Sobre mujeres que no quieren estar solas y lo que estarían dispuestas a hacer para no estarlo - LJA Aguascalientes
22/11/2024

  • Entrevista a Liliana Blum sobre Cara de liebre

 

 

La escritora Liliana Blum se ha convertido en una de las voces narrativas mexicanas más interesantes, gracias a la indagación que ha realizado en los últimos años en la maldad y en la perversión humana. Su novela El monstruo pentápodo (Tusquets, 2017) sacudió a sus lectores, al presentarnos la historia de un pederasta que mantenía una imagen socialmente responsable, mientras mantenía secuestrada a una niña de seis años. Una novela estremecedora y al mismo tiempo, una novela que indaga en la vulnerabilidad de las mujeres, En ese caso, de Aimé, la amante enana del monstruo. En su más reciente novela, Cara de Liebre, publicada por la editorial Seix Barral, la autora nacida en Durango, indaga en el rol de las mujeres en nuestra sociedad patriarcal y machista. En esta ocasión a través de dos mujeres diametralmente opuestas: Irlanda, profesora de literatura en uno de los colegios más exclusivos de la ciudad, y Tamara, una joven que ama la pintura, pero que tiene que trabajar como depiladora en un Spa. Estas dos mujeres tan disímbolas, estarán unidas sin saberlo por un junior que se dedica a cantar en una mala banda de rock, mientras vive en el estudio que sus padres le han acondicionado en el sótano de la mansión familiar: Nick, de cuerpo fofo pero hermosos ojos azules y un ego desmedido.

Nick salió con Tamara, a quién humilla, lastima y después abandona cuando se entera que ha quedado embarazada de él. Y mientras toca con su grupo en el bar La Cebolla de Cristal, conocerá a una mujer de cuerpo exuberante y aire desinhibido, quien oculta en la oscuridad del bar, las marcas de las operaciones que le tuvieron que realizar para ocultar el labio leporino con el que nació, y por el cuál recibió su humillante apodo de Cara de Liebre cuando estaba en la primaria: Irlanda, quién está decidida a vengarse de las humillaciones, del dolor sufrido. Cara de Liebre es una novela que transita así por los escabrosos territorios de la venganza y de la violencia, pero que también nos abre la puerta para conocer más del bullying, más del dolor, la humillación y el control, al que muchas mujeres han sido sometidas a lo largo de su vida. Conversamos con la autora de las novelas Pandora (2015) y la ya mencionada El monstruo pentápodo, así como de los libros de cuentos La maldición de Eva (2002), Todas hemos perdido algo (2020), entre varios, quien nos comentó cuál fue el origen de Cara de Liebre

“La novela está en la misma línea de mis dos novelas anteriores, en donde tenemos mujeres como Pandora, que es una persona mórbidamente obesa, Aimé que es una enana, que son mujeres con defectos claramente visibles, aunque Cara de Liebre es muy pequeño, su cicatriz de labio leporino es apenas visible, pero es que a veces no importa que tan evidente sea el defecto, sino como se ve la mujer a sí misma, su auto percepción. Son mujeres que no entran dentro de los cánones, tan exigentes de nuestra sociedad hacia las mujeres, que son juventud, delgadez y belleza. Una vez que una sale de cierta edad, o que sale de ciertos parámetros, es especialmente difícil. Entonces la semilla de estas novelas es justo esta idea, mujeres que tienen un defecto físico, que nunca han tenido la oportunidad de experimentar el amor, y no solo están en esta trama social, que es que de manera inconsciente criamos mujeres que necesitan estar acompañadas, y le temen mucho a la soledad. Mis personajes no solo lidian con esto sino también con esta necesidad genuina de ser aceptadas, de ser amadas, y de sentir esa calidez, seguridad, que es estar enamorado y sentir que te quieren, que es algo muy difícil de obtener. Esta novela viene de estas mujeres que no quieren estar solas y entonces está la premisa es de hasta dónde estaría dispuesta una mujer para no quedarse sola. 

Javier Moro Hernández (JMH): Las protagonistas de tus novelas son mujeres que han sufrido mucha violencia, de la familia, del entorno, de los amigos. Hay mucha soledad, pero en el caso de Irlanda la lleva a un camino más violento. 

