CIUDAD DE MÉXICO.- A cinco meses del inicio de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la Selección Mexicana de Beisbol quedó al garete luego de que, desde noviembre pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador dejó el proyecto en manos de la directora general de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), Ana Guevara.
En su primer compromiso olímpico de la historia el representativo nacional deberá llegar a la capital de Japón a más tardar a finales de junio, para cumplir con los 14 días de aislamiento que exige el protocolo por la pandemia de covid-19, que los peloteros se acostumbren al cambio de horario y cumplan con una serie de juegos de preparación.
Eso significa que la selección de beisbol tiene sólo cuatro meses para estar preparada; pero hasta ahora ni siquiera hay una lista de preseleccionados. Obviamente no están programadas las fechas en las cuales los jugadores serán sometidos a controles antidopaje, en cumplimiento mínimo con las dos pruebas que están obligados a pasar.
En entrevista con Proceso, el entrenador de la selección nacional, Juan Gabriel Castro, y su gerente, Kundy Gutiérrez, lanzan un llamado de auxilio para que la Conade empiece a dispersar el presupuesto que el gobierno federal asignó y así puedan empezar a contratar y a trabajar con un equipo de scouts, analistas de estadísticas, fisiatras, nutriólogos, especialistas en dopaje y psicología.
“Quisimos guardar silencio porque estábamos esperando lo que iba a pasar. Ya no podemos callar y tenemos que ser honestos con la gente. No me gusta mentir. El proyecto ya estaba desde hace un año, se pospusieron los Juegos Olímpicos y se paró todo; después, en octubre, nos dijeron que ya íbamos a empezar y ya pasaron cuatro meses y todo sigue parado”, denuncia Castro.
Gutiérrez añade que el dinero asignado asciende a 28 millones de pesos, que se usarán para formar una preselección de 150 jugadores –la cual se irá depurando hasta quedar en 28 jugadores, 24 del róster y cuatro de reserva o más, de ser necesario en caso de que haya contagios por covid–, para cubrir los servicios del cuerpo técnico y los sueldos del personal mencionado, así como los gastos de hospedaje, alimentación y logística en Japón.
Desde su punto de vista, urge tener certeza de cuándo comenzarán a fluir los recursos, puesto que las personas que tienen contempladas para trabajar con la selección de beisbol ya están siendo contratadas por otros equipos, incluso por aquellos que en un repechaje próximamente buscarán calificar a la justa olímpica.
Muchas de esas personas, asegura Gutiérrez, colaboraron gratis durante el torneo preolímpico donde México calificó a Tokio en noviembre de 2019. Trabajaron por hacer “un favor”, pero no volverán a ayudar en esas condiciones.
La selección de jugadores mexicanos que están en equipos de Estados Unidos, Asia y México, así como el análisis del estado físico en el que se encuentran, no puede soslayarse más, dice.
“En octubre hablamos de que ya íbamos a empezar. Ya pasaron cuatro meses, ya es febrero, y nada; pero en realidad ya pasó un año y cinco meses desde que la selección calificó y no se ha hecho un trabajo de seguimiento. Entendemos la pandemia, pero no es justo que quieran esperar a mayo (cuando arrancará la temporada de la Liga Mexicana de Beisbol) y a partir de entonces tengamos un mes y medio para trabajar y armar una selección.
“No es justo porque tenemos el talento para hacer un buen papel, y que eso se detenga porque como no dan el presupuesto, no podemos tener a la gente que necesitamos.
“Por ejemplo, Jonathan Jones, que fue el mejor pelotero del preolímpico, no ha jugado para nada desde ese torneo porque no hubo liga en el verano. No sabemos ni en qué condiciones está”, detalla Gutiérrez.
Tiempo perdido
Mientras la Oficina de la Presidencia para la Promoción y el Desarrollo del Beisbol (Probeis) tuvo en sus manos el control de la selección nacional, el equipo consiguió un pase olímpico para México en el Premier 12, torneo preolímpico donde le ganó dos veces a la selección de Estados Unidos.
En febrero de 2020 un grupo de peloteros fue convocado en las instalaciones del Centro Nacional de Desarrollo de Talentos y Alto Rendimiento para realizarles estudios, y arrojaron que tienen deficiencias físico-atléticas y técnicas, las cuales el titular de Probeis, Édgar González, se comprometió a subsanar mediante un programa de entrenamiento y alimentación personalizada (Proceso 2266).
Cuando en marzo último se decretó la pandemia, la implementación de dicho programa se detuvo, pese a la promesa de que México pondría a punto a sus peloteros porque la suspensión de los Juegos Olímpicos les daría tiempo adicional.