Ahora en Teotihuacán, causan daños al patrimonio arqueológico - LJA Aguascalientes
24/11/2024

APRO/Judith Amador

 

Investigadores y comunidad aledaña a la Zona Arqueológica de Teotihuacán, en el Estado de México, denunciaron en sendas cartas la destrucción y saqueo de monumentos arqueológicos en el área de Oztoyahualco, debido a la realización de obras con maquinaria pesada para la construcción de un parque recreativo.

En una carta dirigida a Diego Prieto, Aída Castilleja González y Pedro Francisco Sánchez Nava, director, secretaria técnica y coordinador nacional de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), respectivamente, los especialistas solicitan su intervención inmediata para detener la destrucción del sitio, que está ocasionando daños al contexto histórico donde se encontraba una unidad habitacional.

Es un área con edificaciones de hace más de 2 mil años, que pudo ser el origen temprano de todo el conjunto urbano, de acuerdo con investigaciones de arqueólogos como René Millón, José Luis Lorenzo, George Cowgill y William Sanders, mencionados por los expertos en su carta.

También ha investigado en el lugar la doctora Linda Manzanilla, investigadora de la UNAM. Ella determinó que fue habitado solamente por tres familias que se distinguían entre sí por sus deidades e incluso por el color de sus vajillas cerámicas. Y documentó que en sus viviendas usaban estuco en pisos y paredes. Entre otras aportaciones que ha dado a conocer a través de distintos ensayos.

La carta es suscrita por los especialistas Rubén Cabrera Castro, Sergio Gómez Chávez, Jesús Torres Peralta, Claudia López Pérez y Olga Villanueva Sánchez, quienes advierten sobre la importancia del sitio para la comprensión del desarrollo de la antigua ciudad de Teotihuacán, inscrita en la Lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1987.

Indican asimismo que se trata de un área protegida por el INAH, localizada en el Perímetro B, que además de contar con un alto potencial arqueológico está protegido jurídicamente por lo cual no se permiten construcciones. Se ubica en terrenos adquiridos por el instituto hace algunos años pero que han quedado sin su vigilancia, no sólo por el confinamiento obligado por la pandemia de covid-19, sino “por falta de recursos del Departamento de Protección Técnica y Legal”.

Señalan también que son los vecinos del lugar quienes han denunciado ante el director de la zona arqueológica de Teotihuacán, Rogelio Rivero Chong, la destrucción de montículos completos y la extracción ilegal de objetos durante obras para abrir calles y caminos, pues se encuentran a poca profundidad, y que incluso se ofrecen a la venta.


 

Abandono

El arqueólogo ordenó la suspensión de algunos de estos trabajos, pero a los pocos días surgen nuevos. Las obras se han atribuido al expresidente municipal de San Juan Teotihuacán, René Monterrubio.

A través de la plataforma change.org y con un video en YouTube, vecinos de la zona lamentaron los “daños irreparables al patrimonio cultural de la humanidad”.

Indican que para el conocimiento de Teotihuacán se cuenta con un grupo de científicos mexicanos de alta calidad, ejemplo para futuras generaciones, pero “si este sitio se destruye, entonces estamos acabando con nuestra cultura, nuestra identidad y estamos quitando a las futuras generaciones la oportunidad de descubrir nuevos hallazgos, como actualmente está ocurriendo en Egipto donde han encontrado una infinidad de nuevas evidencias sobre su civilización”.

Esta carta, que cuenta ya con 12 mil 206 firmantes, está dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador, a los secretarios Alejandra Frausto, de Cultura, y Miguel Torruco, de Turismo; Alfredo del Mazo, gobernador del Estado de México, al antropólogo Diego Prieto, y al arqueólogo Rivero Chong.

Según algunos medios, el INAH presentó el martes una denuncia por los daños al patrimonio arqueológico y la violación a los sellos de suspensión de las obras. Se solicitó información al respecto a la oficina de Comunicación Social del Instituto, pero hasta el cierre de esta nota no hubo respuesta.

A lo largo del confinamiento por la pandemia, se han dado varios casos de destrucción del patrimonio. En julio de 2020 una maquinaria pesada rompió un fragmento del acueducto que alimentaba los llamados Baños de Netzahualcóyotl en el sitio Caño Quebrado de la zona arqueológica de Tetzcotzinco, en Texcoco, Estado de México, un área que no es propiedad del INAH, sino que se trata de terrenos ejidales.

En marzo pasado, la Asociación Civil Tepelcayotl, alertó sobre la destrucción de monumentos en la zona arqueológica del mismo nombre, ubicada en la colonia Azteca en la ciudad de Puebla, por parte de una empresa privada que está vendiendo grava a partir de los restos de los edificios antiguos. Se dijo también en su momento que se debió al abandono en el cual se allá el lugar por parte del INAH.

Y apenas hace unas semanas hubo otro caso con el mismo modus operandi: maquinaria pesada se introdujo en la zona delimitada como arqueológica, y destruyó montículos prehispánicos en Izapa, en Chiapas, para construir un fraccionamiento.

En su momento, se denunció la destrucción del montículo 46, uno de los más grandes de la acrópolis, considerado el corazón de dicha zona arqueológica. El INAH interpuso una denuncia ante la Fiscalía General de la República.

Pero los lugareños denunciaron a los medios que “ni el INAH, ni nadie” hace nada por la comunidad, siendo uno de los testimonios de la gran civilización maya.


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