EMEEQUIS
Los relatos de la época aún estremecen. El joven político solía contratar agencias de modelos y edecanes para “adornar” sus fiestas. Las mujeres europeas obtenían más “llamados”. Tragos, risas, música. Los excesos incluían “tomar” a las mujeres como entretenimiento sexual. Con los años, estas historias fueron olvidadas por la justicia y la opinión pública.
Una década después del aparente suicidio de la modelo búlgara Galina Chankova, ocurrido en Cancún, un grupo de feministas del sur del país nos hacen notar que el Niño Verde, también conocido como Jorge Emilio González Martínez, tiene su propio caso de violencia de género. Más allá de que diversos medios señalaron que la tragedia ocurrió en uno de sus departamentos, con él presente, el asunto quedó sepultado debido a las influencias del exsenador. El también expresidente nacional del PVEM ha negado haber acudido a su propia fiesta.
Sobrino del Dr. Simi, dueño de las Farmicias Similares, González Martínez ha deslizado recientemente su interés de buscar la reelección como diputado federal plurinominal (con esta sería la sexta ocasión que obtendría un cargo legislativo por el mecanismo de representación proporcional), a pesar de haber solicitado licencia desde abril de 2019, con 18 faltas a cuestas. El asunto encendió las alarmas entre diversas activistas que andan buscando testimonios para revivir el caso y se haga justicia.
Las acusaciones de abuso sexual contra políticos como Félix Salgado Macedonio, quien aún está en la ruta para ser candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero, y de Andrés Roemer, exrepresentante de México en la Unesco, colocan las condiciones para llamar a cuentas al Niño Verde, quien fuera captado hace varios años solicitando sobornos. Un videoescándalo del que se exculpó diciendo: “Me chamaquearon”.
Y es que el heredero del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) habría estado involucrado en la muerte de la modelo búlgara Galina Chankova, quien en abril de 2011 se lanzó del piso 19 de un edificio en Cancún, Quintana Roo, luego de ser agredida sexualmente en una fiesta que se desarrollaba en un departamento, propiedad del dueño del PVEM, como documentaron en su momento distintos medios nacionales y locales.
Acapulco-Cancún, las “Bangkok de América”
Fuentes de Morena comentaron a EMEEQUIS que, en este asunto, casualmente resulta coincidente que ambos personajes sean originarios de dos destinos turísticos catalogados como los “Bangkok de América” por los alarmantes índices de comercio sexual, trata de personas y prostitución infantil, controlados por grupos del crimen organizado en México y por redes internacionales dedicadas a esa actividad.
Tan solo en 2008, cuando Salgado Macedonio se desempeñaba como alcalde de Acapulco y González Martínez como presidente del PVEM, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) presentó un informe en el que señala que en Acapulco y Cancún existen “redes de protección” a bandas internacionales de pederastia, explotación, pornografía y turismo sexual de niñas y niños de entre 8 y 9 años.
Hugo Hernández Harrell, en ese entonces representante de la Unicef en Guerrero, advirtió que en este asunto “obviamente debe haber intereses económicos muy fuertes por ahí creados que impiden que las autoridades reaccionen”.
“En mi opinión personal es algo que debería integrarse a nivel federal, dado que a nivel estatal y municipal no se ha podido controlar. Algo no está bien en las autoridades. No sabemos dónde se perdió el interés por atacar el problema”, anotó.
De ese tamaño es el dilema para Morena y para Andrés Manuel López Obrador, ya que –nos dicen– tanto el partido en el poder, así como como el “gran elector” no se han deslindado de figuras de este nivel, ya sea por “chantajes políticos”, en el caso del llamado “Toro sin cerca”, o por asuntos de “índole afectivo y electorero”, en el caso del “Niño Verde”.
Pero, específicamente, con uno de sus líderes: el exgobernador de Chiapas y actual coordinador del PVEM en el Senado, Manuel Velasco Coello, nieto del empresario Fernando Coello Pedrero, quien recién falleció el 16 de diciembre pasado y quien tenía una estrecha relación de amistad con el presidente de la República.
Un “vividor” de la política
“¡Asssh! ¡Qué hueva me da esto!”, se quejaba el “Niño Verde” en su escaño del Plano del Senado de la República apenas iniciados los trabajos de la 52 Legislatura, en septiembre de 2012.
