APRO/Arturo Rodríguez
El vallado de Palacio Nacional, colocado en días pasados para recibir la movilización feminista de este lunes, fue objeto de cuatro abordajes en la conferencia de prensa presidencial que, en síntesis, orientó hacia “los conservadores”, los medios de comunicación y los “grupos de intereses creados”, la previsión para evitar que vandalicen la sede del Ejecutivo.
El ejercicio comunicacional del presidente Andrés Manuel López Obrador incluyó ayer a las funcionarias de su gobierno, que abundaron en mensajes con posicionamientos del compromiso de la administración con las mujeres y en detalles de los programas sociales para su atención.
Al centro de todo, el presidente López Obrador mantuvo la posición que, desde hace días, en medio de la polémica en torno a la candidatura de Félix Salgado Macedonio ha mantenido: que el movimiento feminista es manipulado por el conservadurismo. Aunque esta vez matizó, primero en respuesta a un cuestionamiento sobre la intervención de la valla que no alcanzó para colocar los nombres de las víctimas y luego, sobre su orientación inicial: “(la pinta en la valla) es algo muy digno que merece mucho respeto: poner los nombres de las mujeres que han perdido la vida por la violencia. Eso es otra cosa. La valla se puso porque están muy molestos los conservadores y son chuecos, son muy hipócritas, se meten en todos los movimientos y manipulan, tienen forma de hacerlo. Y cuentan con el respaldo de la mayoría de los medios de comunicación”.
El presidente fue abundante en sus expresiones: se refirió a Héctor Aguilar Camín, el director de la revista Nexos; sin llamarle por su nombre, a Paty Chapoy por la reciente polémica sobre su crítica a la valla y un llamado previo a contener manifestantes con tanquetas de agua; al empresario Claudio X González, su referencia conservadora persistente; al dueño de El Universal, Juan Francisco Ealy Ortiz y, al de Reforma, Alejandro Junco, a Frena…
Lo hizo, en respuesta a la pregunta sobre los indicadores de feminicidios que no han variado en su gobierno, a lo que respondió que todos los días se atiende el problema, pero luego regresó a sus adversarios… y a la valla.
Y es que, según el presidente, la valla es porque si eso no se hace tendría que poner formaciones de granaderos, algo que no quiere hacer para no caer en la provocación, la trampa de la violencia y que luego, sus adversarios digan que es un gobierno represor.
Inclusive, el mandatario puso un video de la misma fecha, pero el año pasado para mostrar como al arrojar una bomba molotov, algunas fotógrafas que cubrían la movilización resultaron afectadas.
Luego, deslizó que la policía capitalina logró el aseguramiento de bombas molotov en un domicilio de Polanco, en lo que estarían involucradas dos mujeres cuya investigación dará a conocer la jefa de gobierno. La convicción del mandatario es que se preparaba un ataque a Palacio Nacional y a la afirmación de que la valla también protege a las manifestantes.
Finalmente, llevó el tema a un asunto de clase y diferenciación entre sus adversarios y su gobierno:
“No somos iguales, el conservadurismo es sinónimo de autoritarismo, que no se olvide. El conservadurismo se alimenta del pensamiento de Hitler, de Stalin, de Franco, de Pinochet, eso es el autoritarismo.
“No podemos permitir que haya esta manipulación, porque no han podido detener el proceso de transformación, están buscando por todos lados como dañarnos, les molesta muchísimo que se atienda a los pobres, porque ellos son de la idea que el que nace pobre muera pobre, así piensan los conservadores, son clasistas, son racistas, son partidarios de la discriminación y sobre todo hipócritas”.
Desde el inicio de su conferencia de prensa, el mandatario llamó reiteradamente a protestar de manera pacífica y, casi al finalizarla, consideró que sólo por la vía pacífica puede triunfar dicho movimiento.