- La reforma a la Ley de Industria Eléctrica que pretende el gobierno de AMLO constituye un “cambio a las reglas del juego ya empezado el partido”, señalan en la iniciativa privada. Advierten de los peligros de convertir a la CFE en un monopolio.
EMEEQUIS/Patricia Tapia
Bajo el constante argumento de evitar aumentos al precio de la luz, el presidente Andrés Manuel López Obrador está moviendo sus piezas para que en el mercado eléctrico haya un jugador absoluto: La Comisión Federal de Electricidad (CFE), que dirige Manuel Bartlett Díaz.
Pero no la tiene fácil, por un entramado de asuntos legales y por arriesgar la competencia en el sector. Centros de investigación, iniciativa privada, expertos, instituciones financieras aquí y hasta en territorio de nuestro mayor socio comercial, Estados Unidos, han externado su preocupación y los efectos adversos de los cambios que ha propuesto el Ejecutivo a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE).
Se advierte que la confiabilidad de inversionistas en nuestro país se vería trastocada, además del impacto económico y el peligro que México sea llevado a tribunales internacionales, puesto que muchas empresas desarrollaron sus proyectos, principalmente parques solares y eólicos, con base a la regulación de la LIE.
Con la Reforma Energética de Enrique Peña Nieto se abrió un Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), en el que participantes privados, a través de subastas, ofrecían energía, potencia y certificados de energías limpias: los ganadores fueron los que ofrecieron los precios más competitivos.
AMLO ha dejado claro su total desacuerdo con todo lo relacionado a la reforma energética. A su llegada al poder suspendió las subastas eléctricas y las rondas petroleras, pero su intención es echar reversa a lo que se llegó a consolidar, por considerar que se debilitó tanto a la CFE como a Pemex.
A la defensa
A finales de enero pasado llegó a la Cámara de Diputados una iniciativa preferente para reformar la LIE, en la que se plantea privilegiar el despacho de energía que se produce en hidroeléctricas y en plantas de CFE, y ya después, la de privados de plantas eólicas y solares, así como de ciclo combinado.
Esto sin olvidar que las empresas privadas han invertido más de 40 millones de dólares para producir energías limpias, indica el área de análisis de BBVA. “Esto constituye un ejemplo de un cambio a las reglas del juego ya empezado el partido. También constituye un ejemplo de favorecer a un jugador en detrimento de otros lo cual, como ya hemos señalado, sería violatorio del T-MEC. De aprobarse, la Ley podría dejar obsoletas las inversiones que han realizado estas empresas. Esto, en términos económicos, sería comparable a una expropiación”.
El Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que preside Carlos Salazar Lomelín, también ha alzado la voz contra esta iniciativa, que se lanzó sin antes haber dialogado con todos los participantes, y coincide que marca el camino para una expropiación indirecta de las plantas privadas.
Esto también va en contra de las disposiciones constitucionales vigentes promulgadas durante la administración de Peña, y a su vez sienta un precedente peligroso para las inversiones en el país y la economía mexicana, al atentar contra la certidumbre jurídica y el Estado de Derecho, señala el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), que encabeza Valeria Moy.
Se resiste
“Es muy claro lo que se está proponiendo, estamos buscando fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad, que es una empresa pública, que es una empresa de la nación, para que esta empresa garantice que no aumente el precio de la luz, para decirlo de manera clara, el precio de la energía eléctrica… con la privatización de la industria eléctrica se afectó al pueblo de México, se benefició a una minoría, sobre todo a empresas extranjeras y hubo corrupción. Se asociaron, yo diría de manera delictuosa, empresarios extranjeros con funcionarios públicos”, fueron las palabras de López Obrador hace un día.
No es el primer intento por frenar la participación en el mercado de privados con sus energías limpias. En mayo del año pasado, la Secretaría de Energía de Rocío Nahle publicó en el Diario Oficial de la Federación un acuerdo de emite la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional, pero tras una impugnación de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), que dirige Alejandra Palacios, fue invalidado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación apenas el pasado 3 de febrero.
Aun así el gobierno deposita su fe en la reforma a la LIE: “Respetaremos la resolución de la @SCJN. Así como también respetamos la discusión y en su caso la aprobación que la @Mx_Diputados realice sobre la iniciativa preferente que el presidente @lopezobrador_ envió al Congreso sobre la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica”, escribió Nahle después del fallo.
La semana pasada, la secretaria de Energía fue blanco otra vez de las críticas y burlas, pues compartió un video en Twitter en contra de las renovables, que realizó la supuesta Universidad Prager, que realmente es una organización que se dedica a realizar contenidos digitales, creada por un conservador estadounidense. Luego de que se acumularan los señalamientos, Nahle terminó borrando su tuit.
Tiran el mito
Al eliminar el MEM, como se pretende en la iniciativa preferente, el gobierno estaría comprando la energía más cara. “Ejemplo de ello es que la CFE aumentó el costo del megavatio-hora en 22% durante el primer semestre 2020 respecto al primer semestre del año previo, cuando dependía menos del carbón para generar energía, según la Comisión Reguladora de Energía (CRE)”, apunta el centro de investigación, México ¿Cómo Vamos?
Detalla que con esto entonces el gobierno ya está pagando más por energía más cara y por el mantenimiento de los subsidios que las familias mexicanas reciben por su consumo, con efecto negativo para las finanzas públicas del país y que estos recursos bien se pueden destinar a atender la pandemia.
El IMCO también elaboró una gráfica en la que se expone que los costos de generación de energía por las subastas de largo plazo son los más bajos, a 583 pesos por megavatio-hora (mwh), mientras que el promedio de CFE es de mil 426 pesos por mwh y de mil 435 pesos por mhv de sus ciclos combinados.
“Para que no les echen el cuento de que es más barato que la energía la genere CFE, vean esta gráfica -les toma unos segundos- y vean los costos de generación, de privados y de CFE. Por aquello de la eficiencia, los costos y los consumidores”, tuiteó su directora, Valeria Moy.
Ante esto, el CCE ha hecho un exhorto al poder legislativo para que se rechace la iniciativa de la LIE, pues afectaría “gravemente” a México, ya que el resultado sería un aumento de precios de productos y servicios.
Mientras tanto, la CFE, de la mano de Bartlett, aguarda para ser de nueva cuenta un monopolio, pese a la falta de inversión.
“Históricamente no ha invertido en infraestructura, pero menos aún en esta administración…el gasto en inversión (como proporción del gasto neto total) de CFE en los últimos tres sexenios era 10% en promedio, mientras que en los dos años de AMLO esta proporción ha descendido a 7%”, señala México ¿Cómo Vamos?
@ptcervantes