Granujas/ Bajo presión  - LJA Aguascalientes
15/11/2024

Es angustiante atender los estertores de la agonía, en política, además, es asqueroso escuchar la obstrucción provocada por las mucosidades que impiden el paso del aire y termina ahogando a un partido, porque la clase política que llegó al poder a través de las prácticas viciadas del régimen autoritario, sólo sabe aventar la piedra y esconder la mano, invariablemente se dispensan de toda responsabilidad inculpando a los otros, al extraño enemigo, a un ellos que no señala a nadie pero incluye a todos los adversarios, reales o imaginarios.

En Aguascalientes, el lamentable espectáculo de la agonía del Partido Revolucionario continuó después de que el fin de semana, los priistas fueron incapaces de responder a la escasa militancia que le queda a esa organización y, de última hora, cambiara la candidata a la alcaldía de Aguascalientes, bajaron a Blanca Rivera Río, esposa del exgobernador Carlos Lozano de la Torre, y registraron a Norma Guel Saldívar, diputada federal con licencia que también está en la lista plurinominal a la Cámara de Diputados.

Exactamente igual que los partidos pequeños, parásitos de la Cuarta Transformación, la otrora aplanadora electoral no dio una sola explicación a sus partidarios. Desde el partido, un escueto e intrincado boletín no explicó nada, sólo apuntó que se construyen “equilibrios privilegiando la unidad partidista y reconociendo la capacidad política de grupos y expresiones de nuestro instituto político”, cualquier cosa que eso quiera decir; el comunicado lo firma nadie, no menciona un solo nombre y en su conclusión indica que en el PRI “se mantiene en observancia acuciosa para la definición de quienes van a contender en la próxima elección del 6 de junio por el municipio de Aguascalientes, y una vez definido el perfil se dará a conocer a la sociedad de manera institucional”; ¿eso quiere decir que no fue registrada la diputada con licencia, Norma Guel?

A primera hora, quien no logró el registro como candidata y acusa desde un clan a otro clan que fue traicionada, inició un tour por medios de comunicación afines para dar su versión de los hechos. Blanca Rivera Río ya aparecía en espectaculares y falsos anuncios de queso con su nombre, de eso se quejó, de que no renunció a nada, que a ella la bajaron, que le dieron una cuchillada por la espalda. 

En todos sus discursos, quien no logró ser candidata exhibió el pensamiento simple de los políticos viejos, agradeció a las líderes sociales a las que ya no va a poder colocar, lamentó que ahora ya nadie va a ayudar a los pobres y se quejó de que la habían dejado sin plataforma política para ser la heroína de la película en donde se saca de la miseria al pobre pueblo engañado. La participación política reducida al ejercicio de un cargo.

Lo más grave que su discurso revela es la costumbre priista de incriminar a los otros para absolverse de toda culpa, según Blanca Rivera Río, ellos, los grupos de siempre, todos los que digan, esos, la traicionaron porque le pidieron arriesgar su nombre, dignidad y dinero para que ese grupo pudiera seguir haciendo sus negocios turbios, cometiendo actos de corrupción… sin aportar una sola prueba o nombre. ¿Qué acaso no es un deber ciudadano denunciar los actos de corrupción?

La candidata que no fue, se va del PRI señalando que la bajaron de la contienda, y que qué bueno, porque así no pertenecerá a ese grupo que sólo quiere hacer negocios turbios en la política; qué afortunada circunstancia, la expulsan del grupo para el que quiso trabajar.

Coda. En El rey Lear, de William Shakespeare, Edmond sentencia: “La estupidez del mundo es tan superlativa que, cuando nos aquejan las desgracias, normalmente producto de nuestros excesos, echamos la culpa al sol, la luna y las estrellas, como si fuésemos canallas por necesidad, tontos por coacción celeste; granujas, ladrones y traidores por influjo planetario; borrachos, embusteros y adúlteros por forzosa sumisión al imperio de los astros, y tuviésemos todos nuestros vicios por divina imposición. Prodigiosa escapatoria del putero, achacando su lujuria a las estrellas. Mi padre se entendió con mi madre bajo la cola del Dragón y la Osa Mayor presidió mi nacimiento, de donde resulta que soy duro y lascivo. ¡Bah! Habría salido el mismo si me bastardean mientras luce la estrella más virgen de todo el firmamento”… lo que se dice con tal de no aceptar nuestras culpas.

 


@aldan


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Director editorial de La Jornada Aguascalientes
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