Liliana Blum (LB): Sin duda es una manera muy pesimista de ver el mundo la que tengo, pero lamentablemente yo escribo las cosas que veo, no solo las que he vivido, sino las que veo que viven personas cercanas, pero creo que la verdadera pérdida de la inocencia es darnos cuenta de que el mundo es un lugar muy violento, muy hostil, y que desde muy pequeños estamos expuestos a la maldad de otros, y lamentablemente hay personas que son muy malas, y que obtienen placer en el dañar a otros, que obtienen placer en el sufrimiento que obtienen sobre otros. Lo vemos desde el bullyng, que como mencionó en la novela, antes no se llamaba así, pero todos lo vivimos, y que es algo que te puede dañar de por vida, aunque quizás de una manera no visible, pero sí de la manera en que tú te percibes en tus miedos, y creo que la manera en que nos percibimos es lo que proyectamos hacia los otros, y es por eso por lo que tenemos a esas mujeres tan inseguras, tan dañadas, tan lastimada cuando llegan a la adultez.

JMH: Quería centrarme en Irlanda, quien tiene una educación más esmerada, es profesora de literatura. Pero está muy lastimada y actúa de una manera muy fría, y calculadora, pero actúa con objetivos muy específicos.

LB: Desde muy joven he estado interesada en las patologías humanas y en los asesinos seriales y entonces creo que, en ciertos momentos de la vida, cuando nos enfrentamos a ciertas cosas, sino tenemos otras opciones tenemos que ser muy prácticos. Creo que a veces no conocemos nuestros limites, ni las cosas de las que somos capaces hasta que nos enfrentamos a lo que no pensábamos. En el caso de Irlanda, su primer asesinato lo comete a partir de un impulso, una necesidad de no querer estar sola, sin embargo, yo creo firmemente en el libre albedrío, es decir, que siempre podemos decidir hacer o no hacer algo, decir o no decir algo, y ahí hay un momento en el que hasta ella se plantea que todavía tiene oportunidad de parar, pero sabe que de ahí en adelante es cruzar el límite y a partir de eso ya no hay regreso. Pero esa situación la cambia para siempre.


JMH: Irlanda es un personaje muy complejo en muchos niveles, pero justo está presente el tema del maltrato que ha sufrido toda la vida y que sigue sufriendo, a pesar de ser ya una profesionista. Sin embargo, desarrollas la historia de Irlanda y poco a poco nos damos cuenta de quién es realmente y el lado oscuro de su personalidad.

LB: Quizás por la forma en la que se ha tratado en otros libros o en el cine el tema del asesino serial tendemos a tener una visión muy maniqueísta sobre los asesinos, y creemos de entrada que es malo. Hay muchas cosas que las vemos en blanco y negro, y a veces puede haber personas que hacen cosas terribles por las razones incorrectas y personas que son monstruosas que hacen cosas buenas, como mi personaje del pedófilo de mi novela El monstruo pentápodo, que era una persona muy activa en su comunidad. A veces no es tan fácil pintar la raya, y entonces Irlanda termina siendo una asesina serial por definición, porque tiene más de tres muertos con un mismo modus operandi, pero la pregunta de cómo llegas hasta ahí es una cosa mucho más compleja, y a todos nos gustaría decir que somos distintos a esos monstruos que luego vemos en las noticias, pero a través de la literatura podemos explorar otras vidas, y quizás podamos entender de dónde viene Irlanda y entender cómo termina ahí, y entender que a veces la vida nos lleva a situaciones que no esperábamos y ante esas situaciones es cuando tenemos que decidir qué hacer y las opciones pueden no ser favorables y entramos en dilemas morales muy complicados.

JMH: También tenemos al personaje de Nick, que es el hombre vínculo entre Tamara e Irlanda, que es un hombre acostumbrado a mandar y a que lo sirvan, lo cual nos demuestra las desigualdades de la sociedad en la que vivimos.

