Cuando un hecho extraordinario se convierte en un suceso cotidiano debe prender todas las alertas, no sólo en la sociedad, también en las cúpulas del poder, pero acá, en nuestra descompuesta patria pareciera no ser así. Me refiero a los feminicidios que son perpetrados en todo lo ancho y largo del territorio nacional, unos con más cobertura mediática que otros, pero los protagonistas siempre los mismos; obviamente la víctima, un agresor o agresores y una organización policiaca o un comando oficial que pretende salvaguardar la integridad de la víctima.
El pasado 27 de marzo, Victoria Esparza Salazar de 36 años de edad, de nacionalidad salvadoreña fue sometida con lujo de violencia por la policía municipal de Tulum, Quintana Roo, momentos después murió por la ruptura de la primera y segunda vértebra.
El hecho por supuesto indignó a propios y extraños, pero, desafortunadamente, no es ni el primero ni será el último feminicidio consumado en nuestro país.
A menos de un mes de las marchas feministas, los reflectores voltean a una zona del país que, si bien pareciera gozar de una fama hospitalaria, afable y tranquila, no es así, Quintana Roo reporta severos problemas de narcotráfico, trata de blancas, feminicidios y abuso de autoridad, por lo menos esto último desafortunadamente lo que pudimos observar en el caso de Victoria Esparza. Estimado lector, pudo ver los videos que se compartieron a través de las redes o en los portales de noticias, uno en particular me llama la atención. Es una cámara de seguridad en el interior de una tienda Oxxo, por las imágenes que proporcionó pareciera que está instalada frente a la puerta de acceso al público, pero alcanza a ver el mostrador donde se encuentran las cajas y obvio los empleados que atienden el establecimiento. Se observa como Victoria Esparza entra al local, en la mano lleva un garrafón de plástico vacío de 19 litros, se puede interpretar que acudió por agua. Es importante recordar que nosotros no somos criminólogos o por lo menos yo no; carezco del ángulo de visión con el que un especialista analiza la escena del crimen y sus alrededores, es por eso que me parece imprudente tratar de interpretar o entender más allá de lo que la lógica nos permite. Dicho lo anterior, Victoria ya dentro del establecimiento no presentó una conducta normal o habitual de un cliente, me refiero a llegar, buscar el producto, tomarlo del anaquel o refrigerador, formarse en la fila, sacar el dinero, poner el producto en el mostrador, esperar a que el dependiente lo cobre, pagarlo, esperar el cambio (en caso de ser necesario) y salir; por lo que se observa en la grabación la víctima llegó, recorrió el lugar, se acercó a los trabajadores de mostrador, pasó del otro lado, interactuó con ellos, los abrazó, regresó al lado donde los clientes usualmente transitamos, caminó sin sentido y salió del establecimiento. Ya afuera y desde la perspectiva de la misma cámara de seguridad se puede observar a Victoria que caminó de un lado a otro con el garrafón en la mano, posteriormente sin garrafón, pero sí con una tela que no se alcanza a definir bien qué es. En ese momento llegó una patrulla de la policía municipal y ella se acercó a la ventanilla de lo que llamamos “copiloto”, es decir la persona que se siente adelante en el lado derecho, dialogó por un momento y se retiró del vehículo oficial, siguió caminando en círculos afuera del Oxxo, la patrulla se retiró del lugar, la hoy occisa siguió con su deambular al parecer sin sentido en los alrededores del establecimiento, pareciera que vociferaba, sin embargo no se puede afirmar puesto que las cámaras de seguridad no registran audio, o por lo menos este equipo que grabó los hecho no; Victoria volvió a entrar, nuevamente caminó por los pasillos, los clientes que se encontraban en ese momento haciendo sus compras trataron de ignorarla, uno de los dependientes se observa “nervioso” pero no interactúo con ella, la evitó de hecho, ella siguió con esa conducta que se pudiera identificar como inusual, finalmente se decidió a salir, abrió y cerró las puertas en dos ocasiones. Ya afuera, continuó haciendo lo mismo, caminaba de un lado a otro hasta que llegó una patrulla más pequeña de donde descendieron cuatro oficiales; no fue la misma unidad que llegó primero, esta se observa más modesta. Desde la visión de la misma cámara que se remite, se pudo observar a los uniformados y a la víctima dialogar, pero de pronto uno de ellos la trató de someter empujándola hacia la parte trasera del vehículo de tal forma que quedara de espaldas hacia él, acto seguido ella se liberó por un momento pero cayó al suelo, los elementos no la levantaron, se puede percibir como ella levantó las piernas como si quisiera patearlos, después de varios intentos sin éxito, entró a cuadro una mujer policía que la sometió, la puso boca abajo, le puso la rodilla en el cuello y ella quedó inmovilizada; mientras eso pasaba, el responsable del Oxxo cerró la puerta de acceso con llave y observó los hechos obviamente desde adentro, tuvo que abrir para dejar salir a un cliente y de inmediato cerró. En otras tomas, tal vez de las personas que pasaban por ahí se observó a Victoria sometida y gritando, acto seguido, se logró ver a la víctima desvanecida y a un par de policías que subieron su cuerpo inerte a una camioneta tipo pick up.
Dicen algunas versiones que el cuerpo policiaco fue convocado porque recibieron el reporte sobre una persona estaba en la vía pública generando disturbios. Como le comenté, y sin ser criminólogos, qué puede concluir. Independientemente de eso, la violencia no se justifica, y no sólo en Quintana Roo, en todo el país, al parecer el Programa de Fortalecimiento para la seguridad FORTASEG no está funcionando, por qué pareciera que los elementos de las instituciones encargadas de la seguridad en los municipios de las diferentes entidades no están capacitadas para realizar su trabajo, o tal vez si, y es mera percepción personal. Sin duda este hecho es más que condenable, independientemente de que la víctima no sea mexicana y que el presidente de El Salvador ya se haya manifestado, la violencia contra las mujeres ya rebasó a las autoridades; qué sigue, cuál es el plan del gobierno en turno para poder contener esta oleada de terror, lo desconozco, estamos entrampados entre las secuelas de las marchas del 8 de marzo, la irracionalidad del caso Salgado Macedonio, de las denuncias de miles de mujeres y ahora de la muerte de una extranjera a manos de un grupo de policías municipales; levantar la voz parece no funcionar, cuál es la ruta a seguir.
@ericazocar
