Los partidos políticos le siguen hablando al electorado como si fuéramos menores de edad, niños a los que hay que explicarles el mundo en blanco y negro, sin matices e incapaces de formar un criterio propio a partir del análisis de sus actividades y errores. La propaganda mediática pinta un México en donde sólo hay buenos o malos y las soluciones no se concretan en ideas sino en sentimientos.
No se puede culpar a las instituciones de ese desprecio por la ciudadanía, no es que al ingresar a un partido político uno sea vea obligado a menospreciar la inteligencia de los electores, es resultado de la larga tradición de ser gobernador por un partido único en el que los puestos y cargos se designaban a partir de favores entre cuates, pago a familiares y negociaciones entre grupos, siempre de espaldas a la militancia o seguidores de la agrupación.
Este fin de semana, en Aguascalientes, los doce partidos que participan en la contienda electoral tenían la obligación de registrar a sus candidatos y con excepción de unas cuantas organizaciones, ese trámite exhibió a los actores políticos, la mayoría son mentirosos, corruptos y ven a los partidos como una propiedad familiar.
Sólo unos cuantos de esos partidos hicieron públicas las listas de candidatos, muy pocos informaron a los medios de comunicación para que se difundiera a la población a quienes apoyaban; los más, llegaron al Instituto Estatal Electoral a última hora, sin la información completa y a escondidas.
La desorganización de los partidos de reciente creación no justifica su incapacidad para cumplir en tiempo con los requisitos que establece la ley electoral, mucho menos el que no se cuente con las personas suficientes para registrarlos como candidatos; que podría ser la justificación de aquellas organizaciones que participan por primera ocasión, como Fuerza por México.
Fuerza por México se vende como un partido que apoya al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, pero en Aguascalientes, incorporó como candidato a la alcaldía capitalina a Luis Armando Reynoso Femat, corrupto con sentencia por peculado; de última hora, el exgobernador renunció a la candidatura por ese partido, a través de un vídeo en redes sociales, indicando que “no era su momento”, una forma de indicar que su ambición política sigue vigente pero que prefiere esperar, una mentira total, no es el momento de Reynoso Femat porque está sentenciado por haber simulado la compra de un tomógrafo y sus derechos políticos-electorales suspendidos. Si el expanista pensó que por haber promovido una revisión de la sentencia podría quedar limpio de toda duda, pecó de ingenuo; lo peor, engañó a los del partido y siguió mintiendo a quienes lo escuchan.
Al mismo tiempo, en el PRI, Blanca Rivera Río también renuncia a ir como candidata a la presidencia municipal de Aguascalientes, como no le importa la militancia de esa organización, no ha hecho pública su decisión, la esposa del exgobernador Carlos Lozano de la Torre, quien se ha hecho del PRI, deja correr el rumor de que su grupo fue traicionado por otro clan en la organización; en la entidad, el partido tricolor es una ruina, el grupo de Blanca Rivera Río y su esposo lo han querido manejar como un patrimonio familiar, no hay compromiso con la escasa militancia a la que se desprecia constantemente; ante el berrinche, la organización impone a Norma Guel, sin ninguna explicación, moviendo piezas para que, de nuevo, todo quede en familia.
La mentira y la ineptitud de sus precandidatos iguala a Fuerza por México y al PRI, ninguna de esas organizaciones tiene el menor respeto por el electorado.
Coda. “Nunca vuelvas a decir lo que piensas a alguien que no sea de la Familia”, dice Don Corleone a su hijo Sonny en El Padrino, miente o calla entienden los políticos para defender su interés.
@aldan