El internet ha acortado las distancias en el coleccionismo. Lo que alguna vez, en la década de los 90s, fue difícil de encontrar, ahora es más fácil gracias al comercio electrónico y las redes sociales. Pero, ¿todas las tarjetas deportivas de esos años se pueden vender?
Sí, pero no como muchos quisieran.
Es natural que hagamos nuestro el pensamiento de que, por haber tenido objetos de colección guardados por mucho tiempo, el día de hoy tengan un valor atractivo y consideremos que se venderán rápidamente en nuestra primera oferta. Muchas veces es así; sin embargo, en cuestión de tarjetas deportivas, y más concretamente en las de futbol americano, el tema se complica.
Por supuesto toda colección tiene sus rarezas, novatos y estrellas cuyo valor es superior. Pero no así los sets comunes. El problema fue que desde el año 1990 hasta el 93 o 94, marcas como Pro Set, Upper Deck o Pro Line, imprimieron altos tirajes y sus producciones se encontraban por todos lados. Esto significa que hoy, prácticamente todo coleccionista de tarjetas, tiene ejemplares de esos años para aventar y regalar.
Aunado a esto, si tú comprabas una caja y abrías todos los sobres, salían muchas tarjetas repetidas… a veces, en una misma bolsita podías encontrar un par de la misma tarjeta.
Esto, con el tiempo, reduce el valor del objeto, y lo que pensamos que hoy sería una mina de oro, resulta en una decepción. Lo mejor es que las tarjetas comunes se desplacen en cambios o en lotes que sean muy, pero muy económicos.
Acude con otros coleccionistas para comparar precios, asesórate, y en algún momento lograrás que esos objetos se coloquen con personas que los aprecien y les den, más que un valor económico, el valor emocional que muchas coleccionistas sentimos por este hobbie.
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