Entrevista Vanessa Job sobre la serie, La culpa no es mía
En México se asesinaron a 3 mil 752 mujeres, es decir 10.2 cada día en el 2020. En México hay más de 18 mil mujeres desaparecidas, según el informe sobre búsqueda, identificación y registro de personas desaparecidas a julio 2020.
Es en ese contexto en donde las protestas de mujeres han ganado cada vez mayor visibilidad e importancia. El año pasado, las manifestaciones violetas se apoderaron de las calles del país y la Ciudad de México vivió una verdadera revolución de las jacarandas. En este país que violenta a sus mujeres, es en donde la productora independiente Copal realizó con el apoyo del canal catorce del Sistema Público de Radiodifusión (SPR) la serie, La culpa no es mía, en el que las mujeres víctimas de violencia son las protagonistas, sus voces se exponen, en cinco capítulos que permiten una visión de la violencia en sus diferentes formas y expresiones. Las mujeres que comparten sus historias lo hacen desde la resiliencia, la sororidad y la lucha.
La serie aborda en esos cinco capítulos temas como micromachismo, violencia en el noviazgo, violencia digital, desaparición de mujeres y feminicidio. Los temas reunidos exaltan el grito de exigencia de las mujeres porque la violencia se detenga. La propuesta narrativa de La culpa no es mía, diseñada por su directora, Vanessa Job, aborda los diferentes tipos de violencia, que se nombran y se exponen a través de los testimonios y las historias para que los televidentes puedan aprender a reconocerlas. El objetivo final es comprender el fenómeno y dotarse de herramientas para detener la violencia, sin olvidar que la violencia tiende a sofisticarse para perpetuar su permanencia en las diferentes relaciones que existen en el tejido social. Los cinco capítulos de la serie que se estrenó este sábado 6 de marzo a las 20 Horas por Canal 14 son: La violencia invisible, en donde se expone la violencia que ha sido normalizada en la vida de hombres y mujeres, desenmascarando estereotipos y roles de género, así como los malos tratos, acciones y expresiones violentas, que nos alertan sobre el micromachismo y las microviolencias que se encuentran en la vida cotidiana y que parecen no ser ninguna amenaza.
La Conquista es el segundo capítulo, que nos expone tres historias diferentes de mujeres que fueron violentadas por sus parejas: Esmeralda Millán, quien fue atacada con ácido por su pareja; Brenda Palma, joven que vio destruida su autoestima a partir del hipercontrol de su novio y Karla Daniela García, quien vivió la violencia física, económica y sexual de parte del padre de su hijo.
El tercer capítulo de la serie lleva por título Olimpia, la de la ley Olimpia, y aborda el tema de la violencia digital en contra de las mujeres, que ha afectado a nueve millones de mujeres en nuestro país en los últimos años. Por su parte el capítulo 4 abordará el tema de la desaparición de mujeres en nuestro país, al presentarnos las historias de Rosa Hilda Cisneros, quien busca a su hija en Tamaulipas, uno de los estados más peligrosos del país y de Angélica Rodríguez y Karina Morales quienes buscan a Viridiana, de quien sospechan cayó en manos de una red de trata de mujeres. Por último, el capítulo cinco lleva por título ¿Porqué la rabia? Que aborda las manifestaciones feministas de los años 2019 y 2020, que se generaron a partir los asesinatos de Lesvy Berlín dentro de Ciudad Universitaria, el asesinato de Aidé Mendoza en el CCH Oriente y la desaparición de Mariela Mendoza, estudiante de la facultad de Filosofía y Letras.
La serie La culpa no era mía se podrá ver por Canal 14 (www.canal14.tv), además los contenidos estarán disponibles en la página de Copal Producciones y en el Facebook de Canal 14. Platicamos con la directora de La culpa no es mía, Vanessa Job, quién nos comentó lo siguiente sobre el proceso de producción de la serie: “Nosotros en Copal Producciones, ya traíamos la inquietud de hacer una serie documental, y el Sistema Público de radiodifusión (SPR), a través del Canal 14 lanzaron una convocatoria pública para apoyar a productoras independientes, entonces nosotros que somos una productora joven, independiente y que queríamos tocar el tema de la violencia de género, porque nos parece que es urgente, estamos en una situación crítica en el país, y el proyecto estuvo financiado con recursos públicos, y me parece que es muy importante que desde el Estado se esté apoyando a productoras independientes, para generar contenidos que ayudan a visibilizar la violencia en contra de las mujeres, y pues, aspirar a detenerla porque si la podemos visualizar entonces la podemos detener, la podemos cambiar, la podemos transformar. El primer día que salimos a grabar fue precisamente el 8 de marzo de 2020, en la manifestación histórica de mujeres, así que salimos casi un año después, pues la primera transmisión será este sábado 6 de marzo a las 8 de la noche por Canal 14.