LB: Es parte de lo maravilloso de la literatura, que a veces te permite tener una catarsis que no encuentras en la vida real, pero me han llegado mensajes de lectoras que me dicen que qué bueno que le pasó eso a Nick, y puede parecer que nos alegramos de la desgracia que vive, pero creo que eso nos habla también de cómo hemos sufrido las mujeres históricamente. Tal vez hace falta ser mujer para entender el miedo que sentimos al salir a la calle y sufrir acoso, o el miedo de tener una hija adolescente y saber que salió y estar pendiente de haber si vuelve. Y entonces hombres como Nick, que se manejan con total impunidad, precisamente porque existe todo este contexto social que los cobija y que los solapa, como la familia. Hay gente que hace cosas terribles y sale impune y esa es una sensación horrible de impotencia. Creo que esa indefensión, que como colectivo de mujeres sentimos, hace que al leer algo como lo que sucede en mi novela, encuentres una especie de alivio o de justicia poética, que estaría muy mal en la vida real, pero que, si un libro nos puede dar esa pequeña satisfacción, lo interesante sería preguntarse por qué siente uno esa satisfacción.

JMH: Quería enlazarlo con el personaje de Tamara, que es una mujer que tiene mucho talento para la pintura, pero también está muy lastimada por la familia, por su padre, que se engarza en esta relación con Nick que la maltrata, la abandona. Pero ella tiene otro camino vital en la novela.

LB: Ella tiene una pasión, que es la pintura, y a pesar de que su entorno la ha tratado de disuadir de que la deje, algo que me recuerda mucho a todos los que hemos dicho en algún momento que queremos ser escritores, debe ser muy raro los casos en donde la familia te apoye incondicionalmente, entonces Tamara tiene esa parte, pero si cuenta con una madre amorosa, y a lo largo de la novela sufre una transformación. Algo en lo que creo es en la redención, sé qué hacemos cosas malas, que tomamos malas decisiones, pero lo valioso es que nos demos cuenta de ello y en algún momento nos demos cuenta de ello y podamos decir que esta vez será distinto, que podamos aprender de nuestros errores, y creo que el personaje de Tamara es el único que tiene esa posibilidad y en la vida real no todas las personas lo tienen, porque para lograr eso hay que tener una cierta mirada autocrítica y ser objetivo. Tamara lucha con eso hasta el final, y creo que hay redención en su historia, tiene una puerta abierta, tiene una posibilidad y creo que la vida se trata de apasionarse por algo y tener esperanza.

JMH: Quería preguntarte sobre el desarrollo de la novela, porque como lector estás en medio de la historia de Nick e Irlanda, pero también vas conociendo la historia de Tamara.

LB: Yo creo que siempre hay tres versiones de las historias, y en la novela la narrativa fluye mucho más si podemos ver la misma historia avanzando desde diferentes ángulos al mismo tiempo. Yo quería dar la versión de las dos mujeres y a veces saltar al pasado de ellas, pero contar el presente. Algo que a mí me fascina es armar rompecabezas, y eso es algo que quise armar aquí, que es que vas entendiendo este rompecabezas a medida que avanzas, y ya tomarás tu parte dentro de la historia. 

JMH: Es una novela basada en estos tres personajes, en sus historias, en su interrelación. Pero son personajes que nos van develando capas a lo largo de la historia.

LB: Al final los buenos personajes son muy parecidos a las personas, es decir, es difícil encasillarlos en algo, porque ni todos somos tan buenos ni tan malos. Aunque Nick ciertamente se inclina a tener más defectos que virtudes, pero creo que nadie inicialmente es bueno ni malo por completo, sino que esta falta de consecuencias de tus actos, hace que la gente siga portándose de determinada manera. Entonces aquí quise hacer algo de justicia poética, pero creo que Nick tiene una parte compleja también, pero me centré en las novelas y en por qué deciden hacer o actuar de cierta manera. Los personajes femeninos para mí siempre son más interesantes, por supuesto, me relaciono más con ellos, pero también porque creo que las mujeres ante una situación tenemos que sopesar muchas más cosas, y entonces estamos acostumbradas a que nuestras decisiones sean más complejas. Es difícil ser libre para las mujeres, es difícil tomar decisiones que las lleven a la libertad. Por ejemplo, cuando Tamara descubre que está embarazada es mucho más difícil para ella que para Nick, por supuesto está la opción del aborto, pero en ese sentido está todo el peso social, emocional, y hay muchas preguntas que resolver ante una misma situación. También las mamás que aparecen en esta novela tienen un grado de involucramiento más cercano hacia sus hijos, que el de los padres.


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