A partir de abril los mercados financieros en México toman un paso enorme para la generación de sustentabilidad dentro de sus objetivos y procedimientos. Las Administradoras de Fondo para el Retiro (Afores) tendrán la obligación de tener definida dentro de su estrategia de inversión los principios ambientales, sociales y de gobernanza, esto como resultado de una tendencia global de parte del mundo económico.
Durante los últimos años ha surgido la tendencia de responsabilidad social para las empresas que conforman el complejo aparato económico mundial, donde esta responsabilidad social busca lograr ser redituable para todos los involucrados: empresarios, empleados, sociedad, proveedores, clientes.
Esta tendencia se ha convertido para diversos ejercicios macroeconómicos en un punto importante para la generación de una conciencia que va más allá de la consecución de utilidades récord para los inversionistas, sino de un cambio arraigado en poder alinear los objetivos de la empresa con el bienestar general para lograr la creación de un cambio de profundidad que permee en valor para todas las empresas.
Esta tendencia se resume en principios conocidos Ambientales, Sociales y de Gobierno (ASG por sus siglas en español) o en inglés Environmental, Social and Governance (ESG por sus siglas en inglés). Estas mismas van encaminadas a poder generar el desarrollo de objetivos encaminados a mejorar estos 3 factores englobados en las iniciales de esta terminología.
Dentro de las innovaciones tomadas por los mercados financieros nacionales e internacionales están la generación de diferentes instrumentos de inversión encaminados a la generación de consecuencias favorables para cumplir con los principios ASG.
Los bonos verdes por ejemplo buscan la obtención de recursos para proyectos considerados como importantes en términos ambientales, estos mismos buscan lograr rendimientos para en el largo plazo para los inversionistas a través del desarrollo de estos, estos mismos están presentes dentro de los mercados financieros mexicanos desde hace tiempo y han sido fuertemente apoyados para generación de proyectos innovadores. Nacional Financiera, la banca de desarrollo de gobierno federal impulsó durante la administración pasada la emisión de bonos verdes como parte de una estrategia de generación de proyectos ecológicos.
Los bonos sociales van encaminados al levantamiento de recursos para poder colocarlos en proyectos que traten de generar un beneficio para ciertos sectores que son considerados vulnerables como la construcción de escuelas, servicios públicos y privados básicos, infraestructura, apoyos a comunidades vulnerables entre otros. En México Nacional Financiera igualmente fue un impulsor de dichos bonos haciendo colocación de estos en los mercados financieros.
Otra de las innovaciones presentadas en términos de ingeniería financiera es el desarrollo de lo que se conoce como bonos de carbón. El funcionamiento de estos sirve a manera de canje donde las autoridades ambientales determinan a las empresas una cantidad de dióxido de carbono (CO2) producido durante una cantidad de tiempo de acuerdo con el giro de su actividad. Los bonos de carbón entonces sirven como un vale para la producción de CO2 y estos mismos se “venden” para que puedan aportar a las empresas capacidad poder producir mayor cantidad de bienes y servicios. Para las empresas que ayudan a capturar CO2 con la generación de proyectos verdes, se les otorgan estos bonos de carbón para lograr redituar en utilidades para este tipo de proyectos y generar mayor cantidad de estos ante el empate de la generación de rentabilidad que normalmente no podrían tener.
Adicional a este tipo de instrumentos de inversión también se han generado diferentes fuentes de información que miden el impacto de los principios ASG en el desarrollo de instrumentos financieros, tales como índices que permiten conocer elementos clave como el involucramiento de los principios para el riesgo y rendimiento de los instrumentos financieros en un esfuerzo por lograr cuantificar el impacto de estos principios en dichos instrumentos.
En 2020 empezó a cotizar en el mercado un activo que nunca se había visto involucrado y que habla de lo preocupante que puede ser la situación para el planeta. Contratos de futuro de agua empezaron a cotizar en una muestra de la escasez de esta y su importancia para diferentes actores de los mercados financieros. Una seria llamada de atención que dicta lo que en un futuro podría ser un fenómeno que se vuelva normalidad como lo sería que bienes que consideramos abundantes empiecen a cotizar por su escasez e importancia.
El uso de los mercados financieros para poder lograr y seguir objetivos más allá de los económicos no es algo nuevo, desde la creación de los mercados financieros el que empaten objetivos de diferentes índoles. Pero en los últimos años ante la situación tan preocupante ambiental como la mayor concientización de poder generar un círculo virtuoso total en las empresas con la inclusión de minorías, así como un mayor involucramiento de parte de actores que anteriormente no eran tomados en cuenta, ha generado que cada vez más se tomen en cuenta principios ASG, esto siendo un paso sumamente importante para el desarrollo sustentable que sin lugar a duda generará progreso para los próximos años.