- Estos movimientos van a transformar a México y a otras mujeres
- La importancia de la protesta y los movimientos sociales
Los movimientos sociales son parte de la llamada democracia informal, como los movimientos civiles a manera de protesta, son necesarios porque permiten la conformación de políticas públicas que resuelven los problemas de la población, manifestó la doctora Adriana Aguilar Rodríguez, investigadora en Ciencias de Información Geoespacial (CentroGeo) y especialista en el análisis de redes sociales, quien habló con LJA.MX sobre el movimiento feminista y su aporte a la democratización del país.
La experta en Movimientos Sociales destacó que el feminismo ha tenido varios momentos a lo largo de la historia del mundo y de México, en su principio más radicales para provocar el cambio tratando de romper las estructuras del capitalismo, al considerar que establecían las limitantes para las mujeres, luego estas luchas van hacia la defensa de los derechos básicos, pero antes fue hacia los derechos políticos y económicos; ahora a combatir la violencia.
“La agenda va evolucionando, creo que ahora hay más conciencia de grupo, a las jóvenes yo las admito mucho porque han puesto en la agenda los derechos sexuales y reproductivos, y se preocupan por sumar a todos los demás como los derechos de la comunidad LGBTI+, los derechos al propios cuerpo, además de las luchas políticas que aún no están dadas por completo, así como por acortar las brechas económicas y acceder a los mercados laborales y ganar espacios de representación popular; entonces esta generación ha podido conciliar muy bien y meter en la agenda una serie de derechos de los que antes no se hablaban”, expresó.
Para la socióloga, el movimiento feministas es democrático y ayuda a democratizar a nuestra sociedad, que ha enfrentado mucha oposición de las autoridades nacionales y estatales, más en un país machista donde son difíciles estos cambios, “yo creo que estos movimientos van a transformar a México y a otras mujeres, porque las mujeres son muy claras sobre lo que quieren”.
Para la investigadora, la protesta, ante la falta de un diálogo institucional, es la forma más efectiva que se ha encontrado para poder poner los temas más relevantes para la población en un segmento de esta en la agenda pública.
“Siempre que se toman temas de género viene esta idea loca de que las mujeres quieren acabar con los hombres y cosas por el estilo, el Estado no cumple con su papel rector de generar un diálogo a nivel social. Creo que mucha responsabilidad de que las cosas se salgan de control es del Estado por su incapacidad de escuchar y reconocer la lucha de las mujeres como legítima, por qué es importante la protección a las mujeres, se trata de cambiar la estructura de las relaciones hombre-mujer, mas no con el hombre. Mientras el Estado no interviene y se convierte en otro problema ante la polarización de la opinión pública, en lugar de hablar de los verdaderos problemas que existen”, expuso la académica.
Destacó que la democracia informal participa de la política y la vida pública de un país de una forma más descentralizada e independiente, tales son los casos del movimiento feministas, los que tienen que ver con el cuidado del medio ambiente y los que van en contra de la discriminación, al ser los que mueven aquellos temas de no son parte de las políticas de interés nacional, pero que interesan a grupos muy específicos que a través de la historia luchan porque sus temas accedan a la agenda pública, ya sea local, nacional o inclusive internacional: “Yo creo que la importancia de la protesta y de los movimientos civiles son importantes porque no solo obligan a conformar una agenda, sino que supervisan las acciones del estado, por eso son una vertiente importante para la democracia, al ser capaces de cuestionar al Estado, al mismo tiempo que avanzan sobre sus mismos objetivos”.
Destacó que a través de la historia los movimientos civiles van desde los más radicales, otros con una visión más mediadora y los conservadores, al haber muchas posiciones políticas sobre un mismo tema.
Como ejemplo en lo nacional recordó que, gracias al Movimiento Zapatista, al levantarse en armas contra el Estado, tan radical y al mismo tiempo tan innovador, que basó su lucha en el derecho internacional y la beligerancia, lo cual activó mecanismos internacionales de protección, a tal grado que cuando el Gobierno pretendió atacarlos tuvo que replegarse. Esa lucha por los derechos minoritarios generó una serie de cambios institucionales para la protección de los derechos indígenas y la creación de secretarias, y la inclusión de variables en las estadísticas que tienen que ver con este grupo de la población.
De igual forma las luchas ambientales, que comenzaron con los derechos de tercera generación: cambio climático, la capa de ozono; llegaron los de segunda generación que eran sobre la regulación que debían surgir alrededor de los globales, y después vino un movimiento que surgieron a partir de la protesta y son los derechos de tercera generación que están contenidos de que los temas ambientales afectan de manera directa y de manera local, el río que contamina la comunidad, la fábrica que genera enfermedades con sus contaminantes: “Lo que tenemos que entender es que el movimiento social es un movimiento descentralizado donde tienen un sinfín de grupos de protestas de forma distinta y que llevan sus problemáticas de grupo hacia la agenda pública”.