Javier Moro Hernández (JMH): La violencia en contra de las mujeres ha sido un fenómeno social que ha sido invisibilizado y normalizado, y que parece que nos hace falta mucho trabajo para poder cambiar como sociedad, la miniserie nos posibilita hablar del tema e intentar cambiarlo.
Vanessa Job (VJ): Nosotros lo que queríamos es darle la voz a las mujeres que han sobrevivido a diferentes tipos de violencia, para tratar de escuchar cómo es lo que ellas han vivido y que estas narraciones sean como un espejo en donde otras mujeres pueden reconocerse y decir e identificar los focos de violencia que cualquiera puede estar viviendo y que no estamos viviendo y que se pueden agravar hasta el grado de un feminicidio, de un ataque de ácido, como tenemos uno de los testimonios en la serie, entonces sí creo que es muy importante que la serie la vean las mujeres, para que puedan reconocerse y poder prevenir la violencia, pero que también sea vista por los hombres, porque creo que cuando cuestionamos cosas que para los hombres no representan ningún hecho de violencia y que son normales, pero que tal vez cuando ellos escuchan la otra cara de la moneda, pueden ser mucho más empáticos y realmente empezar a acabar con esa violencia. Porque, aunque las mujeres lo denunciemos o lo respondamos, la verdad es que quienes tienen la verdadera responsabilidad de terminar con la violencia de los hombres.
JMH: Somos una sociedad patriarcal y machista. y son los hombres los que ejercen la violencia, pero los hombres no nos hemos dado cuenta, no hemos cambiado nuestra forma de pensar.
VJ: Es que, si vives en una situación de privilegio, no tienes por qué cambiar, no te lo cuestionas. Pero lo que tenemos que hacer es impulsar ese cambio, y creo que se han dado grandes avances, pero aún falta mucho camino por recorrer, porque aún vemos que las mujeres no están en el mismo número de puestos directivos, en la política, vemos que a la hora de gobernar no hay muchas mujeres ocupando lugares de decisión. Se siguen utilizando a las mujeres y eso es irlas devaluando, y eso también es una forma de violencia.
JMH: El tema de la microviolencia, del micromachismo que mencionarán en el primer capítulo, me parece muy importante, hablando de esta complejidad que tiene esta violencia, hablando de las formas de desnaturalizarla, me parece un tema muy importante para empezar a abordar el tema.
VJ: Creo que lo que descubrimos es que muchas mujeres tampoco tenemos muy claros estos mecanismos de micromachismos, entonces creo que el nombrarlos permite ponerles un freno. Por ejemplo, situaciones en que durante las relaciones de pareja el hombre le dice a la mujer que le mande su ubicación, una foto, quiero ver que en realidad si estás con tus amigas, etc. Esos son micromachismos.
JMH: Son 5 capítulos, pero es muy interesante la forma en que se van a narrar las historias engarzadas con estos micromachismos con el tema de la conquista, por ejemplo, con el tema del amor.
VJ: Justo quisimos jugar con este tema de la conquista que narramos en el capítulo sobre este tema, en donde narramos tres historias, en donde la conquista va en dos vías, y eso se puede ver en el capítulo 2, y todas estas historias empiezan con el amor romántico, que es la parte bonita de la película, está parte del enamoramiento, de te llevo chocolates, te llevó al cine, te hablo bonito, y pareciera que será un final de estos románticos de película, pero después viene otro tipo de conquista, en una siguiente etapa, que es esta conquista del colonizador, que es el que llega a controlar, a ordenar, a mandar, a exigir, y entonces empezamos con esta búsqueda de actitudes de sumisión por parte de las mujeres. Por eso el capítulo 2 se llama La Conquista, por esas dos cosas y esas dos formas de conquistar y de colonizar la vida de las mujeres. Es un capítulo súper fuerte, pero que creo que puede ser muy útil, porque ahí vemos historias en donde podemos ir reconociendo estos focos rojos que se presentan en las relaciones de pareja y que van desde minimizar la autoestima, el tratar de controlar, el tratar de ver qué están haciendo en redes sociales, controlar la forma de vestir, prohibir que las mujeres trabajen, incluso vemos cómo hay momentos en que se llega a aislar a las mujeres de sus familias, de sus amigos, y seguramente todos hemos vivido o conocido relaciones cercanas, en donde amigas, familiares cercanas, siguen en esas relaciones, y en este capítulo podemos ver de forma muy clara este ciclo de la violencia.
