¡Se cumplió un año de una crisis epidemiológica que nadie esperábamos! Todo el mundo se paralizó, y una de las industrias más golpeadas fue la del entretenimiento y, por supuesto, la cultura estuvo inmersa en esta situación, del teatro ni se diga. Varios espacios y foros desaparecieron; los artistas confinados en sus casas, al igual que los espectadores. Sin embargo, hubo quienes a pesar de esta situación, y con las debidas precauciones, decidieron aventurarse por necesidad, o bien, por querer darle la vuelta a la pandemia. En entrevista con tres artistas escénicos: Ernesto Díaz, Mónica Zenyasen y Pamela Gallegos, nos relatan sus experiencias y cómo salieron adelante durante esta temporada de alerta sanitaria.
Ernesto Díaz, director de los grupos Teatro Libre Jesús Terán Peredo y Experineto
Nosotros el 21 de marzo del año pasado, estrenábamos la obra Morir en primavera, pero se suspendió (guardamos la lona de difusión y toda la producción); ya para agosto nos dieron oportunidad las autoridades de presentar nuevamente la obra con el 25% del aforo; dimos 12 funciones (viernes y sábado) en Mamba Café, entre comedias cortas y la mencionada obra. Tuvimos toda la precaución con las medidas sanitarias que estaban asignadas, y con regla y marcador medimos los espacios entre público y público, sin dejar a un lado el termómetro y gel. El teatro que yo hago es muy íntimo, eran sólo dos hileras de sillas. La difusión la hicimos ya de manera virtual.
¿Qué reacción viste en los espectadores?
Los vi al inicio temerosos, pero con mucho entusiasmo de estar presenciando una función. En el público había grupos hasta de cuatro personas que iban juntos y no se querían separar; para mí esto fue una dinámica que también entendí.
¿Cómo resolvieron actuar sin contagiarse?
En la función, los muchachos usaron sus caretas y les decía: Hagan de cuenta que estamos haciendo teatro con máscaras. Hicimos adaptaciones del texto, por ejemplo, los besos los quitamos. Yo traía mi cubrebocas y aparte mi máscara transparente, y hasta guantes de látex, con el fin de cubrir al público. Sí tuve contagiados de Covid 19, por ejemplo, en el grupo de Teatro Libre que son 12 a 4 sí les dio Covid, algunos asintomáticos, pero a otros no les fue muy bien. Incluso suspendí la función y duramos quince días en espera de su recuperación.
¿Le apuestas más al teatro presencial que al virtual?
No para nada, todo tiene su encanto, pero necesitas muchos elementos para que la pupila y el cuerpo reaccionen ante una pantalla y se convierte, a final de cuentas, en vídeo. En nuestro caso, en diciembre tuvimos una función virtual: Cuento de navidad, en la plataforma Facebook Live. Fue en con pantalla fija y sí cuide la luz para el vídeo, así como el sonido y que la música fuera adecuada.
¿Ahorita tienes alguna obra para estrenar?
El 19 de marzo retomamos: Morir en primavera en el espacio Aquelarre. Ahora ya con un 50% de aforo, que es excelente capacidad. En un teatro, aquí en Aguascalientes, el 50% de aforo es bueno.
Mónica Zenyasen, directora, actriz y empresaria de Épica
El espacio de Épica se inauguró el 19 de febrero de 2021. A diferencia de Teatro Café, tenemos muchísima más oferta de cartelera; hay días que tenemos tres eventos o dos en un día, para diferentes públicos y diferentes gustos. Estamos a la mitad de la capacidad, un promedio entre 27 y 32 personas. En el 2020, decidimos seguir con nuestras actividades unos 15 días de marzo y fuimos viendo cómo poco a poco la gente iba encerrándose en sus casas, hasta que de plano nadie se paraba en el espacio. Tuvimos pedidos para llevar; en cuestión de funciones, nos dimos a la tarea de capacitarnos en cuestión de plataformas, hacerlo en línea y algunos softwares para meterles gráficos en los programas. Hasta que dos o tres meses estuvimos sin actividad presencial. Cuando regresamos, dimos función hasta con dos personas o algún grupo de familia.
Al no tener funciones, se nos complicó; había que pagar la renta y demás, y empezamos a hacer una campaña de recaudación para que Teatro Café pudiera sobrevivir a la situación de lo que estábamos viviendo, y diseñamos varias cápsulas y sketches difundiéndolas en redes con la finalidad de recaudar fondos para poder pagar el espacio. Participamos en una convocatoria sobre apoyos a empresas culturales, donde el ICA y la Unesco fueron los que financiaron, y fuimos seleccionadas con ese apoyo. La finalidad de la meta era hacer todo lo posible para que el lugar siguiera subsistiendo.
