- El asesinato de una joven víctima de trata de personas puso de vuelta en la mira de las autoridades federales los nexos entre las mafias dedicadas a la explotación sexual y Jorge Hank Rhon, el candidato del PES a la gubernatura de Baja California
EMEEQUIS
Los últimos minutos con vida de Isis Atalia Montoya, una joven hidalguense de 19 años, quedaron registrados en dos cámaras de videovigilancia: una que grabó su asesinato a color y otra en blanco y negro.
La primera registra de espaldas al basquetbolista amateur Logan Matthew Kelley, de 26 años, mientras camina por el pasillo que une al Hotel Coahuila con el table dance Las Adelitas, dentro un hórrido edificio en el número 1841 de la calle Coahuila.
Es un corredor estrecho que desde 1962 –cuando se inauguró el table dance– han caminado miles de víctimas de trata de personas, quienes son obligadas por sus parejas o padrotes a bailar desnudas para atraer hombres a los cuartuchos del hotel a cambio de un pago que deben entregar a las mafias de la zona roja de Tijuana.
Nadie lo sabe cerca de las 9 de la noche, pero el joven estadounidense oculta en su mano derecha una navaja de uso militar, capaz de cortar sogas gruesas y perforar hasta el metal.
En la filosa hoja están grabadas las palabras “Special Forces” y en el mango está tallada la silueta de un rifle de asalto.
Catorce centímetros en el cuello
Isis, obligada desde los 15 años por su pareja a tener relaciones sexuales con otros hombres, está distraída. Algo busca en su bolsa y no advierte que el estadounidense camina hacia ella. En segundos, ese hombre alto y espigado se pone a su lado, la rebasa como para verificar su identidad y se vuelve a colocar a espaldas de su víctima.
De inmediato, Kelley saca la navaja y con un solo movimiento, de derecha a izquierda, la degüella. La filosa navaja abre una herida profunda de unos 14 centímetros que toca la arteria carótida, encargada de llevar sangre hasta el cerebro.
Las dos cámaras siguen grabando: el de la navaja corre hacia la salida, mientras Isis cae boca arriba. Un hombre persigue a Kelley y las otras bailarinas intentan ayudar a Isis, pero no hay nada que hacer por ella: el corte es tan profundo que se desangra en minutos.
Un detalle, que parecería menor –pero no lo es–, queda grabado: el feminicida e Isis llevan cubrebocas. Es el 10 de febrero del 2021 y en México aún sufre la segunda ola de la pandemia por coronavirus. El table dance Las Adelitas debería estar cerrado, según las restricciones estatales, pero lleva días operando con música, bebidas y crímenes a tope.
Isis hubiera estado lejos de Kelley, si no fuera porque esos giros negros en la zona roja de Tijuana tienen poderosos padrinos que los mantienen abiertos. Y uno de ellos, cuentan tres averiguaciones previas, es un candidato a gobernador en Baja California: Jorge Hank Rhon, el abanderado del evangelista Partido Encuentro Solidario (PES).
La sociedad de la zona roja
En los archivos de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) hay, al menos, tres carpetas de investigación sobre trata de personas con el nombre de Jorge Hank Rhon ligado a mafias de explotación sexual.
EMEEQUIS conversó con dos agentes de la división federal que participan en esos casos y que a raíz del feminicidio en Las Adelitas actualizaron las pesquisas que apuntan a que el candidato a gobernador del PES, y también exalcalde de Tijuana, tiene inversiones inmobiliarias en la zona roja de la ciudad fronteriza a través de testaferros.
Sus inversiones datan de, al menos, 1998, y debido a esos intereses de su familia y socios en table dance, bares y restaurantes donde operan bandas de tratantes, la zona roja de Tijuana nunca cerró sus establecimientos. Incluso, durante el pico de contagios, hospitalizaciones y fallecimientos por coronavirus a principios de año se mantuvieron abiertos.
“Varios testigos, principalmente activistas en Estados Unidos, han sido los principales aportadores de evidencias de que el señor Jorge Hank Rhon es socio de establecimientos en lo que muchos llaman la ‘zona de tolerancia’ de Tijuana.
