La economía de las desigualdades II/ La columna J - LJA Aguascalientes
21/11/2024

El argumento de desarrollo materialista ha concatenado la circunstancia existencial fragmentada de la sociedad, en un porvenir de tendencias de consumo que satisfacen ínfulas y categorizaciones impulsoras de la dinámica económica. Cada sociedad en su respectivo rol de evolución toma el impulso para crear entornos de producción en donde se provean y se prevean las necesidades de los distintos segmentos sociales.

Ciertamente la riqueza y la pobreza son conceptos subjetivos de la mente, la distribución de ambos conceptos esgrime en la posibilidad que no se crean ni se destruyen solo se transforma. El capital es organizado en tesituras institucionales bajo líneas políticas y pocas certezas normativas. Resulta paradójico tratar de entender porqué hay desnutrición en nuestro planeta si existen índices verdaderamente elevados de desperdicio en cuanto al insumo alimenticio. Aduciendo a la teoría de juegos de John Nash, y planteando el preámbulo monetario como un ejercicio de suma cero, nos encontramos en la antesala del desequilibrio. 

“Tras la conducta de cada uno depende el destino de todos”, Alejandro Magno

Ciertas retóricas capitalistas esgrimen que el neoliberalismo es un sinónimo de progreso, sería interesante preguntarnos si el progreso también significa desigualdad. Una de las cuestiones más pragmáticas de los desequilibrios sociales no es la riqueza o la pobreza, es la desigualdad. Siguiendo con el planteamiento de un juego, los humanos evidentemente desde que nacen no comienzan en la misma posición, si bien existe el camino llamado “libertad” resulta del mismo modo un contexto subjetivo. La propiedad privada acapara la asequible intención de la autonomía. Cada ideología plasma argumentos y justificaciones ante sus acciones y realidades. 

El economista Thomas Pikety hace mención de que en América Latina las élites económicas financieras todavía deben enfrentar las reformas fiscales y sociales para que la mitad que se encuentra debajo de la población, los dos tercios de abajo, tengan acceso a la clase de servicios educativos, de salud, a los que no siempre acceden, la desigualdad es más que palpable, y lo más peligroso es que se ha convertido en círculo vicioso, un callejón  sin salida, una memoria de cristales rotos en el laberinto de la soledad. 

Identificar el desequilibrio es dilucidar que permea la individualidad y el estatus quo pasa a segundo plano, si se aspira a un orden y a un progreso, no se puede aducir a que existan primeramente las capacidades individuales a las necesidades generales. Las elites políticas trazan y configuran esquemas de supuestas mejorías, en tanto que la acumulación de la riqueza se sigue atenuando y concentrando en un porcentaje mínimo, cifras desiguales. La filosofía y la sociología tendrán un gran debate en las próximas décadas versus los aduladores del capitalismo. 

“Pues hemos nacido para colaborar, al igual que los pies, las manos, los párpados, las hileras de dientes, superiores e inferiores. Obrar, pues, como adversarios los unos de los otros es contrario a la naturaleza”, Marco Aurelio

Es cierto que existen fases y ciclos que fundamentan la perspectiva óptima, es más que necesario en un mundo en donde poco a poco desaparecen las ideologías y que poco a poco se incrementan los consumos, es como si se estuviera llenando un espacio con un vacío, es irónico. 

La economía puede tener sus puntos de equilibrios en la medida en la que la sociedad tenga la percepción correcta de lo que es necesario y de lo que es endeble ante la constante y desmesurada necesidad de consumo. La economía no consiste en tener más, consiste en administrar mejor, en respetar el medio ambiente y a los seres que nos rodean. La economía de las desigualdades es el producto de la ambición desmedida, es la consecuencia del descomunal y deleznable contexto de quien acumula por acumular, bien lo dice la frase “Eres feliz cuando no deseas más”. 


Según datos del Banco Mundial, la mitad de los pobres son niños, las mujeres representan la mayoría de los pobres en casi todas las regiones, más del 40% de los pobres del mundo viven en economías afectadas por la fragilidad y la inestabilidad política, es muy probable que ese porcentaje se incremente hasta un 67% en la próxima década. La inestabilidad generada por la pandemia empujará a 110 millones de personas a un estado de pobreza extrema. Lo cual hará que en el mundo existan 710 millones de pobres aproximadamente.

La educación estimula a la conciencia, la historia ha dado cátedra, del camino que puede tomar el deseo superfluo. Las nuevas generaciones tendrán la tarea y el firme propósito de construir equilibrios. El respeto al mundo debe de imperar por la simple y sencilla razón de que es nuestra única casa. Creo firmemente que, si el hombre pudo llegar a la luna, también puede crear esquemas de funcionalidad para los más endebles.  La perseverancia debe estar en el bien. Hay condiciones para que todos los humanos tengan los recursos suficientes, la pobreza debe ser una palabra que se olvide con el tiempo, del mismo modo la desigualdad. 

Cuando la esperanza se vuelve invencible, la victoria final está asegurada. 

In silentio mei verba, la palabra es poder.


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