“Democracy is “government of, by and for the people”. Abraham Lincoln.
La filosofía le ha servido al ser humano para tratar de entender los tipos de pensamientos que se han presentado a lo largo de la historia, la lógica le ha servido al humano para codificar mediante caracteres el sentido configurado de algo, pero la política ha funcionado para establecer cotos de poder en los que aún diversos filósofos y poetas se preguntan si verdaderamente ha servido de algo la democracia, al menos en un país como México.
Sir Winton Churchill hacía mención de que la democracia es el peor de los sistemas, pero hasta ahora es la mejor opción que hemos tenido. Sabias palabras de un hombre dedicado al ejercicio del poder y sin duda alguna un personaje admirable. Su frase me lleva a la constante reflexión sobre qué es lo que le pasa a nuestro país ¿existe una democracia? o sigue siendo como expresaba el premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa “la dictadura perfecta”. Después de 70 años de tener al mismo partido en el poder (PRI), el PAN logró llegar a la presidencia de la República, no obstante, le bastaron doce años para que la sociedad perdiera la confianza depositada y votara nuevamente por el PRI. Posterior al sexenio de Enrique Peña Nieto, el país se convulsionó en el hartazgo y decidió votar por AMLO, quien llevaba 18 años intentado ser presidente de México. Al parecer la gente emitió un voto de castigo.
“Las patrias se salvan como se salvan los hombres; los hombres que han sabido recibir serenamente el martirio; los hombres que han sabido superar el dolor con la esperanza y con la certeza de que ese episodio temporal, será dominado por la salvación definitiva”. Efraín González Luna.
Estimado lector, no puedo ser ajeno a seguir reflexionando sobre lo que le pasa a nuestra democracia, el Gobierno Federal ha tenido errores verdaderamente graves, no pienso entrar a detalle, únicamente mencionaré la construcción del aeropuerto basada en una consulta ciudadana, la construcción de dos refinerías con una inversión millonaria y con un esquema del pasado, y el mal manejo de la pandemia. Lo más paradójico de esta circunstancia es que AMLO sigue estando en un nivel de aprobación muy elevado, es decir, en la antesala de las elecciones federales en donde se juegan 15 gubernaturas, y se renueva el Congreso de la Unión, Morena es el partido que se avizora como el favorito. Creo que los demás partidos políticos no han sabido ser oposición, no se alcanza a percibir un líder que levante la voz y sea constante en sus acciones. De manera paralela, vemos a una prensa que constantemente señala los errores del gobierno federal, sin embargo, esto al parecer no es una referencia para la mayoría de la sociedad, ¿acaso estamos dormidos, acaso no vemos lo que está sucediendo?
Otro factor que considero que es importante mencionar es que la mayor curva poblacional del país se centra en los jóvenes, en el rango de edad entre 18 y 33 años, pero al parecer a la persona que acaba de cumplir la mayoría de edad únicamente le interesa tener su credencial de elector para tener una identificación que le permita el acceso a ciertos lugares; no como un documento para poder ejercer su voto y definir el rumbo de su país. ¿Acaso soy yo, o verdaderamente las nuevas generaciones son tan ajenas a la política?
Los partidos políticos han dejado de representar ideales, y se han convertido en cotos de poder para un grupo limitado de personas, que llevan participando en política por un tiempo bastante extenso; se cambian de un partido a otro y es muy común que sus discursos sean tan endebles que con el paso del tiempo se les escuche decir lo contrario a lo que en algún momento defendían.
Estimado lector, esgrimo que tenemos una democracia desfigurada, porque en nuestro país nadie alcanza a entender que es la izquierda y que es la derecha, estamos en un momento en donde la sociedad dice que todos los políticos son iguales y que prefiere ver un partido de futbol a ir a votar y decidir por el futuro de su patria. Es irónico que exista la queja, pero no la propuesta, me niego a creer que tenemos el gobierno que merecemos, me cuesta entender que tengamos un país con 55 millones de personas en estado de pobreza, y que seamos tan ricos en recursos naturales.
El texto no puede acabar con el simple sentimiento que plasmo ante una democracia desfigurada, el texto se extiende para que dejemos de ser espectadores y seamos los constructores de una patria ordenada y generosa. Que exista la esperanza presente de dejarle un mejor país a nuestros hijos, y también de dejarle mejores hijos a nuestro país. Bien lo decía Dante “los lugares más oscuros del infierno están reservados para las personas que en tiempos de crisis moral se mantuvieron neutrales”, no podemos ser neutrales, aunque esta batalla parezca no tener una salida, debemos recordar que cuando la esperanza se vuelve invencible, la victoria final está asegurada.
In silentio mei verba, la palabra es poder.
