- Una vez más Morena hace uso de los recursos humanos y económicos de San Lázaro para financiar candidaturas. En octubre pasado fue Mario Delgado, ahora Ignacio Mier financia “kits de campaña” para la reelección.
EMEEQUIS
Por invitación directa de Ignacio Mier Velazco, diputado federal y coordinador de la bancada de Morena en la Cámara de Diputados, llegaron uno a uno aquellos legisladores, cobijados por el velo de la reelección, a un edificio dentro del recinto legislativo.
Era una semana de tensión. Los diputados, que meses antes ya habían alzado la mano para repetir en el cargo, estaban en la víspera de que se les confirmara si las presuntas encuestas les daban el respaldo para competir en las elecciones de junio próximo.
Lo que vino primero, nos cuentan desde el interior de Morena, fue que desde el lunes 22 de marzo algunos diputados morenistas comenzaron a recibir mensajes personalizados de Whatsapp desde el número del presidente del partido, Mario Delgado Carrillo. De forma alegre les informaba que tenían el respaldo de las bases, que las encuestas les habían dado la victoria y les pedía que prepararan los documentos para registrarse como candidatos.
Casi a la par llegaron también llamadas y mensajes del personal de Nacho Mier, el mismo que fungía como la mano derecha de Delgado en San Lázaro y quien lo suplió en funciones representativas del partido. Estas comunicaciones tenían como fin pedirle a los virtuales candidatos que se dieran una vuelta por San Lázaro para otorgarles su “kit de campaña”.
Así se les vio desfilar por el segundo piso del Edificio F, al frente de la Comisión de Salud. A cada uno se le entregó una caja que contenía chalecos, agendas y flyers con los rostros de todos los elegidos para la reelección y un listado de los cambios legislativos que impulsó y consolidó la bancada, a modo de propaganda.
En el lugar de la cita había cajas y cajas y más cajas llenas de publicidad, mismas que fueron entregadas por personal contratado por la Cámara de Diputados y puesto a disposición de la bancada de Morena. Pero, además, nos cuentan, el famoso “kit de campaña” se financió con los recursos de la misma bancada.
Aquí habrá de poner el ojo Lorenzo Córdova desde el Instituto Nacional Electoral (INE) porque en esta, la primera vez que se pone en marcha la reelección de legisladores sin necesidad de separarse de su cargo ni renunciar a los recursos humanos y económicos que les otorga la Cámara, el tema de la fiscalización es indispensable.
Las reglas marcan que los legisladores que vayan a reelección no podrán hacer propaganda política electoral ni promover su imagen a través de los medios de comunicación institucionales y mucho menos usar los recursos de San Lázaro.
Apenas la misma Cámara aprobó los “Lineamientos Generales para la Difusión de las Labores de las Funciones Legislativas de las Diputadas y Diputados de la LXIV en el proceso electoral 2020-2021” en donde quedó establecido lo que ya el INE había declarado: no pueden usar los recursos públicos de la Cámara de DIputados, sean estos humanos, materiales, digitales o económicos.
Pero parece que a Nacho Mier esto ni le va ni le viene, porque ha replicado las órdenes que le han llegado desde la Presidencia del partido, en secuencia a lo que ya ocurría cuando Delgado dirigía la bancada.
Su personal, contratado por San Lázaro, es aquel que se ha puesto a disposición de la creación de este “kit de campaña”, mismo que se ha pagado con los recursos que San Lázaro le otorga a la bancada de Morena y, por si esto fuera poco, se han entregado en un salón del mismo recinto legislativo y no en el Hotel Holiday Inn México Dalí Airport, en Viaducto Río de la Piedad de la CDMX, donde Morena recibió a sus candidatos para registrarlos.
Parece que las leyes que se aprueban dentro del pleno están hechas para que aquellos, los mismos que las promueven, las quebranten.
Siguiendo los pasos de Mario Delgado
Lo que la contienda electoral de este año ha puesto en evidencia sobre el uso de recursos de San Lázaro para fines partidistas y electorales, no es nuevo. En octubre de 2020, el mismo Mario Delgado, que competía por la Presidencia de Morena sin dejar su cargo como diputado, ya había usado todas las bondades de la Cámara baja.
Esta revista digital documentó a partir de voces internas del recinto legislativo que el equipo de Comunicación Social de la bancada de Morena estaba sobrecargado de trabajo porque, más allá de las obligaciones para las que habían sido contratados, también se dedicaban a hacerle la campaña a Delgado.
Desde esa área, pagada con recursos públicos para fines legislativos, se crearon comunicados, posicionamientos, se editaron imágenes y videos, se crearon estrategias de redes sociales para posicionar a Delgado como el favorito a la dirigencia de Morena.
Aún con la orden del INE de que Delgado debía eliminar de sus redes sociales y sus páginas oficiales toda publicidad enfocada a su candidatura porque estaba cobijado aún por un cargo público que estaba usando como trampolín para una contienda interna, dentro de San Lázaro la maquinaria seguía funcionando sin que Delgado o Morena pusieran un peso propio.
¿De dónde viene el dedazo?
Pero la semana del 22 al 26 de marzo ocurrieron otras cosas de las que el INE tendría que estar enterado. Resulta que algunos de los candidatos que, según les informó el mismo Delgado, habían ganado las encuestas para aspirar a la reelección, fueron bajados de la contienda sin previo aviso.
Aunque llegó el mensaje de felicitación del presidente de Morena indicándoles esperar instrucciones para asistir al Holiday Inn Dalí a registrarse, resultó que al llegar a la sala no aparecían en la lista y nadie del partido, incluyendo el mismo Delgado, supo explicar qué ocurrió, nadie dio detalles sobre el “error” del presidente del partido ni cómo es que la encuesta había dictado una cosa y se aplicaba otra.
Nos dicen que algunos nombres desataron la furia de los aliados que apoyaron al presidente Andrés Manuel López Obrador en 2018 y exigieron que se bajaran del listado, a otros se les dejó fuera por diferencias políticas. Así ocurrió con algunos candidatos de Puebla, Baja California, Sinaloa y Chiapas.
En contraste, repitió la prima de AMLO, Manuela del Carmen Obrador y, además, surgieron nuevos perfiles: Antonio Attolini, quien va por el distrito 5 de Coahuila, y la actriz Gabriela Goldsmith, candidata al distrito 22 del Estado de México.
@emeequis