La pandemia por covid-19 puso en evidencia las grandes carencias que hay en Salud Pública en todo el mundo. Incluso en las naciones primermundistas como Estados Unidos y todas las europeas incluyendo a la tan comentada Dinamarca. Ningún país respondió de inmediato y bien al devastador ataque del nuevo virus. Y el resultado inmediato han sido las protestas, los mítines, los reclamos y en general la insurgencia de los profesionales de la salud. Echando un vistazo a la historia nos damos cuenta de que el gremio médico es combativo. Tienen fama de tranquilos, tolerantes y apacibles. Sí lo son, pero también han dado muestras de ser enérgicos combatientes y firmes en su ideología política. México fue uno de los primeros países en todo el planeta que organizó una huelga de médicos que desembocó en toda una revolución social. En 1964, hace 57 años los jóvenes médicos residentes e internos del Hospital 20 de Noviembre del Issste se declararon en paro. No se trató propiamente de una huelga porque no eran empleados del Instituto, sino estudiantes haciendo prácticas. Y ese fue precisamente el conflicto, que los estudiantes (sic) trabajaban arduamente, las 24 horas, con un mínimo descanso, vivían en reducidas habitaciones, se alimentaban con la comida de hospital que ya sabes es tradicionalmente insípida, escasa y no nutritiva, no recibían ropa, ni instrumental y por ello percibían una compensación ridícula, sin prestaciones sociales, sin capacitación y además con un insolente maltrato de los empleados administrativos del hospital. Se fueron al paro, los médicos de base los apoyaron y el Gobierno de la ciudad envió al Cuerpo de Granaderos, antecedente de la actual Guardia Civil que los sometió a macanazos. En la golpiza se incluyeron a enfermeras que trataron de defenderlos. Esto hizo que el conflicto creciera durante tres años y finalmente detonó en el Movimiento Estudiantil de 1968 y que cerró trágicamente con la Noche de Tlatelolco. Pocos países en el mundo han hecho esto. Actualmente tenemos paros, huelgas y manifestaciones en España, Italia y Reino Unido, por la grave desatención al personal sanitario, precisamente cuando más han trabajado, cuando más han expuesto sus vidas y también cuando más las han perdido. México es uno de los lugares en donde han fallecido un enorme número de médicos y enfermeras. Aguascalientes no se queda atrás, hemos perdido a valiosas vidas de administrativos, camilleros, ambulantes, enfermeras y médicos. Y esto ha generado un estado de permanente insatisfacción. No olvidemos que los médicos no suelen participar en política, pero cuando lo hacen su labor es de gran impacto. Hipócrates se negó a atender el Emperador persa Artajerjes II que tenía dominada a Grecia. Galeno era el médico personal del emperador Marco Aurelio y no quiso seguir siéndolo del hijo Cómodo, por la sospecha de que había asesinado a su padre. Miguel Servet fue quemado en la hoguera en plaza pública por negar públicamente algunos misterios de la religión católica particularmente el concepto de la Santísima Trinidad. El dr. Enrique C. Osornio era un acaudalado profesionista y empresario aguascalentense, pero dejó todo para irse como médico personal de Álvaro Obregón, a quien amputó el brazo derecho por una herida de guerra, después de una batalla en Celaya el 3 de junio de 1915. Poco después entró triunfalmente a la ciudad de Aguascalientes después de haber destrozado para siempre al ejército de Pancho Villa en los llanos de Peñuelas. En 1954 Ernesto “Che” Guevara trabajaba como médico alergólogo en el Hospital General y en el Infantil de México, en ese tiempo se unió al Movimiento 26 de Julio liderado por Fidel Castro y desde entonces se convirtió en una figura legendaria de la revolución social. Los médicos son pacíficos, tranquilos y amigos de la vida. Sólo que también saben ser inteligentes y audaces revolucionarios. Y en este momento están inconformes.