópolis, el Restaurante Portal Central y el Hotel Margarita–, Arte 2660 presenta un modelo de venta en el que los artistas reciben 100% del precio gracias al patrocinio de los dueños de los recintos, que no cobran por el uso de sus instalaciones.
Además del modelo híbrido que fusiona virtualidad y presencia para dinamizar la reapropiación de la ciudad, el concepto de negocio es divertido. Conocedores de la carencia de consumidores artísticos que existe en Toluca, Mena y Mañón diseñaron un tipo de venta que se basa en el juego. Dividido entre expoventa y subastas, estas últimas se dividen en temas para promover la diversión y la competencia.
Realizadas cada viernes desde el 23 de abril hasta el 14 de mayo a las 18:30 horas en las distintas sedes, las subastas están seccionadas en dos rubros: De cero al cielo (porque la puja parte de 100 pesos sin precio estimado) y Amemos el arte (con pujas a partir de mil pesos).
Sin restricciones de técnicas, lenguajes, nacionalidad o edad de los artistas, la convocatoria para participar solicitó sólo cuatro piezas, de las cuales los mismos creadores establecieron el tipo de comercialización: expoventa o subasta.
Gracias al catálogo en línea que puede visitarse en la misma página del evento, el dibujo y el grabado sobresalen por la contundencia de sus narrativas.
Valientes en lo que respecta a la selección autoral, los organizadores se atrevieron a integrar, con gran dignidad profesional, una diversidad poética que muchas veces se califica como ingenua o regional.
Arte 2660, interesante artística como comercialmente, nos recuerda que el ecosistema artístico mexicano no es propiedad exclusiva de la Ciudad de México. Y en lo que se refiere al apoyo a los creadores, fomentar el consumo de su producción genera un círculo mucho más virtuoso que subvencionarlos a partir de becas gubernamentales, pues estas promueven la sobreproducción sin atender el destino final de las piezas.
La restricción del mercado artístico provocada por la pandemia del covid-19, si bien desestabilizó los modelos de negocio convencionales, generó paradójicamente exploraciones y cambios que favorecen la inclusión de la diversidad creativa en el ecosistema mexicano del arte contemporáneo, como podrán constatar los visitantes que exploren estas rutas de la Semana de Arte Zsonamaco, Clavo o Arte 2660.