- La alianza de AMLO con Arturo Zaldívar no sólo se nutre de elogios mutuos: el presidente de la Corte lo mantiene informado de la limpia en el Poder Judicial: por algo se quedará dos años más
EMEEQUIS
En la conferencia “mañanera” del 15 de enero de 2020 en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio un adelanto de lo que, un año y tres meses después, se consolidó en una controvertida reforma legislativa que le abre la puerta al actual ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, para permanecer en ese cargo hasta que concluya el sexenio obradorista.
En aquella ocasión, a pregunta de una reportera, el primer mandatario reconoció implícitamente que la renuncia del ministro Eduardo Medina Mora (el 3 de octubre de 2019) se dio tras una reunión que sostuvo con Zaldívar Lelo de Larrea quien –nos aseguran a EMEEQUIS fuentes de la Corte– se convirtió de facto en el “informante de primera línea” de López Obrador al interior del Poder Judicial.
–¿Presidente, ¿usted se reunió con Medina Mora? –preguntó la reportera.
–No–respondió el jefe del Ejecutivo federal.
–¿Con Zaldívar para ver lo del asunto de Medina Mora?
–Sí.
–En esa charla, encuentro, que tuvo usted con el ministro presidente de la Corte, ¿él le comentó a usted: ‘Mire, presidente, ABC; por esto renunció (Medina Mora)? –insistió la periodista.
–Ya estaba, vamos a decir, abierta una investigación en cuanto a acusaciones de traslado de recursos, para no decirlo de otra manera (…). Yo creo que eso es lo que lo lleva a él a presentar la renuncia, pero ya estaba. Y esa información es la que tiene la Fiscalía (General de la República)–anotó AMLO.
Y es que lo de Medina Mora se trataba, ni más ni menos, que de un golpe preciso a uno de los personajes en el ámbito judicial más influyentes en el primer círculo de los expresidentes Vicente Fox Quesada, con quien se desempeñó como director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y secretario de Seguridad Pública; Felipe Calderón Hinojosa, a quien le rindió cuentas como procurador general de la República (PGR) y embajador de México ante el Reino Unido, y Enrique Peña Nieto, quien lo propuso como embajador de México en Estados Unidos y, en 2015, como ministro de la SCJN.
A partir de ese encuentro, que nos dicen que ocurrió a finales de septiembre de 2019, el ministro Arturo Zaldívar se convirtió en uno de los principales aliados de López Obrador y su “informante” en el interior de ese Poder de la Unión.
En esa reunión también estuvieron presentes el titular de la FGR, Alejandro Gertz Manero; la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; el director de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), Santiago Nieto Castillo, y el consejero jurídico de la Presidencia, Julio Scherer Ibarra.
Pero, a principios de junio de 2019, el ministro presidente de la SCJN ya había dado un adelanto de lo que se avecinaba para el todavía ministro Eduardo Medina Mora, y fundamentalmente en su relación con la llamada Cuarta Transformación y su futuro en la Corte, al asegurar en una entrevista que en el Poder Judicial “no nada más hay corrupción, sino que también está infiltrado por el crimen organizado”.
La opinión de López Obrador sobre este asunto se dio en la “mañanera del 3 de junio de ese año. El tabasqueño se abrió de capa y comentó:
“El ministro Zaldívar es un profesional, es una gente que merece respeto, es una persona íntegra (…) Confío mucho en él. Claro, somos poderes independientes, autónomos, pero yo estoy muy satisfecho con el presidente o con el que se haya decidido que lo ministros hayan nombrado al ministro Zaldívar como presidente de la Suprema Corte de Justicia, que lo considero una gente honorable. Esa es mi apreciación”.
En la Ceremonia del 102 Aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917, el 5 de febrero de 2019, en la ciudad de Querétaro, Zaldívar pronunció un discurso que lo puso en sintonía con los planteamientos de AMLO en cuanto al combate a la corrupción.
“La Constitución nos marca la ruta para abatir la desigualdad, combatir la pobreza y lograr el desarrollo económico en beneficio de todas y de todos (…) Estamos en deuda con el pueblo de México. Estamos en deuda con los desprotegidos. Estamos en deuda con los discriminados. Estamos en deuda con los pueblos indígenas. Estamos en deuda con las mujeres. Estamos en deuda con nuestras niñas y niños. Estamos en deuda con los grupos vulnerables. Estamos en deuda con las personas con discapacidad”.
