- El 98.6% de los casos de violencia sexual en el 2020 no se denunciaron
- Urge derribar muro institucional que repele la denuncia y alimenta la impunidad
El 2020 fue un año en el que las mexicanas vieron cómo la violencia en sus hogares se incrementó a causa de los efectos de la pandemia, la cual no se ha logrado disminuir, se expresa de diferentes formas, y la violencia sexual es una de las caras que menos se conoce y se atiende, pues ni siquiera llega al conocimiento de las autoridades, por tanto, se mantiene impune en la mayoría de las ciudades del país, con cifras negras por arriba del 90%.
Así lo señala un estudio de la organización civil México Evalúa que se basa en datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), en su edición de diciembre de 2020, que revelan que entre julio y diciembre de 2020 el 98.6% de los casos de violencia sexual que sufrieron las mujeres mayores de 18 años no fueron denunciados o no se inició una investigación. Esto quiere decir que los delitos sexuales que sufren las mujeres rara vez llegan al Ministerio Público.
Por segunda ocasión, la ENSU estima el número de mujeres que fueron víctimas de violencia sexual. Antes, sólo era posible conocer el número de investigaciones iniciadas por este tipo de violencia —reportado por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, SESNSP— y sin desagregación por sexo. Con estos datos ahora se pueden complementar el análisis y obtener un panorama más completo del fenómeno.
Para el análisis se seleccionó la ciudad más poblada por cada estado del país y se contrastaron los resultados reportados en la ENSU —víctimas— con el número de carpetas de investigación abiertas por delitos sexuales como acoso/hostigamiento sexual, acoso sexual y violación.
El SESNSP reporta una proporción minúscula de la incidencia delictiva real. Para los delitos de hostigamiento/acoso y abuso sexuales, la cifra negra alcanza el 99.3%, es decir, 0.5 puntos porcentuales menos que lo reportado el año anterior para el mismo periodo. Entre julio y diciembre de 2020 se dieron a conocer 8,597 carpetas de investigación a nivel nacional por el delito de violación, mientras que la ENSU estima que 194,334 mujeres fueron víctimas de este delito durante el mismo periodo. Esto significa que en el 96.4% de los casos de violación no hubo una denuncia o no se inició una investigación. Sin embargo, es importante mencionar que hubo una reducción de 3.1 puntos porcentuales de la cifra negra con respecto al mismo periodo del año anterior, que registró un 99.4%
Si bien es cierto que en el último año se ha visibilizado mucho más la violencia sexual en contra de las mujeres (hecho que comprobamos al observar la disminución de la cifra negra a nivel nacional) la realidad es que aún falta muchísimo camino por recorrer. Urge derribar el muro institucional que repele la denuncia y alimenta la impunidad en la violencia contra las mujeres.
La exigencia es atender la violencia en contra de las mujeres al reforzar la actual estrategia de prevención y erradicación de todas las formas de violencia, hacer un uso eficiente de los recursos públicos y mejorar la coordinación con los gobiernos locales.
México Evalúa recomienda:
Formular una política focalizada de reducción y prevención de los homicidios que atienda de manera diferenciada los factores y las dinámicas asociados a la violencia letal contra las mujeres y contra los hombres. La estrategia debe atender las características y los patrones espaciales de las zonas de mayor concentración de homicidios, mediante la coordinación entre los tres órdenes de gobierno, empresarios, académicos y sociedad civil.
Garantizar el cumplimiento de las órdenes de protección y las medidas precautorias para las mujeres que ya han sido violentadas física y emocionalmente. Ejemplo de un programa exitoso es el denominado Pulso de Vida, que ya ha sido implementado en diversos municipios de Jalisco.
Fortalecer económicamente y con personal capacitado los refugios para mujeres y los centros de justicia. Este tipo de instituciones recibió un fuerte recorte de su presupuesto en 2020. Si queremos revertir el incremento de los homicidios de mujeres, debemos generar espacios en donde las mujeres víctimas de violencia puedan refugiarse de sus agresores.
Identificar factores de riesgo y conductas vinculadas con la violencia de género, a través de los mecanismos de justicia cívica. La información que se genera sobre los infractores y las dinámicas de convivencia pueden servir para diseñar programas preventivos y acciones que eviten el escalamiento de violencia contra las mujeres.