El marco del 8 de marzo debe ser un recordatorio de las múltiples deudas que tienen las instituciones y la justicia con las mujeres. No hay discurso político que valga frente a la realidad de violencias que vulneran a las mujeres mexicanas. Víctimas de agresiones, hostigamiento, acoso, feminicidios, desigualdades e invisibilización estructural, además, enfrentamos la más recalcitrante violencia sistemática desde las más altas esferas del poder.
Es muy fácil soltar declaraciones que desestimen a los movimientos feministas, lo es, claro, cuando se hace desde lo alto de los privilegios políticos. La lucha histórica por la reivindicación de nuestros derechos no puede estar en tela de juicio por quienes, además, hoy forman parte del anquilosado sistema de la impunidad: los gobiernos y los gobernantes.
No basta con declararse “a favor de las mujeres” si las estrategias, las políticas y las acciones no materializan esa voluntad, y mucho menos si se trata del presidente de la República. No podemos dejar de lado que cada vez que el presidente se sube a una tribuna pública a hablar de los derechos de las mujeres y de la deuda histórica que aún arrastramos, promueve con su nula capacidad de empatía y entendimiento que el sistema patriarcal se arraigue aún más en el imaginario de nuestra sociedad. No podemos ignorar o hacer de cuenta que los mensajes que salen de palacio nacional no son violencia.
Señor presidente: usted no puede confrontar y señalar peyorativamente a las mujeres y creer que nos vamos a quedar calladas. Usted no puede esconder su miedo entre vallas y granaderos y pretender que no está pasando nada. Mientras usted desde su palacio gobierna para pocos intereses, afuera, en las calles a nosotras nos siguen violentado, matando y violando, mientras tanto usted quiere seguirlo difrazando.
No vamos a ceder en la resistencia, no vamos a claudicar en la lucha, usted no es el presidente de las mujeres, y no representa un proyecto para nosotras, no si pretende seguir minimizando la realidad que vivimos.
Desde Mujeres en Movimiento hemos tomado la determinación de dar un paso al frente, hombro a hombro con las millones de activistas en este país que han decidido que ni una pandemia, ni una valla serán obstáculo para gritar los nombres de aquellas a quienes la justicia les debe todo.
Acompañaremos las voces de todas, amplificaremos las voces de la lucha y haremos que suenen más alto, más fuerte y más claro que aquellas que salen del poder. Ni un paso atrás en la defensa de nuestros derechos, ni un paso atrás en la defensa de nuestra dignidad, ni un paso atrás contra las violencias y contra los agresores, caiga quien caiga.
Que el #8M2021 sea la tribuna más importante para demostrar que este país será feminista, o no será. Que tiemblen los machistas, que ya está aquí la fuerza de las mujeres para hacer de México un país de feministas.
#DeconstrúyasePresidente