Regularmente comiendo frituras y bebiendo refresco de cola, el entonces coordinador de la escueta bancada del PVEM en la Cámara alta parecía urgido en que se aprobaran lo más pronto posible las reformas del Pacto por México, sobre todo la energética, la educativa y la de telecomunicaciones, para solicitar licencia e irse a vacacionar para lo que restara de su cargo de elección popular, que concluía hasta agosto de 2018.
Había transcurrido sólo un mes de la instalación de la 62 Legislatura en el Senado de la República (octubre de 2012) y, desde su escaño, ya era palpable el hartazgo de Jorge Emilio González Martínez, dueño plenipotenciario de la franquicia familiar denominada PVEM.
Pero ese desdén por la política, ese aburrimiento por el trabajo legislativo a lo largo de 24 años (con hartazgo, sin subir a tribuna, sin presentar iniciativas, con decenas de inasistencias, sin presencia en comisiones legislativas para el desahogo del trabajo parlamentario), está a punto de ser premiado de nuevo, luego de que anunció que buscará ampliar su trayectoria parlamentaria por tres años más.
Sin hacer campaña, sin rendir cuentas sobre iniciativas presentadas o sobre inasistencias, y sólo con la barita mágica para incorporarse (cada tres o seis años) en el primer sitio de las listas de candidatos al Congreso por la vía plurinominal, González Martínez –nos cuentan a EMEEQUIS– “desprecia la política, pero sabe que, a parte de los privilegios de contar con fuero, esa actividad es vital para sus negocios privados”.
Ya con la experiencia parlamentaria de legisladores como Pablo Gómez Álvarez, Manlio Fabio Beltrones o Beatriz Paredes Rangel, el “Niño Verde” –nos dicen– “lamentablemente sólo es nota cuando aparece en videos negociando sobornos, cuando hay una tragedia en una fiesta en su departamento de Cancún, cuando es detenido por conducir en estado de ebriedad y ser enviado al ‘Torito’, o cuando se habla de ‘vividores de la política’”.
Pero lo más lamentable –añaden las fuentes– es que el mayor exponente de la popular frase “me chamaquearon” (cuando fue exhibido en un video, en febrero de 2004, negociando un soborno de 2 millones de dólares para la construcción de un complejo hotelero en Cancún, en una zona de manglares) haya convencido a distintos gobiernos y candidatos presidenciales de aliarse a su franquicia familiar.
Como ejemplo, ahí están los casos del frentista Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en 1988; del panista Vicente Fox Quesada, en 2000; del priista Roberto Madrazo Pintado, en 2006; de Enrique Peña Nieto, en 2012; del también priista, José Antonio Meade, en 2018, y ahora del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
El Güero Velasco, el emisario
Si bien es cierto que AMLO siempre ha guardado su sana distancia con el Niño Verde y con todos los escándalos que lo rodean, también es cierto que la vía para consolidar la alianza legislativa-electoral –basada en los “favores parlamentarios” para la aprobación de reformas prioritarias para el gobierno de la Cuarta Transformación– ha sido el hoy senador Manuel Velasco Coello.
Una de las cláusulas de ese “pacto no escrito” entre López Obrador y el llamado Güero Velasco fue, precisamente, mantener los privilegios y la impunidad de personajes como Jorge Emilio González Martínez o Arturo Escobar y Vega.
Este último también hoy diputado federal del PVEM –quien incluso fue subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Secretaría de Gobernación en la administración de Peña Nieto– representó una de las piezas clave para la destitución, en el sexenio de Enrique Peña Nieto, del entonces titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade), Santiago Nieto Castillo, hoy responsable de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (UIF-SHCP) y una de los hombres más influyentes del actual gobierno en el combate a la corrupción.
“Conocí a Fernando Coello, abuelo del (ex)gobernador de Chiapas, desde hace muchos años. Cuando fui Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Manuel (Velasco) era un adolescente y acompañaba a su abuelo. También conocí a su abuelo paterno, al doctor (Manuel) Velasco Suárez (gobernador de Chiapas de 1970 a 1976). Entonces sí lo conozco (a Manuel Velasco Coello), pero de ahí a que exista un acuerdo, un pacto (con el PVEM), está muy lejos”, comentó AMLO el 21 de junio de 2018, en Durango, Durango, a unos días de la elección presidencial que, luego de tres intentos, le dio la victoria en las urnas.
