Indispensable, tomarle la palabra al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien propuso a los gobernadores un acuerdo a favor de la democracia y evitar intervenir a favor de cualquier candidato o partido.
En la conferencia matutina, el presidente leyó una carta con esa propuesta, cito los párrafos que me parecen más relevantes: “La historia nos ha enseñado que la estabilidad política no se consigue en ausencia de libertad, ni mediante el puro progreso material. La democracia podrá no traer el cuerno de la abundancia, pero sí produce equilibrios necesarios para evitar que una persona o una minoría se adueñe del poder público y se propicie que la riqueza, en vez de distribuirse con justicia, se concentre en unas cuantas manos. No olvidemos que muchos de los problemas que han dado al traste con el progreso de México se han originado por la corrupción engendrada por el predominio de un sistema político elitista y antidemocrático.
“En consecuencia, gobernadora, gobernadores y jefa de Gobierno de la Ciudad de México, les propongo de la manera más horizontal y respetuosa que establezcamos un acuerdo nacional en favor de la democracia. Por mi parte, les manifiesto que actuaré como siempre, con absoluta rectitud y en defensa de la soberanía popular, y a esto mismo les convoco a ustedes.
“Concretamente, les exhorto a que no intervengamos para apoyar a ningún candidato de ningún partido; a no permitir que se utilice el presupuesto público con fines electorales; a denunciar la entrega de dinero del crimen organizado o de la delincuencia de cuello blanco para financiar campañas; a impedir la compra de lealtades o consciencias; a no traficar con la pobreza de la gente; a no solapar a tramposos o mapaches electorales; a evitar el acarreo y el relleno de urnas, la falsificación de actas y todas esas abominables prácticas ilegales y antidemocráticas que deben quedar en el pasado de manera definitiva”.
La convocatoria de López Obrador debería ser considerada seriamente por todos los actores políticos, sin importar si se está en contra o a favor de la Cuarta Transformación, porque implica la oportunidad para los electores de contar con una herramienta para la rendición de cuentas. A los candidatos tetratransformistas no se les permitiría emplear la imagen del presidente ni las promesas del gobierno como bandera para llegar a un cargo público y ahí comportarse como los políticos de los regímenes anteriores, donde Morena es oposición, este pacto, los obligaría a luchar por un verdadero piso parejo, a hacer campaña con ideas propias y no colgados del presidente.
En las entidades federativas donde gobiernan opositores a López Obrador también se tendría que tomar la palabra al presidente, sin cortapisas, para que los gobernadores se vean obligados a transparentar sus prácticas, además, obligaría a los opositores de la Cuarta Transformación a realizar campaña sin buscar acuerdos por debajo de la mesa y con creatividad, con un discurso que vaya más allá del facilismo de oponerse a la Cuarta Transformación.
No se puede dejar a un lado las diferencias entre las miles de elecciones que componen los comicios más grandes en la historia del país, de ahí la relevancia del acuerdo propuesto por el presidente, que cada uno de los gobernadores y López Obrador se obliguen a respetar la decisión de los electores sin la tentación de influir desde su esfera de poder sería un primer paso para escapar del revanchismo y la polarización que hoy permea en el discurso político.
Tomarle la palabra al presidente, sin restricciones, y hacerla cumplir por todos, sin la mezquindad de la sospecha.
Coda. “Todo lo que hemos pensado vuelve a aparecer. Sólo tiene valor si nos sorprende. De lo mejor nos asustamos”, recordé que escribió Elias Canetti mientras escuchaba a López Obrador reconocer que en la historia nacional sólo en tres ocasiones se ha cumplido el “ideal de la democracia” y dijo que uno de ellos era el triunfo del Partido Acción Nacional y su candidato a la presidencia en el 2000. Irreconocible.
@aldan