“Entre los giros negros nombrados en las investigaciones está Las Adelitas, que es donde una joven de 19 años fue atacada con un arma blanca. Ese lugar debió estar cerrado, pero como genera mucho dinero a los políticos (locales), las autoridades estatales se hicieron de la vista gorda”, aseguró uno de los agentes que hablaron con este medio.
Entre la mafia china y las familias de padrotes
Las redes de trata de personas en la que estaría inmiscuido el candidato a gobernador por el PES tienen dos componentes que se suman al del poder político en el estado, aseguran los investigadores federales.
Por un lado está la cooperación con la mafia china que opera en Tijuana con fuertes intereses en el negocio ilícito de la prostitución forzada y, por otro, las bandas familiares dedicadas a la explotación sexual. Junto con servidores públicos corruptos, conforman una triada difícil de desmantelar y que opera desde hace años generando altos dividendos.
Bares como El Hong Kong, Las Chavelas, El Chicago, entre otros, están en las investigaciones federales como giros negros en los que, además de trata de personas, hay venta de droga, tráfico de armas e, incluso, acopio de explosivos por parte de grupos del crimen organizado.
“Los nombres de los propietarios van variando. Dan de alta y de baja a los socios para impedir que sepamos quiénes son los verdaderos dueños, pero las denuncias de gente que conoce ese corredor desde hace años apuntan al señor Jorge Hank Rhon”, aseguró otro de los agentes.
Se trata, además, de información que se conoce públicamente entre la clase política de Baja California: el candidato del PES tendría prestanombres que operan sus negocios en la zona de tolerancia, como un tal Fernando Canales y Juan Manuel Chávez.
“Esta es una investigación que lleva abierta mucho tiempo, más de lo que se debería tener una investigación en curso, pero es que es muy peligroso trabajar en esa zona. No sólo te estás metiendo con los grupos criminales de allá, sino que el poder que tiene ese señor y eso es muy conocido”.
“Esto se pudo haber evitado”
En 2015, la periodista Lydia Cacho –autora del libro Los demonios del Edén, sobre poderosos políticos metidos en las redes de trata de personas– aseguró en la Universidad Iberoamericana que uno de los socios de Jorge Hank Rhon en los giros negros de la zona de tolerancia de Tijuana era Kamel Nacif, empresario textilero ligado a prostitución infantil.
La organización estadounidense Bilateral Safety Corridor Coalition también ha sugerido que detrás del poder de esos giros negros están las manos de Jorge Hank Rhon, quien en el 2011 estuvo encarcelado en la prisión del “Hongo” por portación ilegal de armas de grueso calibre.
Y entre muchos periodistas locales no hay dudas de que el candidato a gobernador del PES tiene fuertes intereses en que la zona opere a todo ritmo, a pesar de los riesgos para las mujeres y niñas y del peligro sanitario en la pandemia.
Actualmente, Jorge Hank Rhon aparece en las encuestas de intención de voto para la gubernatura en Baja California en un distante tercer lugar, debajo de la favorita Marina del Pilar Ávila, candidata de la alianza Morena, Partido del Trabajo y Verde Ecologista, y de Lupita Jones, la exreina de belleza que abandera la coalición opositora del PRI, PAN y PRD.
“Es una desgracia lo que le pasó a esa joven, especialmente porque se pudo haber evitado. Si se hubiera aplicado la ley correctamente, el bar hubiera estado cerrado y ella estaría viva. Pero… bueno… Tijuana tiene sus propios modos de encubrir esas cosas”, dijo el agente federal investigador de trata de personas.
La situación de cada uno de los involucrados en esta historia es muy distinta: el cuerpo de Isis regresó a su natal Hidalgo, donde fue velado por su familia que llevaba años sin saber de ella, mientras que Kelley está encarcelado en suelo mexicano, tras su fallido intento por huir de Las Adelitas.
Y Jorge Hank Rhon, el empresario casinero convertido en candidato a gobernador, sigue disfrutando de una fortuna hecha al amparo del poder político y bajo sospecha de negocios criminales.
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