Decía Lucio Sénneca que “sufrimos más a menudo en la realidad que en la imaginación”. Con ello el filósofo romano, padre del estoicismo, se refería al poder que ejerce el miedo en los seres humanos, quienes a menudo son presa de una paranoia que en la mayoría de las ocasiones no tiene sentido.
Traigo esto a colación por el modus operandi que pretende imponer la mal llamada Cuarta Transformación, que al menor signo de discrepancia afila el cuchillo para amedrentar a quienes considera opositores.
Es el caso del gobernador Francisco García Cabeza de Vaca, quien se ha convertido en una de las voces de mayor contrapeso frente a las decisiones que se toman en Palacio Nacional y para quien el gobierno ha emprendido una cacería con sus legisladores en la Cámara de Diputados.
Pese a que el trámite de la solicitud de desafuero enviada por la Fiscalía General de la República (FGR) corresponde al Congreso del Estado, las huestes de Morena han iniciado el linchamiento mediático del gobernador, para intentar tapar el desastre nacional que hoy estamos viviendo.
Y es que por lo menos cuatro crisis tienen al régimen actual en apuros: la económica, la de inseguridad y violencia, la de salud y la que yo llamo “de legitimidad moral”.
En el primer año de este sexenio, por ejemplo, las finanzas nacionales entraron en recesión y se perdieron 820 mil empleos. Además, al día de hoy se ha registrado una fuga de capitales por más de 21 mil millones de pesos. Todo eso sin contar los efectos adversos derivados de la pandemia de covid19.
El Gobierno Federal simple y sencillamente desplomó el crecimiento económico de los últimos 20 años con sus decisiones, por ello nuestro país será uno de los más golpeados en toda la región, por el nuevo coronavirus, que dicho sea de paso, evidenció la incapacidad del actual régimen para manejar la crisis sanitaria.
Con 186 mil muertes, reconocidas de manera oficial, México ocupa el tercer lugar a nivel mundial con el mayor número de decesos provocados por la pandemia, tan sólo detrás de Estados Unidos y Brasil. A eso se suma una fase de vacunación que avanza a cuentagotas, porque el gobierno mexicano centralizó el proceso y no aseguró las vacunas suficientes para la población.
En el terreno de la violencia y la inseguridad lo mismo: 70 mil homicidios dolosos en 2 años, que es prácticamente el mismo número que tuvo Felipe Calderón ¡pero en todo su sexenio!
Finalmente está la crisis de “legitimidad moral”, que sigue penetrando todos los rincones de la Cuarta Transformación. El informe de la Auditoría Superior de la Federación sobre la Cuenta Pública 2019 llegó en el peor momento, un momento en el que los mexicanos: no tienen empleo, no tienen dinero, no tienen salud, tampoco tienen seguridad…y ahora saben que el gobierno no es transparente (ni eficiente) en el uso de sus impuestos.
Además, la constante presión sobre todos aquellos sectores de la sociedad civil que exhiben los desatinos y excesos de esta administración, como la prensa, los grupos de feministas, los organismos de la sociedad civil, los órganos autónomos y por supuesto, los gobernadores de los estados; únicamente exhibe la intolerancia y la frustración que atraviesa el gobierno federal ante la falta de resultados.
Es muy probable que la solicitud de desafuero en contra del gobernador de Tamaulipas pase de largo. El único delito de Cabeza de Vaca ha sido defender, con valentía y temple, lo que por ley le corresponde a los tamaulipeco. Y eso, eso no le gusta nada a quien está acostumbrado a imponer su ley y su palabra.