La Auditoría Superior de la Federación entregó el fin de semana la revisión de las Cuentas Públicas 2019 a la Comisión de Vigilancia de la Cámara de Diputados, el informe ejecutivo de estas auditorías está contenido en un volumen de más de 300 páginas, información técnica que no es tan sencillo sintetizar, ante este documento el trabajo de los medios de comunicación consiste en traducir las observaciones que este órgano hace para que la ciudadanía pueda participar en la rendición de cuentas, esta labor ha sido realizada de manera mediocre, el mensaje que algunos destacaron fue que la ASF indicó que los proyectos principales de Andrés Manuel López Obrador están mal planeados, son poco rentables y opacos.
Efectivamente, eso indican las observaciones de la ASF sobre la forma en que el Gobierno Federal realiza sus proyectos y programas, la respuesta de López Obrador fue inmediata, el presidente negó todas las irregularidades, como es su costumbre, reviró indicando que en el informe había una segunda intención, de un ataque: “Exageran y no solo eso, están mal sus datos yo tengo otros datos, y se va a informar aquí y ojalá lo hagan ellos antes”, también acusó a la Auditoría de estar “dando mala información a nuestros adversarios y yo creo que no deben prestarse a esas malas campañas”.
Tras la diatriba de López Obrador contra la ASF, por la tarde, David Colmenares Páramo, auditor superior de la Federación, se vio obligado a dar varias entrevistas y en un comunicado aceptó que hay algunas inconsistencias en los cálculos sobre el costo de la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México: “Al momento se ha detectado ya que dicho monto es menor a lo estimado inicialmente por una deficiencia metodológica”, señaló la ASF.
La aclaración de la ASF se tomó como un triunfo de López Obrador en el establecimiento de la república de los otros datos, los leales al reino de la Cuarta Transformación comenzaron a difundir la derrota del complot, porque se cumplió lo que el presidente había hecho.
La oposición sin imaginación insistió en descalificar los resultados de la Cuarta Transformación y en exigir a López Obrador a que reconociera “el cochinero que hay en su gobierno”. Así será el debate sobre la revisión que se hizo de la Cuenta Pública 2019, un intercambio de medias verdades entre ambos bandos, en medio de ese debate simple, se deja a un lado que el trabajo que hace la ASF es la revisión de la “información contable, presupuestaria, programática y complementaria de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, de los Órganos Autónomos y de cada ente público del Sector Paraestatal”, eso es la Cuenta Pública.
En el informe de la ASF hay señalamientos sobre irregularidades en todos los órdenes de gobierno, no sólo de la administración de López Obrador, el ejercicio fiscalizador incluye el mal desempeño, errores y omisiones de gobiernos municipales y estatales, de administraciones que no necesariamente pertenecen a Morena o a algún otro partido.
La ASF, indica el reporte, ha emitido “51,528 acciones que se vinculan a las Cuentas Públicas de 2014 y hasta la segunda entrega de la Cuenta Pública de 2019. De ellas se han concluido un total de 45,523 (88.3%), Por lo que existe un saldo por atender de 6,005 acciones (11.7%) al 17 de febrero de 2021”. De nuevo, ahí se incluye no sólo a la administración de López Obrador o a los gobiernos de Morena.
Qué conveniente para todos señalar el país de los otros datos en los que vive el presidente, porque en esa tierra de fantasía nadie está obligado a rendir cuentas y lo único que importa es señalar un culpable.
Coda. Si no fuera por los pocos que haciéndose los locos apuntalan tu dignidad.
Fingiendo que no se enteran, te dejan que les quites la cartera…
De la canción de Joaquín Sabina, “Al ladrón, al ladrón…”
@aldan