¿Somos iguales?/ Sobre hombros de gigantes  - LJA Aguascalientes
15/11/2024

¿Somos iguales?, en la actualidad las mujeres son responsables de las 2/3 partes del trabajo en el mundo, pero los hombres siguen ganando más, incluso desempeñando el mismo trabajo o uno menor; las mujeres ganan menos de un 10% del capital, y poseen apenas 1% de las propiedades. Si eres hombre, tienes más posibilidades de dirigir una empresa o ingresar a la política, juzgan menos tu forma de ser o comportarte, y prácticamente no tienes riesgo de ser atacado sexualmente en tu vida. Si llegas a ser padre, difícilmente perderás tu trabajo, a diferencia de las mujeres mexicanas que son despedidas por sus embarazos. 70 millones de mujeres son privadas de una educación básica cada año; 60 millones sufren ataques sexuales en el camino a la escuela. Muchas tienen miedo de caminar por las calles, y muchas más de llegar a su casa, pues una de cada cuatro mujeres sufre violencia doméstica, y cada semana mínimo 7 mujeres mueren a manos de sus parejas o exparejas. 

En mis clases de derecho penal, hablo de la interacción simbólica para explicar que la realidad se construye a través de signos que expresan mensajes para lograr determinada reacción social y construir pensamientos y tipos de civilización. Pregunto a las y los estudiantes ¿por qué a algunos partidos políticos se les dice “de izquierda” y a otros “de derecha”? Luego de escucharl@s y explicarles una de las teorías, comienzan a caer en cuenta de cómo, en la actualidad, nuestro lenguaje es repetición constante de machismo, y nuestro cerebro sigue construyendo maneras de pensar discriminantes, y actuamos en consecuencia. 

Antes de que el pensamiento monoteísta patriarcal ingresara a descomponer el mundo, la visión cósmica tenía un origen, proyección y conformación femenina. La feminidad es creación, razón, habilidad, construcción, fuerza; es lo que hace ecos en el universo y, sobre todo, lo crea. El origen religioso de “la virgen que concibe vida”, no es más que la humanización de una realidad en donde el espacio o “virgen negra”, se contrae y crea vida o “multiversos” a través de la luz. El origen de todo es femenino y el equilibrio de todo es femenina.

En esa cosmovisión originaria donde el uno o espacio genera un big-bang y crea un dos, de la luz que se proyecta al cosmos surge la dualidad y el equilibrio: el lado izquierdo y el lado derecho del todo. El lado izquierdo se relaciona con la feminidad, al ser lo que en acción se proyecta en lo creativo, emocional, intuitivo y con mayor visión para equilibrar el lado derecho, que se vincula a lo masculino, lo racional y conservador. Así, originalmente las sociedades y religiones eran matriarcales, con múltiples deidades femeninas y masculinas, donde se veneraba más a las primeras, pues la mujer era lideresa natural, tanto en lo objetivo y subjetivo, y todo se basaba en la feminidad. El sol y la luna, originariamente eran “la sol” y “el luna” (en el idioma alemán se mantiene ese género), pues la reina Sol era la creadora (una estrella) y por ella existía la vida y el equilibrio, mientras el luna, era lo pasivo inerte (un satélite). La mujer era la creadora y equilibradora de todo.

Pero, las ideas monoteístas masculinas patriarcales, al darse cuenta de su falta de relevancia cósmica, natural y social, comenzaron a buscar poder, al grado de lograr apropiarse de la palabra, la visión y la construcción social. Lo anterior al negar la feminidad y ocultar su poder a través de la construcción de una realidad misógina, principalmente con violencia, y después con la palabra. Lo derecho o masculino se volvió lo diestro, la rectitud, lo adecuado; mientras que lo izquierdo o femenino, se volvió lo siniestro, lo torcido, lo histérico, la maldad. A las mujeres fuertes, científicas, líderes, wiccas, las convirtieron en brujas, mientras a los hombres débiles, troles poco pensantes y prejuiciosos, los volvieron gobernantes, dirigentes y representantes del dios único masculino. La matria (matriz) dejó de serla, para transformarse en patria (padre), los satisfactores se transformaron en “patrimonio”, y en lugar de evolucionar, volvimos al oscurantismo y al dominio: “dominus”, domingo, día de “el” sol, o día de “el” dios; el mundo se olvidó de que era femenino. 

