Faltando solo 107 días para la jornada electoral en la que la ciudadanía de Aguascalientes renovaremos al Congreso del Estado y los 11 Ayuntamientos, la actividad electoral es cada vez más intensa, mientras que los partidos políticos afinan los últimos detalles relacionados con la postulación de sus candidaturas, los cuales deberán presentarse ante el Instituto Estatal Electoral en 23 días, de parte de las autoridades electorales nos encontramos en plena labor de ejecutar lo planeado con meses de anticipación.
Y es que si bien, la elección para la mayor parte de quienes vivimos en el Estado, apenas está por iniciar, para los que nos dedicamos a la organización del proceso electoral, sabemos que el proceso arrancó desde inicios del segundo semestre del año pasado, donde fueron trazadas las rutas de ejecución de cada una de las etapas del proceso electoral: en el mes de agosto fue aprobado el proyecto de presupuesto de egresos para el ejercicio 2021, mismo que fue enviado en el mes de septiembre para su análisis y aprobación; por otra parte, en septiembre del 2020, se aprobó la denominada agenda electoral, en la que se hizo público el calendario detallado de actividades a cargo tanto de partidos políticos como de la propia autoridad electoral y no fue sino hasta el mes de noviembre, en particular el día 3, en el que se jurídicamente se dio inicio formal al proceso electoral concurrente 2020-2021.
Es así, que a lo largo de este primer trimestre del proceso electoral, se ha ido avanzando sin contratiempos en las actividades que fueron programadas en la agenda electoral, se determinaron los topes tanto de precampañas como de campañas electorales, se convocó a los ciudadanos con intención de ser candidatos independientes (procedimiento que aún sigue su curso), se convocó y designó a los ciudadanos que se desempeñarán como consejeros distritales y municipales, los cuales dicho sea de paso, ya celebraron su sesión de instalación, y a la fecha ya se encuentran funcionando cada uno dentro de la demarcación territorial de su competencia.
Como lo puede observar, los trabajos de organización de una elección, implican una planeación detallada, clara y objetiva, con plazos y términos para la ejecución de cada etapa, teniendo en claro a cargo de quién está encomendada la actividad, y para ello es que se requieren recursos, en primer término humanos, pasando por los materiales y sin dejar de lado los económicos. De todos es sabido la crisis sanitaria por la que atravesamos, de ahí que en este proceso electoral en particular se requieran mayores medidas a implementar, sobre todo para garantizar en cada tramo que se avanza la salud de quienes estamos involucrados en la elección, desde el electorado el día de la jornada electoral, así como candidatos y candidatas, sin olvidar por supuesto a los funcionarios electorales.
Durante el pasado mes de diciembre, fue aprobado el presupuesto de egresos del IEE para este 2021, mismo que sufrió un recorte histórico, al haberse aprobado solamente el 60% de lo solicitado, situación que pone en alarma la estructura operativa de la autoridad electoral local. Nunca antes en Aguascalientes, se había presentado una situación como ésta, máxime durante el desarrollo de una elección, y no cualquier elección, sino la más grande y compleja de la que se tenga registro en el marco de una emergencia sanitaria mundial.
Siendo sincero, el panorama no luce positivo, así que en cuanto nos fue comunicado el monto con el que se contaría para organizar la elección, nos dimos a la tarea de llevar a cabo un análisis detallado de las actividades propias del proceso electoral, sobre todo de aquellas que estamos obligados a realizar por ministerio de ley, ello con el objeto de conocer si con ese monto pudiéramos transitar el primer semestre del año, es decir, lo que resta del proceso electoral y conocer con ello, si alguna de las actividades pudiera ponerse en riesgo con el techo presupuestal antes mencionado.
¿Es cara nuestra democracia? No podemos dejar de lado la crítica o señalamiento que se realiza hacia la actividad electoral en nuestro país. Sabemos que cuesta, que no es barata nuestra democracia, aunque de ninguna manera cara, porque ese concepto se da cuando una cosa es apreciada más allá de su valor.
En todo caso nuestra democracia es costosa, aunque no debemos de perder de vista que, con todo y sus “elevados costos”, si tomamos en cuenta los problemas tanto sociales como económicos que traería consigo un conflicto post electoral, estoy seguro que, siempre en el balance, contar con un proceso electoral apegado a la legalidad, ordenado y sobre todo en un terreno completamente equitativo, nos llevará a un escenario democrático en mejor medida, y a replantear la afirmación de que nuestra democracia es cara.
La recreación del poder público no es cosa menor, no debe menospreciarse ni minimizarse; la democracia, nuestra democracia, se construye día con día, se avanza palmo a palmo, no podemos darnos el lujo de retrocesos bajo el argumento de supuestos ahorros, de considerar un lujo el sistema que tenemos, de abonar al argumento de que el sistema electoral cuesta mucho y abona poco a la vida pública. La legitimidad de nuestras autoridades y el garantizar una debida representación política en los órganos de gobierno es una cuestión de Estado, en su más amplia acepción, y siguiendo con las analogías, siempre va a ser mejor pagar un costoso seguro aún y cuando aparentemente no sean palpables sus beneficios, a no tenerlo y añorarlo cuando más lo necesitemos.
/LanderosIEE | @LanderosIEE