El alcoholismo es considerado una adicción que genera una fuerte necesidad e incluso la ansiedad por ingerir alcohol, llevando esto a una dependencia física asi como psicológica. Específicamente es una enfermedad que genera deterioro en la salud física y mental de las personas, afectando el desempeño en general en todos los ámbitos en los que se pueden desenvolver.
Another Round, una película danesa, del director de la misma nacionalidad, Thomas Vinterberg, podemos apreciar la inmersión de cuatro de sus protagonistas en el mundo del alcohol, y aunque a simple vista pareciera que es una película que trata sobre el alcoholismo y sus consecuencias no es así, lo anterior es tal vez solo un pretexto para ir mas allá, es decir nos invita a explorar de inicio, punto de inflexión en sus vidas y en su caso los motivos que los llevan a acercarse a un mundo que habían dejado atrás.
Martin es un hombre con una vida común y corriente, de profesión maestro, y dedicado desde hace mucho tiempo a enseñar historia, dejando de lado un futuro en la investigación, ha visto pasar su vida sin ninguna emoción, en especial en los últimos años. Absorbido por la rutina, los días pasan igual, uno tras otro, sin que pueda diferenciarlos mucho, más allá de sus hábitos diarios, en Martin podemos identificar un aire de fastidio, aunque acompañado de conformismo, es fácil identificar un hartazgo en su vida, peor aún así, nada cambia, todo sigue igual. Quizá por que no hay motivo para cambiar, quizá porque es más fácil quedarse así. Un día Martin tiene un encuentro con un grupo de padres de sus desinteresados alumnos, los cuales le reprochan su actitud y desenfado en su metodología, le hacen ver de una manera muy directa su desinterés por atrapar la atención de sus alumnos y como esto podría perjudicar el futuro de los mismos. Incluso en este momento Martin solo titubea y debate tibiamente los argumentos, decide simplemente callar. Es en este punto donde algo empieza a moverse dentro de él, como si algo quisiera despertar y aferrarse a la última oportunidad de corregir el rumbo. Algo está claro hasta este momento, Martin no es feliz, no es feliz con su vida, no es feliz en su casa, donde la distancia con su familia y particularmente con su esposa, enfermera quien tiene que trabajar de noche, dejando poco lugar a la convivencia, no es feliz en su profesión, así de simple es un ser insatisfecho. Esa misma noche Martin decide ir a una reunión con 3 de sus mejores amigos, donde celebraran el cumpleaños de uno de ellos, ahí tras una plática trivial donde cada uno manifiesta de manera común sus problemas, Martin desahoga sus frustraciones y por fin confiesa que no entiende donde perdió el rumbo, no sabe cómo fue que la monotonía y la rutina diaria termino con sus aspiraciones. Con el afán de consolarlo, uno de ellos, saca a relucir un estudio donde establece la teoría de que todo ser humano al nacer tiene un déficit de 0,05% de porcentaje de alcohol en la sangre y que al compensarlo de manera constante, se puede alcanzar un nivel de mejoría en el desempeño social y laboral. Tras finalizar la noche, Martin decide probar por sí mismo esta teoría. Tras este primer intento, la sensación que obtiene es de libertad, a partir de este momento su desempeño empieza a cambiar, tanto que al finalizar el día, recurre a sus compañeros para compartir su experiencia, con lo cual los 4 deciden empezar una clase de experimento, replicando lo que hizo Martin, sencillamente beber durante el día, monitoreando su nivel de alcohol en la sangre sin sobrepasar el 0,05%, y nunca beber después de las 8 pm. Con estas sencillas reglas, a partir de este momento descubrimos junto con Martin y sus amigos, como sus vidas tienen un cambio radical, al perder ciertas inhibiciones, miedos, y hasta cierto punto prejuicios de su edad, cruzan una puerta que habían dejado olvidada hace mucho tiempo, donde parecen recuperar vitalidad e interés en cosas que habían perdido. Ahora todo luce diferente, quizá más divertido, quizá más claro, quizá más incoherente pero al mismo tiempo más interesante.