¿De Teatro Café a Épica, ya se ha dado alguna mejora en cuanto a la asistencia de espectadores?
Ahorita ya en Épica está mejorando la situación de los espectadores; no estamos en las cantidades promedio normales de asistencia que nosotros teníamos, sin embargo, hay días que las superamos, creo que esto tiene que ver con la variación en la cartelera, ya que ofertamos más obras de teatro, de diferentes estilos y demás. Entre los espectadores se ven público joven y se empiezan a acercar también adultos mayores.
¿Los artistas están respondiendo a su convocatoria para que presenten su trabajo en Épica?
Algunos sí; es difícil porque muchos artistas escénicos pararon sus actividades y están desenganchados, pero el espacio ahí está para el tiempo que decidan y quieran.
Pamela Gallegos, actriz y directora
La pandemia me agarró en mi primera gira a Europa, en la creación de un espectáculo de danza-teatro-clown; estaba yo preparando todo en Italia y justo iba a dar mis funciones de calle en el Festival de Venecia, cuando todo se vino abajo y no pudimos llegar al norte de Italia, porque se cerró la frontera. Fue un momento muy duro para mí; sin embargo, todo el mes de marzo fue crucial para la creación, porque a pesar de que estaba encerrada en 25 metros cuadrados, muchas ideas bajaron a papel y se gestó un musical, un stand up musical en performance. Le hablé a la embajada para que me pudieran regresar, y cuando llego aquí la cosa estaba mucho peor (…) A los cuantos meses de no hacer teatro se muere uno.
¿Cuándo te regresaste de Europa?
Yo llegué a Aguascalientes hace un año, en el mes de abril; en mayo me la pasé encerrada, y me aventé al ruedo a hacer teatro presencial con sana distancia, con pocos espectadores, y me daba risa de esos memes que dicen: espérense a que el teatro tenga 30% de aforo, ¡tanto! Nosotros estamos acostumbrados a un aforo no tan lleno, no somos Ocesa, ni producciones maravillosas, nosotros hacemos teatro íntimo; sin embargo, creo que es algo crucial y fundamental para el funcionamiento del ser humano, su sensibilización, y presenciar arte de alguna manera; entonces esta fue mi necesidad de comunicarme con alguien, darles y darnos esta fuga de este caos de tristeza, de todo lo malo que está pasando; reírnos y burlarnos de nosotros mismos es fundamental y estoy al pie del cañón de frente a esta resistencia, ¿estamos prohibidos?, pues más adrede lo hacemos.
¿De tu público que nos puedes decir?
De los espectadores que estuvieron en mis funciones, al principio los vi con mucho miedo, fue algo muy fuerte, tenían miedo de asistir, de ir algún lugar a ver teatro. ¡Tuve todas las medidas sanitarias! Estuve en un foro chiquito donde estrené mi monólogo, pero al volverse a cerrar todo, me traigo mi espectáculo a mi casa, en un pasillo al aire libre donde caben diez personas, y diseñé un escenario chiquito, y a pesar de que la gente entraba con miedo, después se entregó. ¡Bien agradecida, y veía sus rostros iluminados, de recibir esto que nos da el arte y fue muy hermoso!
¿Planes a futuro?
Estamos preparando un montaje que aborda el año 2030, donde las artes están absolutamente prohibidas y los artistas tenemos que hacer arte en las cloacas, ¡todo super discreto!, si somos descubiertos por el gobierno, paredón y es encontrar este vínculo con el espectador donde ellos proyectan sus necesidades y reciben otras, y es una retro muy amorosa.
¿Cómo consideras el teatro de ayer y el de ahora?
El teatro que se hacía hace 30 años no es el teatro que se hacía hace 20, y el teatro que se hacía hace 20 años no es el mismo que se hacía hace un año, y el que se había hace un año no es el mismo que ahorita. ¡El teatro es presencial porque necesitas del otro, necesitas del espectador, necesitas su vibra, su energía, es cíclico el teatro presencial! El teatro virtual llegó para quedarse, sólo tenemos que evolucionar un poquito, hacerlo en formatos más cortos, en cuanto a encuadres.
Mi mensaje para mis colegas es: Compañeros, no decaiga el ánimo, somos la resistencia, sino lo hacemos nosotros quién lo va a hacer; resistan y vamos a salir juntos. Así haya un espectador, hacer una presentación. ¡Resistan!