Desde principios de la década de los noventa del siglo pasado, apenas se vislumbró la necesidad de una institución que organizara las elecciones y que, si bien fuera una cuestión de estado no fuera el propio gobierno quien dispusiera de su preparación, se requirió que fuese fundada en varios elementos: partidos políticos como entes de interés público, funcionariado de casilla entre la propia ciudadanía vecina de las secciones electorales, equidad en la contienda, documentación con altos estándares de confiabilidad, procedimientos y plazos debidamente establecidos con anticipación al inicio del proceso electoral, y, por encima de todo, el ciudadano en genérico como eje alrededor del cual ese sistema electoral tuviera vida y utilidad.
A casi 30 años de aquel inicial diagnóstico, el sistema se sigue perfeccionando de manera constante pero sin perder de vista su esencia: la ciudadanía debe estar en un punto preponderante para que sea ella, en un ejercicio absolutamente democrático, quien tome la decisión de quienes serán sus representantes ante los órganos de gobierno.
Ha sido de todo, menos fácil. Aquellos pioneros quizá no dimensionaron lo que significaría, por hablar del instrumento más importante del ejercicio político ciudadano, un trozo de plástico de 9 x 6 centímetros (pocos más, pocos menos), no solo para efectos electorales, sino para toda la vida pública de quienes somos mayores de 18 años.
La credencial para votar se ha convertido, y lo he señalado en anteriores ocasiones, en un elemento imprescindible para cualquier ciudadano, como cédula de identificación con validez nacional e internacional. A falta de una cartilla de identidad gubernamental que, de manera expresa, le confiera a la usuaria o usuario la calidad de mexicana o mexicano, es de generalizado (y aceptado) uso la credencial de elector que, de origen, solamente le permite a su titular el identificarse ante una mesa receptora de votación para sufragar.
Como seguramente ustedes, amables lectores, están enterados, el próximo domingo 6 de junio tenemos una cita para elegir a quienes serán nuestros próximos integrantes de los ayuntamientos, así como a las personas que ejercerán las funciones de representación ante las cámaras de diputados local y federal, por lo que se vuelve necesario desarrollar una logística para que todas aquellas personas que requieran de su credencial, lo puedan hacer en tiempo y forma, y así acudir a ejercer su sufragio. Ello implica que, para no perder el control, la autoridad electoral deberá hacer un corte, en este caso al próximo 10 de febrero, para brindar certeza a los partidos políticos (y paradójicamente a la propia ciudadanía) sobre el número total de potenciales votantes durante la jornada electoral.
En pocas palabras: tenemos hasta el próximo 10 de febrero, escasos doce días, para realizar una cita por internet y acudir al módulo del INE más cercano para tramitar nuestra inscripción, reposición o alguna modificación en sus datos, incluyendo el cambio de domicilio; obviamente dentro de este periodo que vence en la segunda semana del mes de febrero, se incluye a las personas que cumplen su mayoría de edad entre el 11 de febrero y el propio 6 de junio, ya que al no haber módulos abiertos entre estas dos fechas, se garantiza que tengan su credencial, desde ya, vigente para poder votar.
No sólo en esta situación, sino en muchas otras de la vida cotidiana, somos muy proclives a dejar los trámites para el último día del plazo. En este caso, adicionalmente hay que considerar la contingencia sanitaria en la que, desde hace un año, nos ha hecho tomar medidas para tratar de disminuir los contagios. El INE ha dispuesto protocolos de actuación que incluyen citas por internet, uso constante de cubrebocas en los módulos, sana distancia al interior de las oficinas registrales, disposición de gel antibacterial, e ingreso controlado a los módulos de atención ciudadana, con la consabida toma de temperatura y restricción a acceder solamente a la persona que va a realizar el trámite.
Por favor, si es su deseo o su necesidad la de realizar un trámite de inscripción al padrón, modificación de la información contenida en la credencial, o la reposición de ésta, tome en cuenta que solo lo podrá hacer antes del 10 de febrero; que existen protocolos para la atención de la ciudadanía en los módulos, que habrá que hacer preferentemente una cita por internet, garantizando con ello la atención, y que entre más tiempo pase, se ven reducidas sus posibilidades de una atención rápida. Acuda con tiempo, tenga a la mano sus documentos, asista puntualmente a su cita y obtenga el documento que es, desde hace 30 años, la llave que abre la puerta de la democracia y la participación ciudadana. Caso contrario, me voy a ver en la penosa necesidad, como hace algunos años se escuchaba en un spot del INE, de cantarle, con voz de tenor: ¡Te lo dije!
/LanderosIEE | @LanderosIEE