- Logros en derechos humanos se obtuvieron a través de juicios, amparos y sentencias
- Acceso al trabajo con prestaciones no les son fáciles de conseguir
Luego de que el pasado 31 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Comunidad Trans los avances siguen siendo limitados en Aguascalientes y los logros en materia de derechos humanos se obtuvieron a través de juicios, amparos y sentencias, expuso Susan Any Rodríguez Muñoz, presidenta del colectivo Red Hidrocálida de Personas Trans y de la diversidad sexual.
Destacó que muchos derechos están limitados para la comunidad de personas trans, en especial para las mujeres, a quienes el acceso al trabajo con las mismas prestaciones que tiene cualquier persona no es fácil de conseguir, además que nadie les informa sobre cómo pueden acceder a los derechos que constitucionalmente tienen: “Somos las organizaciones de la comunidad trans las que estamos luchando por esos derechos y lograr visibilizar nuestra existencia, porque si no nos nombran no existimos”.
Expuso que a pesar de que en el discurso hay instituciones que dicen ser incluyentes la realidad es otra, porque siguen replicando el machismo y la violencia por parte de sus funcionarios, como el caso de la denuncia que interpuso la consejera distrital Vania Castro hace unos días apenas, que a pesar de lograr integrarse como parte de un consejo electoral ciudadano gracias a las acciones afirmativas para grupos considerados en desventaja como la comunidad LGBTI+, pero antes fue necesario impugnar al no concederse todos los espacios logrados para quienes cumplieron con los requisitos.
“Podemos entender que son temas en los que muchos no están adaptados, pero tampoco es un tema nuevo y todos convivimos en lo cotidiano con una persona trans, hay una vecina, amiga, familiar…y si no tienes el conocimiento adecuado, para eso estamos las organizaciones y las activistas, para que se acerquen”, expuso Susan Any.
Si bien el estereotipo es que las personas de la comunidad trans vienen de un nivel socioeconómico bajo y no tienen la preparación académica necesaria, en la realidad se trata de gente respetuosa, sensible y más inclusiva hacia el resto de la población, y eso en la función pública o trabajo con una sociedad, es importante.
“El tener una licenciatura, maestría o doctorado no significa que sean incluyentes y aunque sepan de derecho no saben de sororidad o empatía, y aunque tengamos las mismas capacidades y conocimientos se nos hace a un lado”, destacó la activista.
Señaló que en el caso de las infancias y juventudes trans la situación resulta muy compleja, especialmente en el contexto de las escuelas, pues la plantilla docente que se supone que está para proteger y hacer que sean espacios seguros para los estudiantes, en ocasiones se convierten en los lugares donde viven más violencias; caso aparte es el escenario familiar.