Muy lejos estaban aquellas declaraciones de López Obrador en contra del Güero, como aquella del 26 de septiembre de 2014, en ese entonces presidente del Consejo Nacional de Morena, al término de un mitin en Cacahoatán, Chiapas, en donde el tabasqueño señaló que Velasco Coello era un “mandatario mediático”, y dijo que era “un gobernador de los medios y para los medios. Lo preparan para la televisión, lo difunden como ningún producto chatarra”.
“El mal gobernador Manuel Velasco Coello, reparte en Chiapas migajas, dádivas, despensas, materiales de construcción, pollos, patos, chivos, borregos, puercos, cerdos, marranos”, afirmó el tabasqueño el 31 de enero de 2014 durante una gira por el municipio Benemérito de las Américas, en aquella entidad.
Luego todo cambio. Y fue precisamente el Güero Velasco la cuña para amarrar una alianza de facto entre AMLO y el PVEM, pero sobre todo un pacto de no agresión, de silencio y de olvido, principalmente hacia la principal figura de este instituto político y hacia sus escándalos: Jorge Emilio González Martínez.
El #PactoVerde
Todavía como gobernador de Chiapas y como senador electo del PVEM por Chiapas (sí, de esas cosas que sólo se pueden en México), Manuel Velasco Coello fue tendiendo lazos, como presidente en turno de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) –por instrucciones del Niño Verde, nos dicen a EMEEQUIS– para que ese partido se pusiera a disposición de la Cuarta Transformación, sobre todo en el respaldo a reformas legislativas y acciones de gobierno, a cambio de un “borrón y cuenta nueva” hacia todos los escándalos vinculados a figuras del llamado “partido del tucán”.
Y así ha sido.
Pero ahora, tras el caso de Félix Salgado Macedonio, nos cuentan que han surgido voces al interior de Morena, pero también en distintos grupos del movimiento feminista en el país, que han revivido el tema del Niño Verde y el sospechoso “carpetazo” que se le dio al tema de la muerte de la modelo búlgara Galina Chankova, el 2 de abril de 2011, en Cancún, en un departamento del en ese entonces dirigente nacional del PVEM.
Las acciones para “romper este pacto” entre la cuatroté y el Niño Verde, nos cuentan, se darán específicamente por el asunto de su presunta participación en las redes internacionales de trata de personas que operan en la Riviera Maya, bajo protección de poderosos grupos políticos y económicos.
En este nuevo episodio (asentado en la averiguación previa CAN/1617/2011, de la Fiscalía Especializada en Delitos Sexuales de la Fiscalía General de Justicia de Quintana Roo) será determinante la declaración que dio en diciembre de ese año Mario Pidev, también de nacionalidad búlgara y propietario de la “agencia de modelos” en la que fue reclutada Galina Chankova, en donde confirmó que “fue su amigo Jorge Emilio González Martínez quien me pidió organizar la fiesta en un departamento de su propiedad y contratar a las modelos”.
“Yo llegué al departamento después de las seis de la tarde, pues se organizaba una fiesta para mi amigo Jorge Emilio que llegaba de la capital de México en compañía de otras personas, por lo que me solicitó que organizara una fiesta, ya que venía con su novia y otros amigos y quería le llevara edecanes guapas, si eran de origen europeo, pues decía que mucho mejor”, reveló Pidev en su declaración.
Como era de esperarse, el asunto desapareció de los medios nacionales y locales, además de que, la entonces Procuraduría General de Justicia de Quintana Roo determinó cremar los restos de Galina el 7 de abril, sin la autorización de sus familiares ni de la Embajada de Bulgaria en México.
Y sí. Todo esto se desarrolló en el mandato de Roberto Borge Angulo (primo del pederasta Kamel Nacif Borge), gobernador del PRI y amigo estrecho de Enrique Peña Nieto, quien en ese momento ya era precandidato de ese partido a la Presidencia de la República y quien pugnó para que el Niño Verde encabezara la fórmula de candidatos de la alianza PRI-PVEM al Senado de la República por Quintana Roo.
Hoy, el partido de Andrés Manuel López Obrador irá a los comicios del próximo 6 de junio en la alianza denominada “Juntos hacemos historia”, entre Morena, el PT y el PVEM, en donde acordaron ir en coalición en 151 de los 300 distritos federales electorales –por la vía de mayoría relativa– para la conformación de la Cámara de Diputados. El Partido Verde decidirá en 41 distritos para colocar a sus candidatos.
Ya habrá mucho de qué hablar sobre este tema para las próximas semanas.
@emeequis