Hasta este punto, el director nos presenta un acercamiento a los efectos del alcoholismo recreativo (si se puede llamar así) pero sin entrar en juicios morales y sin la pretensión de querer dejar un mensaje más allá del reflejo de los hábitos sociales, lo verdaderamente importante trascendente de esta cinta quizá radique en la simpleza con la que se toma este tema, y aunque no es el fin pero en este caso tal vez el fin si justifique los medios, ya que somos testigos como cuatro hombres cercanos a los 50 años, en busca de rencontrar su identidad y aquello que los debería motivar, recuperan algo de lo perdido “gracias” al alcohol. En el caso de Martin vemos como su interés general cambia, es decir sus ojos ahora lo ven todo de otra forma, o quizá es gracias a los efectos desinhibidores del alcohol que puede dejares llevar por fin y después de muchos años, sin prejuicios, mismos que vamos adquiriendo con el paso del tiempo, esos mismo prejuicios que nos van obligando a dejar atrás ilusiones y la frescura con la que hacemos las cosas, en su caso Martin recupera la motivación en su vida personal, recupera el interés en su vida de pareja y es su esposa quien, durante un viaje en familia le hace ver entre lágrimas y tras un encuentro íntimo, ,su ausencia, al confesarle que lo había extrañado, que los había extrañado a ambos.
Las repercusiones de llevar una vida sumergidas en el alcohol, no se dejan esperar, de manera evidente encontramos las consecuencias claras de una ingesta de alcohol constante, sin embargo aunque el mensaje no radica en dichas consecuencias, cada uno de los involucrados se topa contra las mismas, en algunos casos asumiendo las mismas y en otros quizá no. Lo cierto es que el mensaje así como el discurso no son un reproche moral al bebedor, ni siquiera busca satanizar el alcohol como un problema en sí, es por sí mismo solo un catalizador de emociones, una válvula de escape a aquello que hemos venido guardando, almacenando y dejando de lado, es la variable en la ecuación que nos permitirá ver todo con otra mirada, a otro ritmo y saborearlo de una manera muy especial.
Quizá es en estos tiempo donde una película como esta tiene más relevancia, y es que hoy día donde todo parece igual y los días parecieran ser una calca uno del otro, la rutina, la monotonía y la repetición de los actos termina por ahogar la sensibilidad y las aspiraciones individuales, y sumado a el estrés y los problemas particulares derivados por la pandemia actual donde vivimos sin ver un fin incierto a lo anterior, es refrescante ver el reflejo de una vida que encuentra un escape, una ventana a una vida más satisfactoria, claro aunque eso signifique que de por medio este una ronda más de nuestro trago favorito
La manifestación del alcohol como lubricante social está representado de manera plena, como un facilitador de expresiones y sensaciones, para exteriorizar de una manera más fácil aquello que no siempre nos atrevemos a decir. Es a través del mencionado experimento que los protagonistas buscan obtener un estatus desinhibido de sus facultades, y hasta cierto punto consiguen obtener un nivel de sensibilidad personal e incluso profesional que no habían tenido. Profesionalmente se muestran más plenos, incluso se consideran más creativos obteniendo, lo que hasta ese momento se consideraría un resultado exitoso en su experimento. Pero como todo, siempre hay un límite y en este caso no es lo contrario, en el último tercio de la película vemos como cada uno terminara enfrentándose a la consecuencia y repercusiones de sus actos, y en su caso el precio a pagar por tener ese 0,05% de alcohol que les permite alcanzar su nirvana personal. Sobra decir que la actuación de Mads Mikkelsen como Martin es de lo mas completa, generosa y llena de habilidad, y en su caso la escena final que nos regala nos permite desglosar de una manera más ligera la metáfora de la cinta, aquella donde quizá lo más importante no es lo que aprendiste si no el camino que recorriste y las rondas que te tomaste durante tu recorrido.