JMH: ¿Cómo fue el proceso de definir los casos que se iban a narrar en la serie?
VJ: Las historias de violencia de género están muy a la mano, porque en realidad hay muchas, hay muchas mujeres que están siendo violentadas, la estadística dice que son seis de cada diez mujeres, pero esa es información de 2016, que es la información más reciente, pero yo creo que esa información ya se quedó corta, porque creo que las nuevas generaciones sí están tomando conciencia de qué es la violencia, y creo que si se lo preguntamos ahora a las mujeres, esa encuesta saldría más alta porque hay muchas mujeres que consideran que no están sufriendo violencia, pero cuando les empiezas a exponer los diferentes tipos de violencia, empiezan a reconocerse como víctimas de la violencia.
JMH: Hay otro dato, que va ligado al capítulo tres de la serie, que va sobre la violencia digital y sobre la ley Olimpia, que es otro tipo de violencia que se está normalizando, porque las formas en la que los hombres atacamos a las mujeres en las redes sociales son súper violenta, sin argumentos, haciendo referencia al físico, a su inteligencia. Es un tema que podemos ver constantemente, pero que no lo estamos entendiendo tampoco como un tipo de violencia.
VJ: La historia de Olimpia es conocida, pero la narración que ella hace en este capítulo, que es mucho más cercana, mucho más íntima, nos permitió acercarnos de una forma mucho más profunda, y eso nos permite entender que lo que sucede en el mundo virtual es real, y además, es un tipo de violencia a la que le tenemos que poner mucha atención, porque con la pandemia lo que pasó fue que las parejas que ya se venían relacionando a través del mundo digital, desde hace mucho tiempo, pero cuando todos estamos encerrados en sus casas, se empezaron a darse más estas interacciones a través del sexting, y lo que sucedió fue que esas fotografías y vídeos terminaron en la red social, y entonces nos tocó ver cómo las mujeres se empezaron a organizar, creando una página en una red social, en donde se hablan de las dudas sobre la ley Olimpia, y es impresionante como las mujeres se ayudaban entre ellas, pero me impresionaba la forma en que narraban los casos, y eso nos da cuenta de lo cotidiano que es este tipo de violencia, hasta que empecé a ver el número de casos que subían las mujeres, pero es un tema muy complicado, porque hablar de esto es muy difícil, es una violencia que avergüenza mucho, y a las mujeres les cuesta mucho trabajo hablar de este tema, no se quiere denunciar, pareciera que las mujeres vivieran esa ese dolor, desde la culpa.
JMH: Justo quería preguntarte sobre el tema de la revictimización que sufren muchas familias cuando empiezan a buscar a sus hijas desaparecidas, que es el tema del capítulo tres.
VJ: El enfoque que le dimos a este tema es ir en dos vías, porque las mujeres que fueron víctimas de desaparición son víctimas de un delito, que puede ser el delito de trata de personas, el delito de secuestro, el de feminicidio. Las mujeres desaparecidas están siendo víctimas de una comisión de un delito. Pero, por otra parte, están las mujeres que están buscando, que, sin las mamás y las hermanas, y ellas también se tienen que enfrentar a una serie de violencias institucionales, porque es sabido que en este país quienes buscan son los colectivos, y si tú piensas en los colectivos, la mayoría están compuesto por mujeres, y son las mujeres quienes están buscando en fosas a sus familiares. Aquí nos enfocamos en las mujeres porque estamos hablando de violencia en contra de las mujeres, y cómo nos decía Angélica Rodríguez, del colectivo de Regreso a casa Morelos, que no es lo mismo la desaparición de un hombre que la desaparición de una mujer. Lo que está muy interesante en ese capítulo fue que logramos adentrarnos en cómo las mujeres necesitan fortalecerse y tener estrategias de autocuidado, porque si no para soportar toda esta violencia institucional, todo este duelo congelado, la culpa con la que tienen que vivir y lidiar, que las lleva a culpabilizarse a ellas por la desaparición, pero la culpa de la desaparición de las hijas es de todo un sistema que no protege a sus mujeres, y lo original de este capítulo son las estrategias de autocuidado que están emprendiendo los colectivos de búsqueda, porque justamente pasa la revictimización de parte de las autoridades hacia la víctima de desaparición (“en algo andaba”) y eso cuesta mucho trabajo. Se necesita que entre todos fortalezcamos a esas mujeres que están buscando y que se detengan las desapariciones, porque hay 18 mil mujeres desaparecidas en el país.