4:20. Un hito histórico acontece en las últimas semanas en el país, agarrar el avión, tener un acelere de trueno verde, un toque, un gallo, dar un jale, quemarle las patas al chamuco, vacilar, hacer un tris, tronárselas, armar un porrito, un peta, un canuto, un paraguayo, atizar coliflor tostada, hacer un submarino o ir a que-Mar-tin nos pague es un libertad más lograda en esta transformación pacífica y popular por medio de un gobierno abierto, progresista y democrático.
La regulación para el consumo, la producción y el uso del cannabis ha sido aprobada por la Cámara de Diputados y en espera por el Senado de la República, permite a los adultos el consumo de mariguana y autoriza la producción con fines de autoconsumo personal, a su vez prevé la regulación de la cadena completa de producción, distribución y venta para su uso medicinal, terapéutico, recreativo y lúdico. Lo anterior se trata de un punto de inflexión para desmontar la prohibición, la violencia, el tráfico, los prejuicios y dogmatismos que han obturado con enorme represión a altos costos una libertad y un derecho.
Es importante puntualizar que antes de la aprobación de la ley se realizó un Parlamento abierto denominado Rumbo a la Regulación del Cannabis, donde participaron especialistas del tema, médicos, abogados, académicos, colectivos y sectores representativos de la sociedad, ahí se presentaron y plantearon mediante exposiciones, talleres, charlas, cinco ejes temáticos fundamentales; Regulación, Salud, Derechos Humanos, Desarrollo Sostenible, Paz y Seguridad. De dicho Parlamento se concluyó –sobre varios puntos– que 89% afirmó que el modelo prohibicionista provoca más daños y las estrategias de control y castigo no son funcionales, 97% considera que la regulación no debe afectar a unos para proteger a otros y el mismo porcentaje califica como positivo el impacto de una adecuada regulación. Lo anterior se presentó también bajo el marco de un debate y una lucha que en México ha sido impulsada a contracorriente durante años por activistas, médicos, psiquiatras, psicólogos, sociólogos, campesinos, luchadores sociales y múltiples integrantes de la cultura cannábica que lograron que en los últimos años en el país se celebraran tres convenciones de la ONU sobre estupefacientes y sustancia psicotrópicas para abordar el tema desde diferentes vertientes.
Sin embargo la ley y el tema del cannabis lejos esta de quedar zanjado, se tendrá que seguir debatiendo, concientizando y educando, informar seriamente las bondades y riesgos con evidencia científica y médica fundamentada, lejos del tufo moralista, religioso y de ideología partidista, el uso de la marihuana instaura un fenómeno multidimensional en las sociedades actuales que trasciende lo anterior y centra el discurso en los derechos civiles y el humanismo. No es posible –ni sensato– alegar que la despenalización traerá más males sociales y de salud que los que hasta ahora tenemos con respecto al tema, hay cientos de estudios con bases sólidas que los modelos prohibicionistas han fallado tanto para contener el consumo como en las estrategias de control, produciendo violencia desmedida, represión, profundos daños sociales y ecológicos, donde las personas con menos ingresos y más vulnerables son criminalizadas y encarceladas por uso o posesión. En las dos últimas décadas y debido a la estrategia de persecución y violencia aumentaron exponencialmente el numero de personas encarceladas en el país, los asesinatos por el tráfico y las sentencias en prisión relacionadas por delitos contra la salud donde más de la mitad de los casos fue por consumo de mariguana. El libro El debate de drogas en México: entre los moralistas y los punitivos de Yenisel López y Pedro Peñaloza nos muestra la crueldad de los datos en las acciones fallidas de los gobiernos anteriores con respecto al tema y la escalada de violencia y violación de derechos que ello conllevo hacia con miles de mexicanos y sus familias. El consumo de la marihuana –y de otras drogas hasta ahora prohibidas– se tiene que entender como un derecho que evita la persecución penal y los prejuicios morales, los dogmas y las apreciaciones reaccionarias.
No es un dato menor –imposible de pasar por alto– que la prohibición y penalización de las drogas es un gran negocio en el mundo, para los países hegemónicos que son los principales consumidores el tema no es tratado como un problema de salud pública, solapan la venta, no desmantelan las redes de distribución e investigan superficialmente los canales internos para el ingreso y distribución de miles de toneladas de drogas –la mayoría sintéticas– a sus países, el dinero del narcotráfico está vinculado al ciclo de producción del capital en el mundo y forma parte indivisible de la economía neoliberal. Para lo anterior basta dar lectura al libro 000 del periodista italiano Roberto Saviano donde investiga y expone “cómo la Cocaína gobierna el mundo”. A su vez la legalización por parte del Estado presenta una oportunidad en regular las ganancias de la marihuana y participar de ellas, países como Canadá y Uruguay –los únicos antecesores a México en este tema– presentan avances significativos al respecto, el mercado legal podría capturar hasta el 40% de las ventas mundiales de cannabis en los próximos años, expertos económicos y financieros esperan altos rendimientos en la ejecución de modelos de negocios asociados a la marihuana, expansión del mercado, creación de empresas, redes de distribución, trabajo colectivo con campesinos, redes de educación, comercio justo y ganancias legales en un mercado regulado.
En el área médica la utilización y uso del cannabis vislumbra un aporte significativo para su uso medicinal y terapéutico, cada vez hay más evidencia aportada por diferentes academias y especialistas que su administración en ciertas enfermedades deriva en resultados terapéuticos positivos y significativos en mejorar la calidad de vida de los pacientes, los estudios exponen que es una opción viable y segura. En este sentido, Juan Ramón de la Fuente, médico psiquiatra y exrector de la UNAM, presenta sólidos argumentos técnicos y de la comunidad científica en su libro Marihuana y Salud con más de 861 referencias y consulta de más de 300 revistas de investigación, los estudios exponen la baja toxicidad de la marihuana en comparativa con el alcohol, el tabaco, el azúcar o las diversas pastillas recetadas y consumidas por millones de personas a diario, así como el dato que ninguna estadística de muerte por drogas es debido a su consumo.
Lo lúdico, lo placentero, lo experimental, la opción legal del consumo y el auto cultivo de la marihuana, de la alfalfa, la mostaza, la chipiturca, marinola, Doña Diabla, la pachola, la Maryjane, el petate, la dama de la ardiente cabellera, el orégano chino, el oro verde, la yesca, la hierbita de dios, la mota, no puede pasarse por alto y debe tomarse como un hito histórico y fundacional en un pueblo que exige y hace valer sus garantías y conquista derechos, levantar la prohibición lejos está de alentar el consumo plantea abiertamente un debate profundo y filosófico, humanista, existencialista, nos enfrenta a nuestra propia educación, a nuestros propios dogmas, a los prejuicios que hemos –o nos han establecido- nos confronta con nuestras ideas y la concepción que tenemos del mundo, la naturaleza y la sociedad, en última instancia –y definitiva– nos expone como proyectara Jean Paul Sartre; a la conciencia como libertad infinita.
- Y no, no ando pacheco ¿o sí?