10 muertes de mujeres cada día es el promedio de los feminicidios en México, el delito de asesinar a una mujer por el hecho de serlo. Es solamente una de las razones que tienen millones de mujeres para manifestarse contra el machismo y la cultura patriarcal. Los casos de violaciones y abuso sexual se cuentan por millones de acuerdo a datos del Inegi. La lucha de las mujeres es por estos motivos pero también por muchos otros más que tienen que ver con la falta de igualdad de derechos entre mujeres y hombres, incluso en simples expresiones como la del presidente: “quedas pendiente, corazón”, la frase machista con la que López Obrador se dirigió a una reportera al cerrar la mañanera del Día Internacional de la Mujer, la prueba de que no entiende.
No solamente no entiende el presidente, a decir verdad, pocos entienden la lucha feminista, lo que no es necesariamente malo. Lo malo no es no entender, lo reprobable es no preguntar, no investigar, no preocuparse por comprender porqué se manifiestan las mujeres que conforman parte del pueblo al que se gobierna. No querer aprender sobre el pensamiento político y filosófico que sustenta los movimientos feministas en México y el mundo. Sobre todo, tener el poder de hacer algo al respecto y no hacerlo, es grave. El presidente de México ni hace, ni deja hacer porque su verdad y su concepción sobre las cosas que ocurren son lo correcto, lo demás, lo diferente es incorrecto para él y entonces lo tacha de “conservador”. Como siempre, el mismo discurso, la misma salida que comprueba que el conservador es él.
La idea provocadora de poner un muro de acero que no tuvo ni Trump, el “muro de paz” según el vocero oficial, para proteger el Palacio Nacional en el que habita fue un agravio más al movimiento de colectivos feministas de México que permitió una respuesta pacífica brillante: escribir los nombres de las víctimas y convertirlo en un memorial. Me asombra que no hayan exigido su permanencia, la verdad es que expresa con bastante claridad las visiones de uno y de otro lado. Quien lo puso por sentirse amenazado y quien lo utilizó para honrar y exigir justicia.
Finalmente si el muro se queda o se quita quedará en las imágenes de la historia, como también la negación a retirar el apoyo a la candidatura de un acusado de violacion, Félix Salgado Macedonio, candidato de Morena, el partido oficial al gobierno de Guerrero.
Pero López Obrador no es el único que no comprende. No creo que me equivoque al señalar que la mayoría de la sociedad no lo comprende exactamente, me parece incluso que muchas mujeres tampoco lo entienden, al menos no todas comparten todos los postulados del movimiento feminista. Es así porque hay mujeres que consideran por ejemplo que el aborto es un asunto que tiene que ver con el derecho de la mujer a decidir sobre su cuerpo, mientras que otras mujeres piensan que no tienen derecho a decidir sobre un cuerpo que han engendrado porque posee vida propia y por lo tanto derechos de protección. El feminismo se topa con pensamientos y costumbres religiosas tradicionales y con usos y costumbres ancestrales. No es igual la situación de las mujeres en las zonas urbanas que en zonas rurales indígenas.
Lo que sí podemos encontrar son puntos generales de convergencia que resultan indispensables para avanzar en el tema central: la igualdad de derechos entre mujeres y hombres. Es un tema complicado y por lo mismo merece la intervención del Estado para emitir una política social consensuada que permita a la sociedad decidir sobre todas las modificaciones legales que nuestro marco normativo requiere para alcanzar la igualdad.
Hay grandes mujeres en nuestro país que hoy gobiernan desde los municipios y los estados, mujeres exitosas en el sector público y empresarial, deportistas, artistas, chefs, maestras, personal del sector salud, mujeres que trabajan en el hogar, niñas y de la tercera edad. 52% de la población son mujeres, pero parecen minoría porque en los trabajos la mayoría son hombres y en la mayor parte de los casos gozan de mejores sueldos. La igualdad no puede ser más un pendiente, pero para ello necesita comprender el presidente que no son un movimiento pervertido por los conservadores.
El presidente de México debería convocar a un gran debate nacional sobre el tema, comenzar mesas de trabajo para discutir políticas públicas y reformas legislativas, en todas las materias como justicia, educación, salud, trabajo, economía, sociales, entre otras. Esto ya no puede quedar pendiente, corazón.