Después de explicar esto, se percibe que el concepto de izquierda y derecha en política no se trata de una simple denominación de que ser representantes del pueblo y otros de los económicamente poderosos; se dan cuenta que tiene una carga simbólica de hacer menos a lo femenino para que lo masculino predomine. Se dan cuenta del machismo con el que aún nos desenvolvemos, y cómo todo eso crea civilizaciones que de civilizados tienen poco y de discriminadores mucho.

¿Alguna vez has pensado en lo que es ser una mujer en este planeta? Los “hombres” de la actualidad difícilmente hemos vivido el miedo que siente todo ser que se identifica como femenina en una sociedad carente de empatía, llena de odios e intolerancia. No podemos decir que “sabemos lo que sienten”, porque nunca lo hemos sentido, pero debemos ser empáticos y tratar de comprender cómo estamos aportando a ese mundo de terror para dejar de hacerlo y construir un entorno de amor, respeto, tolerancia y empatía, donde lo femenino vuelva a tomar su lugar, pues es evidente que el mundo se está yendo a lo profundo cada vez más y más, porque los hombres lo hemos llevado hacía allá. Lo femenino debe retomar su papel creador, dirigente y equilibrante.

Si no fuera así, ¿por qué la mayoría de los hombres están en puestos directivos en la sociedad? ¿por ser mejores? ¡No! porque somos tan inferiores que necesitamos que las mujeres se hagan cargo de todo, de su vida, de la vida de otros y de lo que eso implica en los entornos familiares, educativos, culturales y sociales, para que, gracias al poder de la mujer, esos hombres puedan salir y ocupar esos lugares. Los hombres no podemos sin las mujeres; el mundo no vive sin lo femenino; el cosmos colapsa ante estas ausencias. La palabra y su eco nos dice que la mujer es la que realmente gobierna, y debe retomar ese papel que se le ha robado a base de engaños, violencia y desinformación.

Las manifestaciones y protestas donde los grupos más vulnerables de este país exigen ser reconocidos y defendidos, provocan la unión de much@s de l@s que estamos conscientes de que vivimos en un mundo donde juzgamos a los otros por la ilusión de lo físico; pero que también nos damos cuenta de que antes de que la cara sea un problema, ver la esencia es la solución. 


¿O acaso estamos tan ciegos como para no darnos cuenta que México, en lugar de ser “pro vida” y “pro monumentos”, debe ser Pro Mujeres, Pro Hombres, Pro Seres Humanos, Pro Empáticos y simplemente “Pros” y no “regres”? pero en tierra de ciegos, los tuertos son tiranos. No le han agregado el término “nazi” a las tiranías que matan a miles de mujeres, pero se lo agregan a mujeres que piden que no las maten. Dividiéndonos para vencernos como siempre, atacándonos mientras se fortalece el real enemigo: la ignorancia. La ignorancia siempre se escuda en la regla. El conocimiento fortalece a la humanidad. 

Todas y todos somos femenina y masculino a la vez; todas y todos somos un único todo creador; todas y todos fuimos en distintas vidas mujer u hombre, y a la fecha lo seguimos siendo. Nos acercaremos a una verdadera civilización el día que haya menos gente y más humanos. Acabemos con la violencia, la indiferencia y el desprecio; pues hay una gran diferencia entre ser humano y ser un humano; muy pocos la entienden.

¿Somos iguales? Hasta que la respuesta sea “sí”, no podemos dejar de preguntarlo; no podemos dejar de luchar; no podemos dejar de exigirlo.


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