Y el ministro presidente de la Corte añadió:
“El reto de los jueces federales es asumir sin ambages un proyecto de interpretación constitucional transformador, a través del cual se promueva el cambio social, dirigido a obtener resultados tangibles en la vida de las personas y orientado por los principios y valores constitucionales que hoy reivindica la sociedad mexicana”.
En ese contexto, nos cuentan que en esos días se fue cocinando el “informe” que, meses después, presentó Zaldívar Lelo de Larrea a Andrés Manuel López Obrador sobre el ministro Eduardo Medina Mora, quien el 3 de octubre de 2019, en una carta de dos párrafos dirigida al presidente de la República y (nos dicen) previa notificación de la apertura de una carpeta de investigación por parte del fiscal Alejandro Gertz, presentó su renuncia al cargo.
“Con fundamento en el artículo 98, tercer párrafo, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, someto ante usted mi renuncia al cargo de Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para el que fui electo por el Senado de la República.
“Ruego a usted que acepte esta renuncia y acorde a lo previsto en la Constitución la someta a consideración del Senado de la República”.
El 4 de octubre, al día siguiente de la renuncia de Medina Mora-Icaza, el mismo López Obrador reveló que ésta se había dado “para atender las acusaciones presentadas por la Unidad de Inteligencia Financiara por presunto enriquecimiento ilícito”.
“Considero que el ministro quiere atender denuncias presentadas, no sé cuántas, que se han interpuesto y que están en manos de la Fiscalía General de la República. Son investigaciones que corresponden al Ministerio Público. Nosotros somos respetuosos y no nos involucramos en esos asuntos judiciales”, afirmó.
Para el 11 de diciembre de ese año, el ministro Zaldívar Lelo de Larrea rindió su Primer Informe Anual de Labores como presidente la SCJN. En su discurso –nos aseguran–, el constitucionalista no sólo embelesó a López Obrador con un mensaje que empataba con las ideas del tabasqueño, sino que el mismo presidente de la República comenzó a ver la posibilidad legislativa de que Arturo Zaldívar lo acompañara, al frente del Poder Judicial, durante todo su mandato.
“No podemos dejar de reconocer que, a pesar de esta tendencia histórica del Poder Judicial a desempeñar plenamente el papel que le corresponde en nuestra democracia, sus esfuerzos han sido opacados por vicios y prácticas que lo debilitan frente a la sociedad y que lastiman su legitimidad. En estos años nos hemos anquilosado, ha aumentado la corrupción y se ha arraigado un nocivo corporativismo judicial, lo que ha impedido el acceso efectivo a la justicia”.
Enseguida, el ministro presidente de la Suprema Corte soltó:
“Existen cotos de corrupción –aislados pero lastimosos– que dañan profundamente la impartición de la justicia. La corrupción judicial genera desigualdad, impunidad, y perpetúa el círculo vicioso del crimen y la violencia. La corrupción judicial es un flagelo que debilita a todas las instituciones públicas, porque erosiona la confianza del sistema mismo. Un Poder Judicial percibido como corrupto pone en entredicho la capacidad misma del Estado para cumplir sus fines. Un Poder Judicial percibido como corrupto carece de la fuerza y la legitimidad para desempeñar adecuadamente el rol equilibrador que constitucionalmente le corresponde”.
López Obrador se contuvo durante medio año. Pero el 2 de julio de 2020, fecha en la que se cumplieron dos años de su triunfo electoral, declaró:
“El presidente de la Suprema Corte, el ministro Zaldívar, es un hombre íntegro, recto, honesto, con vocación justiciera. En su último informe dedicó casi todo su tiempo a hablar del combate a la corrupción arriba. También ya ha habido cambios de ministros porque el mal llegaba hasta la cúpula. Así como llegaba hasta arriba en el Poder Ejecutivo, lo mismo en el Poder Judicial”.
Luego, desde esa posición, Arturo Zaldívar –nos comentan a EMEEQUIS– ha ido pasando informes a Andrés Manuel López Obrador sobre casos de corrupción al interior del Poder Judicial, pero sobre todo de los jueces que han avalado amparos de particulares para detener o echar abajo leyes impulsadas por el presidente o las obras de infraestructura insignes de este gobierno, conocidas como megaproyectos, entre las que se encuentran el Tren Maya, el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, la Refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto de Santa Lucía y la Termoeléctrica de La Huexca.
@emeequis