La felicidad siempre será una búsqueda. Todos los días lucharemos por alcanzarla, y cuando sentimos la alegría de haberlo logrado, la felicidad vuelve a alejarse de nosotros para darnos una nueva oportunidad de ir en su búsqueda.
El amor verdadero es unidireccional. El amor no necesita reciprocidad. ¡Qué logro es el de amar a quien te ama! El verdadero amor es aquel que se entrega aun cuando no se nos ame. En amar a los que no nos aman debes esforzar cada uno de tus días.
El verdadero amor se aprecia en el amor a los hijos y, en amplitud, al amar las infancias, en desear el mayor bienestar para los niños y las niñas.
Siempre amarás a tus hijos aun cuando tus hijos intenten rechazarte.
Son los padres quienes deben buscar siempre a los hijos. Si no eres capaz de querer buscar a tus hijos siempre y en cada momento para saber cómo se encuentran y ayudarlos en todo lo que puedas, no deberías llamarte padre, ni madre.
Los títulos de padre y madre los otorgan los hijos, las hijas, no las sociedades, ni las religiones. Parir no te hace madre. Embarazar no te hace padre.
Las causas primeras de las erradas actitudes de los jóvenes y de los adultos tienen su raíz en las infancias. Aquello que le hagas a un niño o a una niña durante sus primeros 18 años de vida, los marcarán para siempre.
Si no pretendes amar a tus hijos, y luchar todos los días por ellos, al menos durante los primeros 18 años, apoyándolos para abrirles un camino, sería mejor que no tuvieras hijos.
La felicidad consiste en saberse vivo cada mañana, en jamás dejar de sentirse esa sorpresa de saberse vivo y tener una nueva oportunidad. La felicidad consiste en llegar a la noche y antes de dormir estar agradecido por haber podido vivir. Recuerda que la felicidad siempre será una búsqueda.
Jamás quieras que tus hijos logren tus objetivos. Deja que sean ellos los que encuentren los objetivos a su vida, y quédate a su lado sirviéndoles de consejo y de apoyo.
Jamás les inculques a tus hijos tus propios miedos. Enséñales a encontrar la fortaleza que necesitan. Habla de tus miedos, y de cómo has luchado, luchas, y lucharás para enfrentarlos. No eres un superhéroe para tus hijos, eres su padre, eres su madre, eres humano.
La amistad es un concepto sobrevalorado. No confundas pasártela bien con alguien con la amistad.
La soledad es un concepto infravalorado. No confundas la soledad con no tener pareja, o no tener con quien hablar.
La soledad es la mejor amiga del silencio. El silencio es el mejor amigo de la sabiduría. Busca la soledad, busca el silencio, busca siempre la sabiduría. Siempre tienes que mirar hacia adentro de ti.
Cada niño que nace es una nueva oportunidad para la humanidad. ¡Dejemos de arruinar las infancias! Los niños y las niñas son los arcoíris que se anunciaban en las Sagradas Escrituras. El pacto con el dios del antiguo testamento.
La envidia es el signo del poco amor que te tienes a ti mismo. ¡Revísate!
Deja de buscarte enemigos por todos lados. A nadie le importas verdaderamente y nadie tiene por qué importarte a ti. Practica primero las estrategias para saber quién eres, qué lugar ocupas en tu propia vida, y qué lugar quieres ocupar. ¿Te sientes satisfecho?
Deja de culpar a tu pasado. Es tu pasado el que te da la oportunidad para un mejor futuro.
No confundas la envidia con el deseo de superación. No confundas la envidia con la admiración. No confundas la admiración con el fanatismo.
El fanatismo es la peor prisión para todo ser humano. El fanatismo es la incapacidad para amarse a sí mismo. El fanatismo es el placer que causa ya no tener que pensar por ti mismo: ¿para qué, si al que admiro ya lo ha pensado todo por mí?
Cuando tu amor es verdadero, nadie puede lastimarlo. No confundas el amar a alguien con el desear a alguien.
Quien desea a alguien y no lo tiene se frustra. Quien ama a alguien y no lo tiene seguirá amándolo, porque el amor es unidireccional y no necesita reciprocidad para existir.
Todo en la naturaleza como en la sociedad se integra con base en sistemas (cerrados o abiertos). Descubre cuál es tu función dentro del sistema. Haz que el sistema funcione a tu favor. Usa el sistema siempre para encontrar beneficio o para que no te perjudique. Cuídate de usar el sistema para perjudicar a los otros.
Respeta siempre al otro. Recuerda que eres tú el otro para los demás, y lo que pidas que le pase al otro, que le hagan al otro, alguien puede estar pidiendo que te pase a ti o que te lo hagan a ti.
Si te acostumbras a negar todo sistema, todo concepto, desde el principio, a dudar de todo lo que te rodea, de todos los que te rodean, te será muy entretenido ir encontrando las respuestas que necesitas.
Recuerda que no eres más especial de lo que decidas ser. Recuerda que a nadie le importas. A tu muerte la vida continuará. En tus tristezas, la gente seguirá riendo y haciendo bromas. Alégrate de no importarle a nadie más que a ti mismo.
Si reconoces que no le importas a nadie eres dos veces ganador. Porque si alguien te hace algún mal, era de esperarse, no sentirás aflicción. Y si alguien te hace algún bien, la sorpresa de sus actos siempre te causarán alegría.