El primer caso de covid-19 fue dado a conocer mundialmente el 31 de diciembre de 2019, hace un año y dos meses. De entonces a la fecha la Pandemia ha ocasionado el contagio de 100 millones de personas de las cuales 2.5 millones han fallecido. Cifras sin duda impresionantes porque no estábamos preparados y nunca lo imaginamos. Tal vez por ello es que hemos relegado al olvido una pandemia que nos ha estado afectando desde hace muchos años y contra la cual no hemos logrado ningún avance. Así como el coronavirus ha sido estudiado y manejado por la OMS (Organización Mundial de la Salud), también existe una dependencia para estudiar y en cierta manera manejar las adicciones, es la UNODC (Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen) y los números que ofrece hasta el 25 de Enero 2021 son apabullantes. Hasta hoy se cuentan 269 millones de afectados de los cuales en un año han muerto 35 millones. No hay comparación posible. ¿Por qué razón estamos tan impactados por el covid-19 y no parece que nos preocupen tanto las Adicciones? Porque el problema de las drogas no comenzó repentinamente, sino que se ha ido instalando gradualmente desde hace siglos. El alcoholismo ya fue registrado en el Antiguo Egipto, el consumo del Hachís comenzó en la lejana Persia y el opio fue utilizado por chinos e hindúes desde tiempos inmemoriales. Pero eso no tendría por que ser la gran diferencia, ya que las Pandemias por enfermedades infecciosas también se encontraron en las primeras civilizaciones. Las momias egipcias evidencian tuberculosis y la viruela y sarampión fueron descritas en los libros sagrados de India y China. ¿Cuál es la diferencia? Que no hay ninguna comparación entre lo que estamos haciendo para combatir el covid-19 y las drogas. Jamás la ONU ha logrado que todos los países del planeta se unan para detener las adicciones. Tampoco los gobiernos se han decidido a cerrar bares y lugares de expendio de drogas con la firmeza que lo hicieron para detener la viremia. Comenzando porque solamente tres países Holanda, Suiza y Portugal han declarado a las adicciones como primordial problema de salud pública. El resto del mundo los prioriza como asuntos policíacos. Ningún laboratorio de prestigio mundial se ha dado a la tarea de investigar medicamentos que interrumpan el deseo de consumir sustancias tóxicas. Por el contrario, las adicciones pasaron de ser de origen natural como el tabaco, la coca y la marihuana, a ser productos elaborados químicamente como el alcohol y la enorme cantidad de derivados como la cocaína, anfetaminas, efedrinas, fentanilo y muchas otras. Todas ellas elaboradas por profesionales de la química. Seguramente la Pandemia por covid tendrá que terminarse algún día. Las adicciones, a juzgar por los resultados, seguirán campeando airosamente por todo el planeta.
