Sergio Reyes Ruiz y Víctor Hugo Salazar Ortiz
Movimiento Ambiental de Aguascalientes, A. C.
Mucha gente pequeña, en lugares pequeños,
haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo
Eduardo Galeano
La semana pasada celebramos el Quinto Seminario de Decrecimiento y Ética Ambiental, que en este año versó sobre la economía verde, la economía circular y la sustentabilidad. Auspiciado por el Departamento de Filosofía de la Universidad Autónoma de Aguascalientes y el Laboratorio de Ética y Políticas Públicas de Movimiento Ambiental, de nueva cuenta nos dimos cita representantes de la academia, el activismo y la función pública para analizar y compartir ideas y perspectivas usando los cristales de la Ética Ambiental y el paradigma del Decrecimiento. Si bien el Seminario sirvió para revisar cuestiones teóricas, como ya viene siendo costumbre, también se hicieron ejercicios prácticos, se entablaron proyectos concretos y se habló sobre iniciativas reales y en curso: es el caso de “la Semana Santa en la Comunidad Mágica de los Parga”.
Una de las grandes convergencias de las ponencias de este Quinto Seminario fue la idea de la urgente necesidad de modificaciones y cambios en nuestra forma de entender y abordar la economía, desde cuestiones superficiales hasta transformaciones multisistémicas y civilizatorias. Esperar que los gobiernos, las instancias supranacionales o los sistemas económicos conduzcan y logren esos cambios no es una opción; pasar de la espera pasiva al activismo ético es un camino que se presenta tan esperanzador y pacífico, como alegre y significativo.
Para combatir el Cambio Climático, otro de los grandes temas presentes en el Seminario, se requiere mantener los servicios ambientales que los ecosistemas naturalmente proveen, como la captación y retención de carbono. Para conservar dichos ecosistemas, se requiere también que las comunidades que habitan en y alrededor de ellos cuenten tanto con las motivaciones como las herramientas para defender sus territorios y convivir positivamente con los diferentes elementos de su ecosistema. Es fundamental también que dichas comunidades sean protagonistas de dichos procesos, de manera que, en alianza con otras organizaciones e instancias con más experiencia y recursos, sean las verdaderas conductoras de sus propios proyectos. Y eso es lo que sucederá estos días en el Bosque de Los Cobos.
El Colectivo de Mujeres de Los Parga, de la mano de la Alianza Ciudadana por la Conservación del Bosque de Los Cobos, de Movimiento Ambiental y de Guardabosques de Los Cobos, ha preparado un programa cultural para vivir una Semana Santa con los oficios religiosos tradicionales, pero con la experiencia de vivir la riqueza tanto biológica como cultural que ofrece el Bosque.
Desde el jueves 1˚ hasta el sábado 3 de abril del 2021, las mujeres organizadas de la comunidad periurbana de Los Parga invitan no sólo a las actividades religiosas propias de estas fechas, como el lavatorio, el Via crucis y el Via matris, sino también a consumir platillos caseros que dan cuenta de la gastronomía del lugar, así como recorridos de interpretación guiados por Guardabosques y ejercicios de observación de aves para principiantes. Dada la contingencia sanitaria, las actividades, todas gratuitas, cuentan con un cupo limitado y requieren registro previo, así como la atención a las medidas de seguridad e higiene correspondientes y obligatorias. El programa completo y las vías de registro pueden consultarse en: https://bit.ly/2O9agci. Se invita a llevar plato, vaso y cubiertos.
El Bosque de Los Cobos es ya una experiencia que se va conociendo a nivel nacional como un ejemplo de éxito que partió de la convergencia de intereses ambientales con las voluntades de la localidad. Desde conversatorios organizados por Amnistía Internacional hasta ponencias en congresos internacionales, las actividades de las personas y organizaciones que integran la Alianza Ciudadana por el Bosque de Los Cobos son reconocidas por los logros de frenar repetidamente proyectos inmobiliarios así como lograr el decreto de dos Áreas Naturales Protegidas (una de ellas revirtiendo el proyecto de un parque industrial). Dicho éxito sólo se entiende con la participación activa y protagónica de las personas y comunidades que residen en y alrededor del Bosque de Los Cobos y que han integrado distintas agrupaciones para su conocimiento y preservación, como el mencionado Colectivo de Mujeres de Los Parga, el Colectivo de Fotografía de los Parga (integrado por niños y niñas de 10 a 16 años) y que se han sumado al mismo Comité de Guardabosques y su respectiva escuelita.
Queda la invitación para que quienes leen este texto vivan de primera mano la experiencia de conocer tanto la parte biológica y ecológica del Bosque de Los Cobos, como su faceta gastronómica y sociocultural. Igualmente, queda la amenaza de que en semanas posteriores estaremos abordando otras temáticas y debates del Quinto Seminario de Decrecimiento y Ética Ambiental, así como los respectivos retos y proyectos concretos que de las ponencias se van derivando y que invitarán a la participación de todas las voluntades interesadas en trascender.