La pandemia de SARS-Cov-2, no solo atacó la salud de los mexicanos, sino que cerró empresas, disminuyó el empleo formal, pero sobre todo, abrió aún más la brecha salarial entre hombres y mujeres trabajadoras.
En la más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi, se reportó que, para 2020, el ingreso nominal promedio de las mujeres se redujo en 4.1%, unos 162.17 pesos respecto de su mismo ingreso. Las mujeres, antes de la pandemia percibían en promedio 3,940 pesos mensuales, sin embargo, para el cuarto trimestre el año, se redujo en 162.17 pesos, para quedar en 3,777.07 pesos mensuales.
En contraste, el ingreso promedio de los trabajadores hombres se mantuvo prácticamente sin variación ubicándose en 4,633 pesos mensuales.
La brecha salarial actualmente entre los ingresos de los hombres y las mujeres es de al menos 18.5%, esto representa una cantidad de 865 pesos menos que las mujeres dejan de percibir respecto de los hombres por el hecho de ser mujeres.
Puntualizó que esta disparidad salarial entre ambos géneros es relativa al desempeño de las mismas tareas productivas; mismas obligaciones, mismas condiciones de trabajo, incluso, mismos horarios, pero sueldos diferenciados, lamentó.
Es importante que las y los empresarios que emplean a hombres y a mujeres, tomen conciencia de que es importante continuar avanzando en reducir la violencia salarial hacia las mujeres.
Hoy las y los hombres de empresa están obligados a reducir a cero, la brecha salarial entre mujeres y hombres, ya que no existe ninguna justificación válida por la cual hoy, en pleno 2021, se siga tratando mal a las mujeres en el ámbito salarial.
Estas prácticas son añejas, pero antes, eran vistas como algo ‘normal’; hoy ya no, y es importante que se haga justicia a las mujeres trabajadoras porque, no hay derecho a discriminarlas además de que, en la mayor parte de las tareas económicas, las mujeres presentan elevados niveles de productividad, por encima de los hombres.
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