Jorge Reyes en su décimo segundo aniversario luctuoso/ El banquete de los pordioseros - LJA Aguascalientes
17/04/2025

Jorge Reyes es uno de esos personajes que se definen a sí mismo con una puntualidad impresionante. Decir Jorge Reyes significa algo mucho más que simplemente citar el nombre de pila de uno de los fundamentos más sólidos de la música popular mexicana en el siglo XX. Jorge Reyes, per sé, es una definición, una declaración de principios, un manifiesto de las más sublimes y finas tendencias de la música popular mexicana, y por popular entendamos todo lo que surge de las mismísimas entrañas del pueblo, lo que define el perfil y el sentir del pueblo. Hablo de música popular, no populachera, hablo de cultura popular, no una expresión masiva, decadente y perecedera que algunos tristemente confunden con una nítida expresión de la cultura popular de México.

Hace algunos años, cuando murió un cantante que se llama Juan Gabriel alguien dijo que había muerto el más grande compositor mexicano. Yo no podía dar crédito a lo que estaba leyendo en las redes sociales, simplemente no, no lo concebía, pensé para mí: “qué fea es la ignorancia”.

Y es que bueno, si este señor es compositor, ya cualquier cosa, aun el más grande disparate puede ser verdad. De cualquier manera este desafortunado comentario me hizo pensar en los verdaderos compositores mexicanos, y no me estoy refiriendo a los consagrados, a las vacas sagradas de la gran música de concierto mexicana como José Pablo Moncayo, Silvestre Revueltas, Manuel M. Ponce, Blas Galindo, Carlos Chávez, o algunos más cercanos a nosotros como Eugenio Toussaint, Arturo Márquez, Héctor Infanzón, Eduardo Angulo, Armando Luna, Mario Lavista, Samuel Zyman entre otros, por fortuna la lista es muy grande, me refiero a compositores que dentro del contexto estrictamente popular han hecho un trabajo de incuestionable valor.

México, seguramente por su extensión territorial, tiene una muy generosa diversidad cultural, de tal manera que resulta prácticamente imposible definir con exactitud cuál es la más mexicana de las expresiones musicales, las cosas no son tan sencillas.

Pues bien, en toda esta inagotable diversidad de la música popular mexicana, vale la pena entretenernos un poco con el compositor Jorge Reyes, músico michoacano nacido el 24 de septiembre de 1952 y que murió el 7 de febrero de 2009 en la ciudad de México a la edad de 56 años, relativamente joven, y no lo digo porque yo tenga ahora 57 años, sino porque me queda claro que su pensamiento musical todavía no se agotaba y, por supuesto, le quedaban muchas cosas por decir. Sus inicios en la música fueron al amparo del manto protector del rock, perteneció a agrupaciones como Al Universo y poco después se integró a la primera agrupación mexicana que podemos considerar de rock progresivo, me refiero al grupo Nuevo México cuya primera producción de 1973 llamada significativamente Hecho en México representa uno de los más sólidos pilares de la cultura mexicana del rock. Desde sus inicios Jorge Reyes tuvo esa tendencia de buscar un sonido híbrido, el mestizaje en su discurso musical es evidente desde sus primeros trabajos. Su formación musical académica en Alemania le permitió abordar diferentes lenguajes musicales. Él tocaba la flauta traversa pero con un irrevocable interés en los instrumentos autóctonos de México lo que definió su perfil musical, así que dentro de sus intereses musicales estaba el rock, la gran música de concierto, el jazz y la música del México precortesiano, todo esto alimentó el resultado final de su producción musical.

Seguramente es Chac Mool lo que mejor lo define y, sin la menor duda, los dos primeros discos de esta agrupación que inició su aventura musical en la célebre Carpa Geodésica son dos documentos indispensables en el desarrollo de rock progresivo en México, Nadie en especial que abre la década de los 80 y Sueños de metal de 1981. Chac Mool grabó dos discos más: Cintas en Directo de 1982 y Caricia Digital de 1984, pero están a años luz de los dos primeros, especialmente de Nadie en especial, se alejan del rock progresivo y de su propuesta original. 

Después de Chac Mool, ya trabajando como solista, se dedicó más a la investigación de la música autóctona mexicana y se desarrolló dentro de lo que conocemos como etnorock, especialmente me gusta su primera producción llamada A la izquierda del colibrí en donde trabaja junto al musicólogo Antonio Zepeda, de hecho, salvo tu mejor opinión, este es el mejor disco de su producción solista, sin menospreciar los siguientes trabajos como Comala y Ek Tunkul. Viento de navajas, Crónica de castas y Bajo el sol jaguar son trabajos de excelente nivel. 

Jorge Reyes se presentó en Aguascalientes algunas veces, yo tuve la oportunidad de verlo con Chac Mool un par de veces, una en la cancha Hermanos Carreón y otra en el teatro del IMSS del que por cierto existe una grabación que se distribuyó a nivel nacional.

Como solista lo vi tocar con su impresionante arsenal de instrumentos autóctonos en el Cuartel del Arte, en el primer patio de la Casa de la Cultura dentro del programa cultural de la Feria Nacional de San Marcos, la verdad no recuerdo qué año fue, pero debió ser alrededor de 2006 o 2007. Cuando terminó el concierto recogió sus instrumentos, los guardo con mucho cuidado y se fue caminando cruzando la plaza entre Catedral y el Teatro Morelos, iba con su pantalón y camisa de manta blanca y sus huaraches artesanales, iba despreocupadamente caminando por el centro de nuestra ciudad, a nadie parecía llamarle la atención y no obstante, ahí iba uno de los más grandes músicos mexicanos.



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