APRO
“Le rompí la nariz”, confesó el expresidente 44 de Estados Unidos, Barak Obama, al contar una anécdota sobre una pelea con un compañero y amigo que lo agredió diciéndole “coon”, diminutivo de “raccoon” (mapache), un insulto racial muy despectivo en Estados Unidos.
En un episodio del podcast de Bruce Springsteen con el título “Renegades”, publicado el lunes 22, donde hablaron sobre la raza, Obama contó que aquello sucedió cuando estaba en la escuela jugando baloncesto.
“Una vez nos peleamos y me llamó ‘coon’. Era una de esas cosas en las que tal vez ni siquiera supiera lo que era una mierda, lo que sabía era: ‘puedo lastimarte diciendo esto’. Y recuerdo que le di una palmada en la cara y le rompí la nariz”, narró entre carcajadas.
“Le expliqué, le dije: ‘nunca me llames así’”, siguió Obama, y Springsteen respondió: “¡Bien hecho!”.
Al ser la primera vez que cuenta públicamente esta anécdota, aludiendo al tema del podcast sobre la raza, el expresidente estadounidense afirmó que lanzar insultos raciales equivale a hacer una afirmación de estatus sobre el otro.
“Puede que sea pobre. Puede que sea ignorante. Puede que sea malo. Puede que sea feo. Puede que no me guste a mí mismo. Puede que sea infeliz. ¿Pero sabes lo que no soy? No soy tú”.
Para él, esta psicología básica se institucionaliza y se usa para justificar, deshumanizar a alguien, aprovecharse de las personas, engañarlas, robarles, matarlas, violarlas.
“Sea lo que sea, al final del día todo se reduce a eso. Y en algunos casos es tan simple como ya sabes: ‘tengo miedo de ser insignificante y no importante. Y esto es lo que me va a dar algo de importancia’”.
Cuando habló sobre su educación en el estado de Aloha, Hawai, nacido él en Honolulu, y las risas del cantante de “Born in the USA”, expresó: “Ahora, en primer lugar, no hay nada, mierda, en Hawai, ¿verdad?”.
En 2015, en una entrevista, Obama advirtió que Estados Unidos no estaba “curado” del racismo, luego del tiroteo en una iglesia donde asisten personas de color, en Carolina del Sur.
“No se trata sólo de ser educado al decir la palabra ‘N’ en público. Esa no es la medida de si el racismo todavía existe o no. No es sólo una cuestión de discriminación abierta. Las sociedades, de la noche a la mañana, no borran por completo todo lo que sucedió 200 o 300 años antes”.