Monserrat Ramírez Ramírez y María Guadalupe Castorena Esparza
La mayor parte del comercio que se realizaba durante el México prehispánico recaía en el ejercicio del trueque. Esta práctica surge a partir de la dominación de las actividades primarias, como la agricultura y la ganadería, lo que posibilitó la generación de excedentes en estos bienes y, por consiguiente, permitió que las personas pudieran especializarse en otro tipo de trabajos que no estuvieran directamente relacionados con la tierra: la fabricación de vestido, zapatos, collares, artesanías, etc.
Con lo anterior, las personas podían ofertar sus productos agrícolas e intercambiarlos por otros, con la finalidad de saciar sus necesidades de consumo. Es por este aspecto que se cree que el trueque se basa en una lógica pre-capitalista, ya que sólo se busca satisfacer necesidades y no busca la acumulación de riqueza.
A pesar de que la práctica del trueque disminuyó con la aparición del “dinero”, este nunca desapareció, ya que se sigue llevando a cabo en pequeñas localidades de latinoamérica y del mundo. De hecho, el trueque cada vez está tomando más relevancia. En especial, se le está considerando como una alternativa para impulsar el desarrollo local y contrarrestar algunos de los efectos negativos generados por el sistema capitalista: la distribución inequitativa de la riqueza y los problemas medio ambientales.
Además de satisfacer necesidades, el nuevo enfoque de esta práctica de intercambio, busca el alargar la vida útil de las cosas y, por tanto, la reducción de residuos que en su mayoría resultan ser bastante contaminantes. Así como fortalecer la economía local, sobre todo en tiempos de crisis.
En la actualidad, estamos viviendo una de las peores crisis económicas que ha tenido la humanidad, a raíz de las fuertes medidas establecidas por los países para enfrentar la pandemia por covid-19. Muchas personas se vieron imposibilitadas para desplazarse a su trabajo o simplemente lo perdieron, quedándose sin fuentes de ingreso y poniendo en duda su subsistencia. El trueque es una alternativa para la obtención de bienes, la cual podría ayudar a todas aquellas familias que se hayan quedado sin ingresos y puedan salir adelante. Esta es una de las razones por las que Movimiento Ambiental de Aguascalientes, A.C. no ha dejado de difundir este tipo de prácticas en el ámbito local.
El trueque en Movimiento Ambiental
El año 2010 fue el inicio de las actividades de trueque en Movimiento Ambiental, algunos integrantes habíamos asistido al trueque de Dolores Hidalgo, organizado por la REMECC (Red Mexicana de Comercio Comunitario), donde se maneja la moneda social “El Mezquite”. En este bello lugar se juntan productores de todo nuestro país, se promueve el comercio justo, se realiza el ejercicio del trueque y multi-trueque apoyado por la moneda social ya mencionada.
A pesar de que teníamos experiencia previa, no podíamos aplicarlo de manera autónoma; por más que lo platicamos no lo aterrizamos en papel. Así que decidimos convocar y llevar objetos para hacer un pequeño “cáliz”, dicho en otras palabras, desarrollar un ejercicio para ver cuál era la dinámica y a partir de allí, sistematizar la experiencia. Después de ese primer día, no hemos parado de hacer trueques de manera consecutiva durante 10 años, teniendo al Jardín Carpio como sede.
Con la llegada de la pandemia de la covid-19 y de la incertidumbre generada, tuvimos que continuar de forma digital con los ejercicios por medio del grupo de facebook “Trueque y Moneda Social de Aguascalientes” y en el grupo de Whatsapp, al cual agregamos a personas después de haber convivido en Facebook…
Continuamos así hasta que un día, en las comunidades aledañas al Bosque de los Cobos, nos hicieron saber que la situación estaba mal en cuestión de economía, ya que se habían quedado sin trabajo o bien, las ventas en sus pequeños negocios habían bajado.
Fue así que planteamos el primer trueque en la Comunidad Mágica de Los Parga, Ags. con el Colectivo de Mujeres del lugar, no obstante, surgía la inquietud sobre qué íbamos a ofrecer y viendo el paisaje, caímos en cuenta que había tunas, nopales, etc.
De allí nació una nueva moneda social: La Tuna. Moneda que hemos utilizado en El Malacate, El Relicario, en el ANP municipal de Cobos, Norias de Ojocaliente, tenemos pactados nuevos trueques comunitarios.
Nos ha apoyado a nivel social ya que se promueve la convivencia y el conocimiento, se realiza en lugares abiertos y con el paisaje de las áreas naturales; cumplimos los objetivos con los que nació nuestro trueque hidrocálido, alargar la vida útil de las cosas, evitamos la extracción de material prima de los ecosistemas, damos un valor de utilidad a las cosas y no de consumismo, tomamos el dinero como se debe; como un medio y no como un fín.
Tomamos lo básico para vivir, dejando el consumismo de lado y nuestras experiencias comunitarias nos hacen ver que el patrimonio cultural y de biodiversidad local, se hace notar en cada lugar en que se realizan estos ejercicios de economía social y solidaria, donde la mujer es la protagonista. Nuestra historia lo dice, del 2010 a la fecha, han estado al frente Alicia Castorena, Nelly Sandoval, Sandra Moreno, Mara de Luna, Almita Fregoso y ahora Monserrat Ramírez. Cada una dejando su sello particular en esta noble actividad. Ahora los nombres se multiplican: Tere, Mari, Trini, Cipatli, Silvia,Liliana, Concha, Adriana, Juanita, Yaz, Lupita, Paula, Eustolia, Mariana, Fátima, Luisa, Lula, Karla, Karen, Marcela, Petra, Isabel, Paola, Goni, Sofía, Esmeralda, Blanca, Chelo, Luz, entre otras.
Todas mujeres de comunidades que son el vivo ejemplo que el cuidado de nuestra casa común y de la economía familiar, está centrada en la mujer. Hasta aquí nuestra experiencia de la Economía social y Solidaria, gracias por leernos y ojalá un día tengan la experiencia del trueque.